'El secreto está en la buena formación y en los incentivos fiscales'
Si hay un país de la UE que ha actuado de manera agresiva para mejorar la eficiencia de su economía, sin duda es Irlanda. De ahí que haya podido capear la última crisis mundial de manera más airosa que muchos de sus vecinos. Tom Kitt, secretario irlandés de Comercio Exterior y Empleo, visitó recientemente Madrid y nos habló sobre cuál es la clave del éxito del tigre celta: 'La clave es la apuesta por la educación y políticas sensitivas en lo relativo a la inversión'. Es decir, una población joven y bien formada, y una agresiva política de incentivos fiscales para empresas.
Los resultados saltan a la vista: el PIB irlandés creció una media del 8,5% anual entre 1996 y 2000, frente al 2,3% de la UE. La deuda pública bajó del 93% del PIB en 1993 al 33% en 2001. La tasa de paro cayó del 15,7% en 1993 al 4,6%.
Aunque Irlanda representa sólo el 1% del PIB comunitario, capta un 10% de la inversión industrial de la UE. Y muchas de las compañías que atrajo durante los últimos años son líderes de la industria tecnológica: 'Tenemos empresas como Dell, Microsoft, 3Com, Intel..., y a raíz de ellas han emergido numerosas empresas indígenas', señala el secretario. Muchos de los jóvenes que entraron a trabajar en esas multinacionales 'aprovecharon para aprender técnicas de gestión empresarial y luego montaron sus propias compañías'.
El resultado ha sido una completa renovación del tejido económico de un país que hace sólo una década todavía dependía en gran medida de la agricultura.
Otro elemento esencial del milagro económico irlandés es 'un sofisticado sistema de concertación social que funciona desde 1987 y en el que participan el Gobierno, los líderes empresariales y sindicales, y ahora incluso algunas ONG. Al principio, servía sólo para negociar los salarios, pero ahora alberga aspectos que van desde la política de bienestar social hasta los impuestos, pasando por cómo afrontar problemas como la pobreza'.
Confianza para el inversor
Un mecanismo que, según Kitt, 'ofrece a los inversores sensación de certeza y seguridad. Aunque cambie el Gobierno, este sistema seguirá porque todas las partes están de acuerdo en que es la mejor manera de funcionar'.
Kitt reconoce que 'tras el 11 de septiembre hay retos adicionales' para la economía irlandesa. 'Pero estamos en una posición saludable porque nos hemos diversificado hacia áreas como la tecnología de la información y los programas informáticos, y ahora somos un gran jugador en este terreno, con 30.000 empleados en este sector'.
Un 80% de los fabricantes de software irlandeses espera mantener o elevar el empleo este año y un 75% planea aumentar su inversión en I+D en 2002 y 2003. El tigre celta sigue, pues, poniendo pilares para seguir rugiendo con fuerza en el futuro.