La Caixa potenciará su actividad en Francia pese al veto a su cuenta
La Caixa ha puesto un ojo en el mercado bancario minorista francés. Tras varios años de mantener una actitud tibia en este país, la caja que preside Josep Vilarasau ha emprendido una política comercial más agresiva para ganar cuota de mercado en Francia.
Actualmente La Caixa, a través de su filial CaixaBank, cuenta con una red bancaria formada por 48 oficinas repartidas por toda Francia. Pese a que Caixabank lleva más de 12 años en este mercado, apenas controla el 0,01% de todo el mercado bancario francés.
Para incrementar esta participación, el equipo directivo de La Caixa decidió hace unos meses pagar intereses a sus clientes por los depósitos acumulados en una libreta de ahorro a la vista, algo común en el mercado español y europeo, pero expresamente prohibido en el francés. Pese a la prohibición, la caja catalana se aventuró acogiéndose a una directiva de 1989 que permite a una filial bancaria aplicar en cualquier Estado de la Unión Europea la misma actividad que realice en su país de origen.
No es la primera vez que CaixaBank intenta remunerar los depósitos de una libreta de ahorros a la vista. En el año 1992, tanto La Caixa como Barclays crearon una cuenta de ahorro vinculada a un fondo de inversión que abonaba intereses al cliente a partir de 15.000 francos (unos 2.253 euros o 375.000 pesetas). La cuenta estaba informáticamente conectada a un fondo de inversión y rendía lo que rindiera ese fondo.
Para evitar este tipo de producto, las autoridades bancarias francesas modificaron la ley para obligar a que cualquier vinculación de una cuenta a un fondo de inversión necesariamente debía realizarse en presencia física del cliente. Ante esta reacción, tanto La Caixa como Barclays decidieron retirar el producto.
En Francia, la única remuneración que recibe el cliente por sus ahorros a la vista es que los bancos no cobran por la gestión de cheques, un sistema de pago muy utilizado por los franceses.
Aunque CaixaBank respeta esa gratuidad, la Comisión Bancaria francesa no permite el pago de intereses. Este organismo se acoge a la ley del Consejo Nacional de Crédito de 1969 y al refrendo que de esta ley hizo el Consejo de Estado francés en el año 2000.
En 1997, el ex ministro socialista de Finanzas Dominique Strauss-Kahn intentó reformar la ley sin éxito y la Unión Europea también está presionando a la Administración francesa en este sentido.
En esta coyuntura, el pasado diciembre, los servicios legales de CaixaBank anunciaron su intención de pagar intereses por el ahorro a la vista. Entonces la Comisión Bancaria instó a la filial de La Caixa a retrasar la iniciativa hasta el 18 de febrero de 2002, cuando Francia adoptó definitivamente el euro.
Una vez Caixabank comercializó su cuenta, el sistema bancario francés reaccionó negativamente. La semana pasada, la Comisión Bancaria francesa (en la que participa el gobernador del Banco de Francia) prohibió a La Caixa remunerar las libretas de ahorro y la obliga a retirar del mercado el producto en el plazo de dos meses.
Ante esta situación, los servicios legales de la entidad catalana han decidido recurrir ante el Consejo de Estado francés, máximo organismo del sistema jurídico, contra cuya sentencia no cabe recurso.
'En caso de que su resolución nos sea desfavorable retiraremos la cuenta remunerada, pero CaixaBank recurrirá la decisión ante el Tribunal Europeo de Justicia de Luxemburgo', indicó un portavoz de la caja catalana.
La línea argumental de La Caixa en esta polémica es que Francia no puede oponerse a las cuentas remuneradas cuando la política monetaria ya no depende de la Administración gala, sino que está en manos del Banco Central Europeo.
CaixaBank fue creado en 1989 y cuenta actualmente con 48 oficinas y 320 empleados.
Desde el inicio de la comercialización de las cuentas con pago de intereses, el banco ha logrado abrir un millar de cuentas con un saldo medio de 14.000 euros. La Caixa paga a sus clientes un tipo del 2%.