El Senado acaba con el plan de estímulo fiscal de Bush
El Senado ha dado un definitivo carpetazo a las medidas de estímulo para la economía propuestas por el presidente del Gobierno, George Bush. No ha habido acuerdo ni para aprobar el paquete propuesto por los demócratas, que recogía las propuestas consensuadas entre ambos partidos. El único acuerdo ha sido el que extiende a 13 semanas la cobertura de desempleo, que ahora es de 26.
La Casa Blanca no ha podido ocultar la frustración que ha supuesto este revés para el presidente, que ya vio como en Navidad la mayoría demócrata del Senado votaba en contra de su plan de estímulo. El portavoz del Gobierno, Ari Fleischer, dijo que la extensión de las medidas de protección al desempleo era 'lo menos que podían hacer los legisladores'. Fleischer prevé que Bush apruebe este acuerdo, a pesar de no haber conseguido los recortes de impuestos que había intentado arrancar al Senado.
'La votación de hoy ha rematado el paquete de estímulo fiscal', aseguraba el republicano Charles Grassley. Los senadores del partido de Bush han tratado de justificar durante toda la sesión parlamentaria que los recortes de impuestos eran beneficiosos para la economía y se han referido a los que hizo el demócrata John F. Kennedy en los sesenta y el republicano Ronald Reagan. 'Cuando ha habido recortes de impuestos, la economía crece y la recaudación aumenta', defendían.
Pero desde el partido demócrata sólo se aceptaba una rebaja de impuestos por valor de 69.000 millones de dólares (80.000 millones de euros) y no de 90.000 millones (104.000 millones de euros), como promocionaban los republicanos. La mayoría en el Senado quería además que la mayor parte de estas rebajas beneficiaran a las rentas más bajas y, en menor medida, a las empresas, mientras que los republicanos querían hacerlas más extensivas a las compañías.
Ninguno de los dos partidos se ha mostrado conforme con el destino de este paquete de estímulo, pero, según Tom Daschle, líder de la mayoría demócrata del Senado, 'llevábamos mucho tiempo negociando sin llegar a ningún lado, había que acelerar el proceso'. Daschle ha dejado la puerta abierta a una 'posible resurrección de este paquete de estímulo', siempre y cuando no se hable de más recortes de impuestos. El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, ha expresado su deseo de que se vuelva a plantear un nuevo debate.
Alta productividad
El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, señaló hace poco que puede que no haga falta este estímulo, ya que hay señales positivas de recuperación. Ayer se conoció una de ellas. La productividad del último trimestre de 2001 creció un inesperado 3,5%.
Este aumento es el mayor en año y medio y se produce tras una severa reducción de puestos de trabajo y de horas de trabajo por encima de los recortes de producción. El trimestre anterior la productividad creció un 1,1%. Para todo 2001, esta variable subió un 1,8%, el menor porcentaje desde 1995.