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Coyuntura

El Gobierno de EE UU busca animar la inversión para poner fin a la crisis

Sin nombrarlo oficialmente, como manda la consigna política, el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, se refirió a Enron para aludir a la crisis de confianza generada en los mercados y a los pasos que el Gobierno de George Bush está dando para solucionarlo. O'Neill apuntó ayer, ante la Cámara de Comercio estadounidense, que se necesita recuperar la confianza para animar una economía que ayer dio señales de dinamismo.

El secretario del Tesoro dijo que el Gobierno no tiene ningún papel a la hora de decirle a los ciudadanos e instituciones donde pueden o no pueden invertir su dinero, pero lo que si puede hacer es asegurar que 'los estadounidenses tienen todas las herramientas en sus manos para evaluar sus opciones de ahorro e inversión'. O'Neill recordó que desde el Gobierno se han puesto en marcha algunas medidas destinadas a mejorar la calidad y transparencia de los balances de las empresas y la seguridad de los planes de pensiones (dos de los capítulos que más han salido perjudicados con la suspensión de pagos de Enron).

Y es que hay una cierta preocupación por el dinamismo de la inversión en Bolsa y la financiación que a través de ella puedan captar las empresas para, a su vez, invertir y dar un impulso final a la salida de la recesión. En los mercados, los inversores empiezan a pensar que la crisis de Enron es sólo la punta de un iceberg que esconde más peligros.

Ken Goldstein, economista jefe del Conference Board, una institución privada que elabora el índice de indicadores adelantados, reconoció ayer que el mercado 'no despega'. Aunque Goldstein señala que la razón es que los resultados empresariales que se están conociendo no son siempre buenos, la mayoría de los analistas señala que las ultimas caídas de los mercados tienen más que ver con las dudas sobre los balances presentados por algunas compañías capaces de arrastrar sectores e índices en su caída.

A pesar de esto, Goldstein es optimista porque en caso de haber una segunda recesión, ésta será mucho menor en alcance y duración de lo que fue la que comenzó en marzo de 2001, señala. 'Creo que ahora estamos fuera de la recesión y que el crecimiento va a ser mayor de lo que habíamos anticipado'. Estos últimos comentarios de Goldstein se basan en los últimos datos hechos públicos por el Conference Board, el índice de indicadores adelantados que ha registrado una subida en enero del 0,6%, la cuarta consecutiva, y por encima de las expectativas. Con ser positivo, este porcentaje es menor que el 1,3% de diciembre. En los últimos cuatro meses el crecimiento de los indicadores que ayudan a prever el futuro desarrollo económico se ha elevado un 2,8%.

No fue éste el único dato que se dio a conocer ayer. Según el Departamento de Trabajo, las demandas de solicitud del seguro de desempleo están por debajo de los máximos de marzo y abril de 2001 lo que ayuda a pensar que las cifras del paro pueden ir cayendo.

En esa línea, el propio O'Neill aseguró que ya se observan las primeras señales de una significativa recuperación, que permitirán una 'rápida' vuelta a los superávit presupuestarios. Pero la primera economía mundial ha sufrido un fuerte parón y aún no se pueden lanzar las campanas al vuelo. El déficit comercial de EE UU se redujo en diciembre pasado un 11,6%, principalmente por la caída de las importaciones derivada de la debilidad del consumo, según el Departamento de Comercio.

En el conjunto del año, el déficit comercial se redujo un 8%, la primera contracción desde 1995, lo que refleja tanto la recesión de la economía estadounidense como la fuerte desaceleración del resto de las economías mundiales, lo que provocó una caída de las exportaciones de EE UU del 5,8%.

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