EE UU vuelve a crecer
La economía de EE UU, en recesión desde marzo de 2001, ha vuelto a sorprender y, aunque ligeramente, ha retomado el crecimiento. Según el avance preliminar ofrecido ayer por el Departamento de Comercio, el PIB creció un 0,2% el cuarto trimestre. Tras la contracción del 1,3% entre julio y septiembre, el mercado estaba convencido de que presentaría un dato negativo y especulaba con una caída de hasta el 1%. Si el avance se confirma, EE UU habrá crecido un 1,1% en 2001, el peor dato desde la contracción del 0,5% registrada en 1991, durante la última recesión, pero mejor de lo previsto.
Este rebote se une al aumento de la confianza de los consumidores en enero por segundo mes consecutivo, según el Conference Board, después de un año de caídas sostenidas. Y también se suma, lo que es más significativo, a que las expectativas para los próximos seis meses sean las más altas en un año, además de mejorar también en cuanto al empleo. Todo indica que los consumidores están más dispuestos a gastar, recuperados del 11 de septiembre y tras el desenlace de la guerra de Afganistán y la disminución de los despidos masivos. Las ventas al por menor repuntan y los pedidos de bienes duraderos crecieron un 2% en diciembre.
Todo esto justifica que la Reserva Federal mantuviera ayer los tipos en el 1,75%. Aunque siga viendo riesgos que pueden generar debilidades en la economía, Alan Greenspan confirmó que la debilidad de la demanda disminuye, por lo que 'cada vez es más evidente que la actividad económica se está empezando a afianzar' y 'las previsiones de una recuperación son mucho más prometedoras'. Es decir, los datos ayudan a suponer que el inicio de la recuperación no es un espejismo, pero tampoco lo aseguran.
Por un lado, el dato de crecimiento en el pasado trimestre es un adelanto, muy probablemente será revisado y, conociendo los rangos en que se mueve el Departamento de Comercio, no es descartable que lo haga hasta tasas negativas. De hecho, el pasado martes, a la vez que anunciaba el aumento de la demanda de bienes duraderos en diciembre, revisaba del 4,8% al 6% la caída del mes anterior. Por otra parte, la ligera recuperación tiene como motores el aumento del gasto por la Administración (9,2%, el mayor en 15 años), principalmente en el área militar (9,3%), y un crecimiento del consumo (5,4%) basado, sobre todo, en los programas de financiación gratuita para compras de automóviles. Sin embargo, la inversión de las empresas en equipos cayó fuertemente (12,8%) en el cuarto trimestre, 4,3 puntos más que el anterior. Aunque la reducción de las existencias hace prever un repunte en la inversión, la pregunta es si se mantendrá el ritmo de crecimiento del consumo. La Reserva Federal asegura que esto es 'incierto', así como el reforzamiento de la inversión empresarial.
Ante estas perspectivas, cobra más importancia la intención de George Bush de incrementar el gasto militar en 50.000 millones de dólares para reactivar la economía, además de seguir adelante con su plan de estímulo fiscal. Un punto, este último, al que se sigue oponiendo Greenspan, más partidario de mirar a largo plazo para conseguir la consolidación presupuestaria.
Este principio de recuperación de la economía estadounidense ha tenido un efecto inmediato: el euro se ha debilitado. Y es que una rápida reactivación de EE UU podría dejar atrás a la UE. Aunque los datos muestran el suelo de la desaceleración en Europa, las amenazas de estancamiento son notables, con el frente más débil en Alemania, la primera economía de la UE. En 2001 creció un anémico 0,6% y, ayer mismo, el Gobierno rebajó de nuevo su previsión de crecimiento para 2002, hasta el 0,75% -medio punto menos- y elevó la de déficit público del 2% al 2,5%. A la vez, a iniciativa del comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, recibía una severa llamada de atención de la Comisión Europea por su abultado déficit. Será el Ecofin del próximo 12 de febrero el que deba ratificar la propuesta por mayoría cualificada, pero es inquietante que la economía que más luchó para imponer rigor prusiano en los objetivos presupuestarios atraviese ahora esta situación. Y más cuando EE UU saca a relucir su flexibilidad.