Enron se enfrenta a reclamaciones y deudas por 114.000 millones
Por primera vez desde que Enron suspendió pagos, un alto ejecutivo, el propio consejero delegado, se dirigió a sus trabajadores en todo el mundo para explicar cuál es la situación de la empresa. Stephen Cooper, sustituto de Ken Lay al frente de la compañía, dijo que el que fuera un gigante de la energía debe hacer frente a reclamaciones por un valor aproximado de 68.400 millones de euros y unas deudas que suman 45.600 millones más. A pesar de ello, Cooper dijo que Enron tiene futuro.
Unos 1.400 trabajadores de Enron siguieron en el Hotel Hyatt de Houston (Tejas) la comparecencia de Cooper, que también fue seguida por otros empleados en todo el mundo vía satélite que oyeron cómo desde la dirección de la empresa se mantiene el optimismo. Limitado, eso sí.
La compañía sobrevivirá, pero el que fuera gigante de la energía se convertirá en una pequeña empresa propietaria de centrales y gasoductos con el objetivo de desarrollar sus actividades en mercados de fuerte crecimiento, como el californiano o el de Florida. En este sentido, la empresa está estudiando la recompra de Northern Natural Gas, el gasoducto que tuvo que vender a Dynegy y sobre el que tiene una opción de compra que vence el 30 de junio.
No dio Cooper muchos detalles sobre cómo se podría hacer esta compra y de hecho la operación parece complicada teniendo en cuenta que el propio ejecutivo dijo que habría que seguir vendiendo activos no esenciales para preparar a la compañía para la nueva etapa. También para ganar una cierta liquidez que permita hacer frente a los compromisos de deuda, que según sus estimaciones rondan los 45.600 millones de euros.
Según Cooper, la lista de cargas se completa con las reclamaciones por daños y perjuicios. No serán menos de 68.400 millones.
Los planes de Cooper y su equipo están siendo supervisados de cerca por la SEC (órgano regulador del mercado de valores), que ayer presentó una objeción sobre la paga de los ejecutivos de la compañía. Según los planes presentados por Enron, se podrían pagar hasta 160 millones de euros a los directivos para retenerlos en su puesto.
Crisis de California
También el Congreso continúa el análisis de la caída de la empresa. En una de las 11 comisiones que están siguiendo el caso, los responsables de la política energética de California acusaron a Enron de hacer transacciones fantasmas a finales de 2000 para subir artificialmente el precio de la energía y empeorar el caos energético que vivió el Estado en 2001.
Mientras tanto, la que fuera la auditora de Enron, Andersen, continúa negociando un agónico acuerdo con el Departamento de Justicia para que éste, en un paso totalmente inusual retire la querella interpuesta por obstrucción a la justicia con la destrucción de documentación de Enron.
Al cierre de esta edición, el acuerdo no se había cerrado pese a que los rumores sobre éste indicaban que se podría producir ayer. El encuentro entre ambas posiciones es muy difícil por el valor legal de la responsabilidad que esté dispuesta a admitir la auditora. Sin embargo, la firma no tiene tanto margen de maniobra desde que su ex socio David Duncan admitió su responsabilidad a principios de semana. Según la legislación americana, cuando un empleado reconoce su culpa se puede culpar a toda la sociedad.
Duncan fue uno de los socios responsables de la auditoría de Enron y de la destrucción de documentación. Según las informaciones citadas por los principales periódicos del país, desde Andersen se estaría dispuesto a asumir una conducta ilegal si eso supusiera la retirada de la querella.
Comparecer en juicio sería devastador para la entidad, que ya ha perdido más de 130 clientes. El problema es que si admite el delito, la SEC no podría aceptar las auditorías de empresas llevadas a cabo por Andersen.