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La crisis del sector del juego obliga a echar el cierre al 19% de los bingos

La Junta de Andalucía ha atendido las súplicas del sector del juego, en plena reconversión, y ha accedido a rebajar los impuestos que creó a primeros de 2000, aunque las empresas esperan nuevos recortes. Mientras tanto, los casinos están muy endeudados y han recortado actividad y empleo. Las empresas más pequeñas de tragaperras han desaparecido y el 19% de los bingos ha cerrado.

La rebaja de impuestos al sector andaluz del juego no ha cubierto todas las expectativas del sector, pero sí va a aportar, como poco, un respiro a estas empresas, según admiten las patronales andaluzas de casinos, bingos y máquinas tragaperras. La primera de ellas se ha llevado la mejor parte y ha visto recortar del 20% al 10% el tributo autonómico que se aplica a su actividad, que se creó hace dos años y que también afectaba en las misma proporción a las máquinas tragaperras, que se han beneficiado de un recorte del 5% y su recargo auto-nómico se sitúa ahora en el 15%.

En cuanto a los bingos, gravados con una tasa autonómica del 10% sobre los premios que reparten, el nuevo tributo se queda en el 7%. El sector, sin embargo, advierte que seguirá luchando por una mayor reducción de estas tasas.

En el caso de las máquinas tragaperras, según explica Pedro Ocaña, responsable de la patronal regional de esta actividad, el nuevo tributo se está traduciendo en la desaparición de las empresas familiares de menos de 30 o 40 máquinas, que representan el 76% del total.

Este subsector, en pleno proceso de concentración, debe afrontar también el du-ro impacto de la llegada del euro, lo que, según asegura, obligará a desechar el 50% de las máquinas.

Ocaña, que valora el gesto de la Junta, minimiza, sin embargo, el alcance de la rebaja del recargo autonómico, ya que el 5% del recorte que aplica el Gobierno andaluz se ha visto neutralizado por los impuestos estatales al sector. A su juicio, la solución debe pasar por una sistema tributario que no sea lineal y que tenga en cuenta la recaudación de las empresas.

Por la patronal del bingo, una de las más afectadas, Rafael Domínguez lamenta que se hayan cumplido las previsiones más catastróficas. En dos años las salas de bingo han pasado de 80 a 65 en Andalucía, un 19% menos. Domínguez, cuya patronal ha-bía exigido la supresión de la tasa autonómica y se ha tenido que conformar con una rebaja del 3%, espera al menos que la crisis haya tocado fondo.

Reducción de empleo

En cuanto a los cuatro casinos que existen en Andalucía, la situación es igualmente complicada. Los dos más débiles -San Roque y Bahía de Cádiz- vivían una situación "insostenible" y han evitado el cierre recortando plantilla drásticamen-te, según el responsable de la patronal de casinos, Javier Burgués. También los otros dos casinos malagueños -Marbella y Benalmádena- se han visto obligados a recortar actividad. La situación más crítica la atraviesa el de San Roque, que ha pasado de 169 a 119 empleados.

Según un estudio de la Universidad de Córdoba, Andalucía es la comunidad en la que menos se recauda por máquinas tragaperras y la que soporta una mayor presión fiscal a pesar de la última rebaja, casi un 40% frente, al 28% de media. La comunidad ocupa el último lugar en la clasificación regional de ingresos anuales por máquina recreativa, con 8.420 euros, frente a 14.935 euros de Baleares, la de más recaudación.

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