Andersen ofrece 912 millones a los afectados por Enron para evitar juicios
Andersen trata de encontrar salida a un conflicto legal que comprometa su futuro. La firma auditora ha ofrecido a los damnificados de Enron (accionistas, acreedores y trabajadores) un pacto extrajudicial que, según The Wall Street Journal, se eleva a 800 millones de dólares (912 millones de euros). La auditora ve cómo a diario se revelan evidencias de su responsabilidad en el caso de la energética de Tejas.

Del informe Powers y de las declaraciones de los ejecutivos de Enron a la firma de abogados Vinson & Elkins, anteriores a la suspensión de pagos de la empresa, se deducen responsabilidades evidentes de la firma auditora en el colapso de la compañía tejana. Coincidiendo con las últimas revelaciones sobre su relación con Enron, la firma, presidida por Joseph Berardino, está intentando la vía extrajudicial para cerrar capítulo y asegurar su futuro.
Andersen ofreció el pasado martes a los afectados por el caso Enron una suma que se sitúa entre los 700 y los 800 millones de dólares (hasta 912 millones de euros). Esta es la mayor cantidad a la que una auditora ha llegado jamás en un acuerdo de este tipo. A esta cifra se llegó después de que se rechazara un acuerdo de 684 millones de euros que ya representaba una mejora sobre una oferta previa de 296,4 millones de euros. Algunos inversores consideran que es muy pronto para cerrar un acuerdo.
Según Bill Federman, abogado de algunos de los inversores y trabajadores de Enron, consultado por Bloomberg, 'no tenemos acceso a ninguna información significativa por su parte, puede que su responsabilidad llegue hasta 3.420 millones'.
Con ser alta, los perjuicios que la debacle de Enron han causado dejan esta cifra lejos de los 29.640 millones de euros que se calcula que sumen las demandas hasta ahora presentadas. Para profundizar en las implicaciones legales de este caso, dos de las nueve aseguradoras que han cubierto la responsabilidad de los directivos y consejeros de Enron han solicitado ser exoneradas de su contrato por entender que los responsables de Enron, ahora objetivo primordial de demandas, les llevaron a engaño y han actuado de mala fe.
Global Crossing muestra sus agujeros negros
El segundo Enron, Global Crossing, está en suspensión de pagos desde enero, su contabilidad es objeto de escrutinio por el regulador de los mercados en EE UU y el FBI, y sus empleados e inversores han visto desaparecer sus ahorros y pensiones.
Con este escenario, la empresa, que nunca ha dado beneficios, se permitió pagar fuertes salarios a sus ejecutivos, a los que también perdonaba préstamos. Por ejemplo, el nuevo consejero delegado, John Legere recibió 3,5 millones de dólares en octubre, según la empresa para atraerle de su anterior empresa (Dell). Pero Legere ya era presidente de una filial cuando pasó a la matriz.
Por otro lado, ayer The New York Times revelaba que el presidente, Gary Winnick, y otro directivo, Steven Green, negociaron con una empresa de Singapur, ligada a los que ahora han presentado una oferta por ella -Singapore Technologies- una serie de acuerdos mientras la compañía iba a la quiebra. Ni Winnick ni Green hablaron de ello con el resto del consejo.