Recuperación, pero lenta
El esperado diagnóstico de Alan Greenspan sobre el estado de la economía estadounidense, sin diferenciarse apenas del emitido hace poco más de un mes -incluso repitió párrafos textuales-, ha supuesto un respiro sólo momentáneo para los mercados. La razón es simple. La Bolsa espera con ansiedad mensajes positivos y el todopoderoso presidente de la Reserva Federal los dio ayer muy tenues. Las palabras mágicas fueron que la economía 'está cerca del punto de inflexión'. Greenspan expresó su confianza en que EE UU está saliendo de la recesión y reiteró que 'la actividad comienza a afianzarse'. Pero, con su tradicional ambigüedad, advirtió que siguen presentes los riesgos. Muchos economistas han interpretado sus palabras como señal de que no habrá cambios próximos de política monetaria.
Lo más notable del mensaje de Greenspan es que EE UU ha iniciado una 'recuperación moderada', pero, sobre todo, hay que ver su advertencia sobre el mercado laboral, que será 'el punto central en cuanto al gasto de los consumidores'. Por eso, conviene fijarse en su corrección a las previsiones de mediados de 2001. Según Greenspan, el PIB de EE UU crecerá este año entre el 2,5% y el 3% (antes, del 3% al 3,25%), pero el paro aumentará sensiblemente más de lo previsto, entre el 6% y el 6,25%. De ahí puede sobrevenir una preocupante debilidad en el consumo, que representa dos tercios del PIB de EE UU. Aunque los indicadores también den noticias positivas -los pedidos de bienes duraderos registraron en enero un aumento inesperado- y el consumo se mantenga fuerte, la confianza de los ciudadanos se debilitó en febrero más de lo estimado en principio.
Este contradictorio escenario en EE UU, que se completará con más datos esta semana, introduce mayor inquietud a la hora de contemplar la evolución de la UE. En febrero, la confianza de los empresarios aumentó en Francia, Italia y también en Alemania, pero la economía de este último país, equivalente a un tercio de la europea, no acaba de recuperarse. La recesión en Alemania, que se volvió a contraer el cuarto trimestre de 2001 (un -0,3%, más que lo previsto por el Bundesbank), y el estancamiento en el Reino Unido (el peor dato desde 1992) obligan a ser escépticos sobre una rápida reactivación en Europa. Wim Duisenberg parece acertar al predecir que la recuperación será modesta este año. No son buenas noticias para el euro, que a partir de mañana caminará solo en toda la unión monetaria.