Cambios para la integración
Maria Frühwaldova asegura que la candidatura de ingreso a la UE de Eslovaquia ha recibido un espaldarazo gracias a las calificaciones positivas de las agencias Standard & Poor's y Moody's
Desde el establecimiento de la República de Eslovaquia en enero de 1993, el país ha sufrido una transformación difícil desde una economía centralizada a una economía de mercado. El Gobierno empezó una política de reestructuración y privatización de las compañías estratégicas, como el sector bancario.
Asimismo, el Ejecutivo está adoptando medidas específicas destinadas a reducir el déficit fiscal y la tasa de desempleo, las dos condiciones previas más importantes para estabilizar la economía. Se han reducido los impuestos directos sobre las compañías del 40 al 25% desde el 1 de enero de 2002. A finales de 2001, la inflación se mantuvo entre un 6,5 y 6,3%, el crecimiento del PIB se ha situado entre el 2,8 y el 3,2% y el déficit por cuenta corriente supone apenas el 8% del PIB.
Eslovaquia está buscando convertirse en un miembro de pleno derecho de la UE y la OTAN. Las previsiones del Gobierno apuntan que las negociaciones estarán cerradas para finales de 2003. En la actualidad se han cerrado 22 capítulos de la negociación. Las prioridades para este año se basan en cumplir los criterios políticos y técnicos para convertirse en miembro de la OTAN.
Eslovaquia está funcionando como una economía de mercado y ha eliminado muchas barreras liberalizadoras del comercio internacional durante los últimos seis años. De acuerdo con la Organización Mundial del Comercio, Eslovaquia ha mejorado la transparencia en la privatización, ha mejorado las reformas económicas y ha liberalizado el comercio. Las mayores ventajas que ofrece el país se refieren a una fuerza laboral muy preparada con unos salarios relativamente bajos (la media es de 260 dólares). Sin embargo, los principales problemas siguen siendo los mismos: alto desempleo, corrupción y una excesiva burocracia.
A mucha gente le cogió por sorpresa a finales del pasado año cuando las agencias de calificación Standard & Poor's y Moody's recomendaron el país como buen nicho de inversión. Esto fue una sorpresa mayor teniendo en cuenta que hicieron la calificación un año antes de las elecciones parlamentarias.
Los informes de ambas agencias confirman los grandes cambios apreciados en el sector bancario, en el proceso de privatización, en el proceso de negociación de la UE y en la estabilización de la economía. Los informes también asumen que el próximo Gobierno asegurará la marcha de las negociaciones para la integración en la UE y en las organizaciones internacionales.