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Aeroespacial

El proyecto Galileo despega con una inversión inicial de 1.100 millones

Europa inició ayer la cuenta atrás para dotarse de un sistema de navegación por satélite independiente del que posee EE UU (el GPS). Los ministros de Transporte de la UE desbloquearon 450 millones de euros para una empresa pública de nueva creación que gestionará un presupuesto de 1.100 millones durante la fase inicial de desarrollo hasta 2006. Tras la licitación de la fase de despliegue, el sector privado podrá participar en la sociedad.

Euforia en la Comisión Europea y entre algunos ministros de Transporte de la Unión Europea. El doloroso parto del sistema europeo de radionavegación por satélite no arrancó los vítores con que los técnicos celebran habitualmente el lanzamiento de un cohete espacial, pero sí sonrisas entre los políticos que defendían incansables el proyecto desde hace dos años. Para los más escépticos, también fue un alivio el compromiso por escrito de que los posibles y temidos derrapajes presupuestarios del proyecto en ningún caso serán sufragados por las arcas de los Estados.

'Por fin el sí a Galileo', se regocijaba la comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio, quizá la más ardiente defensora del plan que colocará en órbita 30 satélites europeos a 24.000 kilómetros de altitud para prestar un servicio de localización espacial y temporal.

El ministro español del ramo y presidente de turno del consejo, Francisco Álvarez-Cascos, rendía homenaje al tesón de la comisaria. 'El acuerdo alcanzado hoy es el premio a la perseverancia de la Comisión'. Y recordó, no obstante, que 'los acuerdos no se adoptan cuando uno quiere, sino cuando las circunstancias están maduras'.

El ministro prefirió no vincular estas 'razones de oportunidad' a las tensas relaciones comerciales y estratégicas que Bruselas mantiene en estos momentos con Washington. La embajada de EE UU ante la UE reaccionaba inmediatamente y con cautela ante la decisión de los ministros.

'Siempre hemos mantenido que correspondía a Europa decidir si querían desarrollar el sistema Galileo'. El comunicado de la embajada ofrece también colaboración para 'asegurar que Galileo es interoperativo con el GPS estadounidense y beneficia a los usuarios de todo el mundo'.

Los 450 millones aportados por la UE se sumarán a los 550 de la Agencia Espacial Europea y permitirán la fase de desarrollo prevista hasta 2006. La UE debe realizar el primer lanzamiento antes de febrero de ese año para no perder la concesión de banda de frecuencia que obtuvo en febrero de 2001. La Comisión considera que el cumplimiento de ese plazo obliga a proceder a las primeras pruebas a comienzos del año 2004, a más tardar.

Rentabilidad

Galileo, cuyo coste puede superar los 3.600 millones de euros, según las estimaciones más optimistas, se estrelló el año pasado por las reticencias del Reino Unido, Dinamarca, Holanda, Austria y Suecia, que temían -y temen- que el erario público tenga que mantener indefinidamente el sistema una vez puesto en marcha. El sistema estadounidense (Global Positioning System), operativo desde hace 30 años, costó, según reconocen fuentes comunitarias, entre 12.000 y 15.000 millones de euros.

La Comisión Europea optó inicialmente por intentar demostrar la rentabilidad del sistema a través de sus servicios civiles de localización. Un estudio de la consultora PricewaterhouseCoopers, encargado por el departamento de Loyola de Palacio, cifró, sin embargo, en 515 millones de euros los ingresos potenciales de Galileo en el año 2020. El 80% de esa facturación debe proceder de servicios de localización personal (desde automóviles a barcos), prestaciones para la aviación comercial y prospecciones para yacimientos de gas y petróleo. Ese mismo estudio considera factible que los usuarios acepten pagar por un servicio que el GPS les ofrece actualmente de modo gratuito. Pero sólo si Galileo se encuentra operativo antes de 2008, pues en 2010 los estadounidenses habrán perfeccionado su sistema.

La Comisión presentará ya a finales de 2003 un informe sobre la adjudicación de los proyectos tecnológicos necesarios. En ese momento, el sector privado podrá sumarse al capital de la sociedad conjunta cuya creación se acordó ayer. De hecho, el texto suscrito por los ministros comunitarios señala que en la fase de despliegue de los satélites (a partir de 2006) y en su mantenimiento futuro al menos dos tercios de la financiación deberán proceder de la industria privada.

Un sistema militar con múltiples aplicaciones civiles

 

 

'Eso no sirve para nada, hombre, eso es un juguete'. La respuesta de José Luis Rodríguez Zapatero a su sombra periodística durante un día que mostró en El País Semanal una extendida apreciación sobre la utilidad de los sistemas de navegación. Como en el coche oficial del líder socialista, los sistemas de localización espacial y temporal constituyen un servicio que, en muchos caso, el usuario ni siquiera llega a conectar. La Comisión Europea, sin embargo, puso el énfasis desde el principio en las prestaciones civiles de su alternativa al sistema estadounidense, el Global Positioning System (GPS). Galileo, repite una y otra vez la CE, será un sistema civil a diferencia del uso militar del GPS. Las dudas sobre la rentabilidad de un sistema cuyo arranque puede costar hasta 4.000 millones de euros ha obligado, sin embargo, a reconocer las connotaciones estratégicas y armamentísticas de Galileo. El ministro español, Francisco Álvarez-Cascos, presidente de turno del Consejo, prefería ayer esquivar la polémica. 'La condición de civiles o militares [de los usuarios] será secundaria'. Cascos señaló que, 'si alguien quiere tachar de peyorativo todo aquello que tenga una utilización militar, pues está en su derecho de hacerlo. (...) Pero no sentimos ningún complejo'.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EE UU se percató de inmediato sobre las consecuencias militares del proyecto y no ha dudado en desplegar toda la artillería diplomática para intentar frenarlo o controlarlo. Los ministros europeos decidieron ayer que el sistema europeo deberá ser compatible con el estadounidense y urgieron a que se negocie un acuerdo con EE UU 'lo antes posible'.

 

 

 

 

 

 

 

Además, la empresa pública para desarrollar Galileo contará con 'un consejo de seguridad' a finales de este año. No extraña, pues, que ayer se adivinara la presencia de miembros de la OTAN en la rueda de prensa final del Consejo de Ministros.

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