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Fusión

El 'jaque mate' en manos del pequeño accionista

La discutida fusión entre Compaq y HP se decidirá el próximo martes. Y a pesar del goteo de opiniones a favor y en contra, el voto del pequeño accionista será el decisivo

www.votenohpcompaq.com. No hay medio donde Walter Hewlett no presente batalla. En Internet, en televisión, en la SEC (comisión del mercado de valores en EE UU), a través del correo y, por supuesto, en la prensa escrita. A cada anuncio a toda página contando las bondades de la compra de Compaq por Hewlett-Packard (pagado por HP) le sigue otro de los disidentes familiares de los fundadores, liderados por Walter Hewlett (y con el 18% de las acciones), en el mismo periódico, explicando por qué los accionistas de la empresa deben votar en contra de la compra, valorada en 21.700 millones de dólares (24.995 millones de euros), el día 19 de marzo.

Lo cierto es que a cuatro días de la junta, los dos bandos en liza, por un lado Carly Fiorina, presidenta de la empresa y artífice de la operación, y por otro Walter Hewlett, tienen razones para mantener el champán frío.

¿Quién descorchará la botella? A decir de la mayoría de los analistas, el que elijan los pequeños accionistas. Todos los votos cuentan. Y estos accionistas, que normalmente no van a las juntas pero controlan aproximadamente un cuarto de los votos totales, se han convertido en decisivos.

Hasta ahora se ha producido un continuo goteo de empresas, accionistas institucionales y fondos de pensiones que han adelantado el sentido de su voto en la reunión del martes y en muchos casos han hecho campaña para atraer más accionistas a su bando. El pasado 13 de marzo cuando el Bank of America dijo que votaría en contra (tiene el 2,7% de las acciones de HP), explicó que sus preocupaciones se centran en las dificultades de integración de las dos empresas y en que el negocio de los ordenadores personales no es rentable. A continuación, una portavoz de la empresa, Rebeca Robboy, aseguraba que la posición de esta entidad 'no es un barómetro de lo que sienten los accionistas' y mostró su sorpresa por las explicaciones dadas, 'algo muy inusual en un proceso como en el que estamos'. Una hora después, desde el departamento de comunicación de HP se hizo llegar que Putman Investments, con un 2,5%, votaría a favor.

El problema es que la presentación del análisis de los pros y los contras de esta unión no están claros, ya que, según los analistas, ambas partes tienen una parte de razón y cada uno utiliza los números para arrimar el ascua a su sardina.

Fiorina y la mayor parte del consejo (Hewlett forma parte de éste) creen que los recortes de costes derivados de la sinergia de la unión permitirán ganar a la acción entre 5 y 9 dólares; además, los beneficios de 2003 se incrementarán un 10%. La familia no está de acuerdo con esas cifras y cree que el porcentaje es correcto pero no para añadir, sino para restar, en los beneficios de la empresa fabricante de impresoras.

Además de los beneficios y los resultados por acción, el análisis de Walter Hewlett estima que la compañía tendrá que hacer frente a unos costes de integración por valor de 2.300 millones de euros (entre cierre de plantas, reducción de plantilla -se calcula que unos 15.000- y compensaciones para los ejecutivos). La cifra se considera poco realista por parte de HP, pero no han dicho en qué medida. Tampoco hay mucha coincidencia a la hora de valorar las pérdidas de ingresos y beneficios mientras se integran las compañías. Mientras que los cálculos de Fiorina sitúan el descenso en torno al 5%, los de su oponente los rebaja hasta el 10%. Otra cosa que pesa en la familia es la dilución de su propia participación.

Los analistas han hecho notar que los puntos de partida para cada una de estas conclusiones económicas son muy diferentes y ninguna al 100% errónea por ello desde el punto de vista de la mayoría, ambos análisis necesitan ser estudiados. La opinión generalizada de los que no tienen ni voz ni voto es que la verdad está en un punto intermedio.

Los que ya han decidido el sentido de su opción lo han hecho desde dos perspectivas diferentes según explicaba The Wall Street Journal. Los inversores que han anunciado su voto en contra de la operación tienen una filosofía orientada al valor del accionista y consideran que HP está pagando demasiado por Compaq, una empresa que se encuentra en un sector cuyos márgenes se reducen debido a la fuerte competencia en un mercado cada vez más estrecho. Los que se han inclinado por el voto positivo lo han hecho desde una perspectiva que pone su énfasis en el crecimiento y consideran que merece la pena una operación en la que se ve un potencial de rápido aumento de facturación y beneficios, justo la postura que defiende el HP de Carly Fiorina.

