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Bolsas

La agenda política de los Gobiernos frena la concentración de los mercados

El derecho a veto de los Gobiernos de la UE sobre los planes de sus respectivas Bolsas es una losa política sobre la agenda de consolidación de los mercados financieros. La acción de oro sin participación que se han reservado los Estados inquieta a medida que se acerca la fecha límite de 2003 para crear un mercado bursátil único.

La primera señal de alarma procedió, una vez más, de Alexandre Lamfalussy. El profesor belga, en su informe del año pasado sobre los mercados financieros, ya alertó sobre las barreras comerciales de todo tipo que impiden la consolidación bursátil. Y osó incluir entre ellas las 'barreras políticas' que no dudó en definir como las 'técnicas variadas y creativas que protegen los mercados o productos nacionales para favorecer a los operadores locales'.

Lamfalussy instó a la Comisión a enumerar de modo exhaustivo tales barreras y, de modo prioritario, eliminarlas antes de que se lance la nueva ronda de liberalización del comercio a nivel internacional, puesta en marcha a finales del año pasado en Doha (Qatar).

España no escapa a esta tendencia, y en el anteproyecto de Ley Financiera impone la necesidad de que la CNMV dé luz verde tanto a las tomas de participación de mercados extranjeros en mercados españoles como al contrario.

Bruselas, sin embargo, no puede intervenir fácilmente en los mercados bursátiles. Fusiones como la que creó Euronext (de la Bolsas de París, Bruselas y Amsterdam) escapan, bien a su pesar, a la jurisdicción del comisario de Competencia, Mario Monti, porque no rebasan los umbrales de cifra de negocio o facturación necesarios.

El otro frente puede ser la libertad de movimiento de capital. El principio básico del mercado interior se ve perjudicado por las barreras políticas y comerciales. Si nadie aceptaría que una naviera de Hamburgo considerara capital extranjero a un banco de Francfort, en la UE y mucho menos en la zona euro, tampoco parece concebible invocar intereses nacionales para vetar la participación de la Bolsa de Francfort en un proyecto bursátil en Italia.

Pero el presidente de la Deutsche Börse, el suizo Werner Seifert, sí parece haberse topado con esa dificultad que, como intracomunitario, no llega a comprender ni aceptar. Así se deduce de su semblanza en la prensa británica (The Times), que no duda en retratarlo como un firme enemigo de los vetos políticos en el mercado bursátil. Francfort no confirma que Seifert aprovechara la visita del pasado 28 de enero del comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, para plantearle su inquietud.

Pero el discurso del comisario sobre Integración de los mercados financieros revela claramente el objetivo político de la Comisión. Bruselas recuerda una y otra vez que el valor de la capitalización bursátil en la UE apenas llega a la mitad de la de EE UU.

Bolkestein indicó ayer en una rueda de prensa, no relacionada con la Bolsa, que espera a las próximas sentencias del Tribunal de Justicia de la UE sobre las 'acciones de oro' en varios Estados miembros, pues supondrán un 'hito' en la normativa de sociedades. Los dictámenes preliminares del tribunal en esos casos, sin embargo, se alejaban de las tesis de Bolkestein y defendían cierta tolerancia con las razones de Estado para intervenir en sectores vitales de la economía.

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