Con todo, la mayor parte de los argumentos que los pequeños accionistas están conociendo a través de los anuncios de los periódicos es un toma y daca en favor de la modernidad, por parte de HP, o en pos del valor seguro, defendido por Hewlett. Los reproches se hacen incluso por el mismo hecho de la campaña publicitaria. El portavoz de Hewlett, Todd Glass, acusó a HP de gastar unos 143,75 millones de euros en la campaña. En vez de defenderse, la empresa de Fiorina pasó al ataque y señaló que el presupuesto de 36,8 millones de euros de Hewlett para la suya es falso.

Detalles

 

Carly Fiorina, una ejecutiva en el disparadero

 

La presidenta de HP no ha parado de moverse cara al público y sus inversores desde que en septiembre diera a conocer la decisión de cambio más radical para el fabricante de impresoras. Y es que su audaz apuesta por el crecimiento de la empresa se ha encontrado con una oposición inesperada que le puede hacer perder el puesto. Phil Condit, consejero de la empresa, ha confirmado que la mayoría del consejo se irá de la compañía si la fusión no sale adelante.

 

 

 

Fiorina dice que no hay un plan B por si el acuerdo no tiene el pase de los accionistas, lo que abona sin duda el terreno para la partida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Usuarios en contra de la unión

 

A los usuarios de las empresas la fusión de la compañía no les termina de convencer. Según un estudio de Merrill Lynch, hecho entre 100 directivos responsables de la informática de su compañía en Europa, creen que la integración de HP y Compaq puede suponer la paralización de los servicios de posventa durante años. Todo esto se produce mientras los presupuestos de estas oficinas no están en su mejor momento e IBM mejora su posición competitiva con respecto a Compaq y HP. La indefinición de lo que sucederá el próximo martes no ayuda mucho al negocio.

 

 

 

 

 

ISS, un consejo tranquilizador para HP

 

International Shareholders Investment recibió el encargo del 23% de los accionistas de la compañía de analizar todas las variables y tomar una decisión por ellos, un consejo no

 

 

 

vinculante. Tres meses más tarde, la consultora hizo pública una opinión positiva a la operación.

 

 

 

Para Fiorina, este consejo fue un respiro, aunque, según JP Morgan, la decisión final de ISS se basó sobre todo en las posturas y los datos internos de la empresa. Es la primera vez que International

 

 

 

Shareholders Investment se pronuncia sobre una decisión de este calibre

 

 

 

y según JP Morgan

 

 

 

no está claro que los

 

 

 

accionistas sigan sus

 

 

 

directrices.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los grandes accionistas no apoyan la compra

 

Bank of America, el cuarto accionista de HP, propinó un duro golpe esta semana a Fiorina al anunciar que votará en contra de la compra de Compaq. El banco considera que la integración de las dos entidades supondrá significativos problemas de integración. Otros grandes accionistas, como Brandes Investment Partner, Wells Fargo y algunos fondos de pensiones, también se han colocado del lado de la familia Hewlett.

 

 

 

Pero la balanza se ha visto compensada esta semana al pronunciarse la gestora de fondos Putman. Esta empresa, que cuenta con el 2% del capital de HP y controla algo más del 3% de Compaq, manifestó que pensaba votar a favor de la compra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Michael Capellas, el que tiene más que perder

 

Michael Capellas, el primer ejecutivo de Compaq, ha sido junto a Carly Fiorina el principal promotor de la fusión. Capellas se ha mantenido durante estos meses al margen de todas las polémicas y ha guardado silencio. Pero, sin duda, es quien más puede perder si esta transacción no sale adelante. El decaimiento de la economía y el descenso de las ventas de ordenadores han puesto las cosas muy difíciles para Compaq, que todavía se encontraba asimilando la difícil absorción de Digital. De hecho, entre los accionistas de Compaq no ha habido pronunciamientos en contra de la fusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Walter Hewlett, un capitán familiar

 

Además del hijo de uno de los fundadores de HP, Walter Hewlett, preside la Fundación William and Flora Hewlett desde la que se empezó a gestar bajo su batuta la oposición al pacto con Compaq. Este licenciado en Música, Ingeniería y máster en Física por Harvard, ha plantado cara a la presidenta de la compañía porque cree que HP tiene más valor por sí misma que con Compaq y considera que los riesgos de la integración de ambas compañías pueden dar lugar a unos riesgos que pueden ser difíciles de asumir por HP. Hewlett no ha expresado su deseo de abandonar si pierde el martes.

 

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