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REVOLUCIâN MONETARIA

El cotillón del euro

Hostelería, transporte y ocio serán los pioneros en el uso del euro. Esta noche, a partir de las 12, muchos españoles se sentirán un poco como turistas y pondrán especial cuidado a la hora de pagar.

Con las 12 campanadas que despiden el año esta noche se producirá el big bang, la entrada en circulación de la moneda única en 12 países, la mayor operación de estas características jamás realizada. Justo en ese momento, salir de casa, coger un taxi, montar en metro o subir al autobús, sacar dinero del cajero automático, entrar en un local para celebrar el nuevo año y consumir una copa -habitual secuencia de las primeras horas de un 1 de enero- pueden realizarse en euros.

Durante el periodo de formación, el personal afectado ha trabajado para conocer los nuevos billetes y monedas, sus importes, formatos, diseños y medidas de seguridad para evitar la introducción de moneda falsa, y ha realizado conversiones de precios y ejercicios prácticos de todo tipo de situaciones con pagos y cobros en euros. Las simulaciones son ya historia. Es hora de atender a los pioneros del euro en los sectores de hostelería, transportes y ocio, los únicos que permanecen abiertos el primer día del año.

Metro y autobús se estrenan a partir de las doce de esta noche en el pago en euros. Por ejemplo, las taquillas del metro de Madrid aceptarán indistintamente euros o pesetas (nunca pagos mixtos), pero en cualquier caso devolverán siempre euros. Además, en todos los vestíbulos de la red hay disponible al menos una máquina automática que funciona con pesetas y otra que acepta euros.

Taquillas y máquinas se han estado prealimentando con la nueva moneda durante los últimos días. Y aunque se esperan pocas incidencias, se pide al usuario de metro que colabore pagando el precio exacto: 95 céntimos el billete sencillo, 5 euros el bono de 10 viajes.

Al viajero de autobús, en cambio, se le exige el precio exacto y en una de las dos monedas, nada de pagos mixtos [el número aproximado de personas que pagan diariamente el billete del autobús con efectivo es del 5%]. "Madrid es una ciudad con grandes problemas de tráfico. Las devoluciones pueden tener al conductor parado más tiempo de lo normal", justifica la decisión Teresa Cuadrado, directora general de Consumo de la Comunidad de Madrid.

En el caso de los taxis, un gran número de taxímetros ya están adaptados al euro y, en caso contrario, el conductor irá provisto de euroconversor, porque desde esta noche tendrá que informar de la tarifa en euros.

Inevitablemente, el protagonismo durante las primeras horas de puesta en circulación de la nueva moneda lo asumen las cenas, cotillones, copas y chocolates con churros.

El proceso de formación seguido en el sector de hostelería no invita al pesimismo: "La mayoría de las empresas están preparadas casi al cien por cien", asegura José Luis Guerra, secretario general de la Federación Española de Hostelería. Con to-do, el sector reconoce que encontrará algunos problemas en la gestión de cobros y pagos.

El cobro del café

Una operación que ahora no lleva más de un minuto, por ejemplo cobrar un café, puede duplicar su tiempo, porque lo primero que va a hacer el cliente cuando escuche que el importe de su consumición asciende a 95 céntimos es hacer el cálculo de lo que supone en pesetas.

Lo siguiente, pagar con un billete de mayor importe -otra complicación añadida es que muy pocos cajeros automáticos dispensarán desde esta noche billetes de cinco euros, el más pequeño-, lo que obligará a los establecimientos a tener más cambio del habitual.

La situación afecta, sobre todo, a bares y cafeterías, los establecimientos donde se produce una fuerte afluencia de moneda, ya que en los restaurantes es más frecuente el pago con tarjeta de crédito.

José Luis Guerra explica que con un cambio de 5.000 pesetas, más las cantidades abonadas por los clientes, los locales pequeños se van apañando, pero la desorientación que afectará a los consumidores los primeros momentos les obliga a arrancar el día 1 con la caja llena de euros.

Y ello sin contar con los pagos mixtos. Dentro de unas horas, llevaremos en las carteras 16 monedas (ocho piezas de pesetas y ocho de euros) y 11 billetes (siete de euros y cuatro de pesetas). Las empresas han realizado simulaciones con todas las combinaciones posibles: pagos en pesetas, en euros y en pesetas y euros, devolviendo siempre euros, y de todas, la última es la menos ideal.

Y hay más. Hasta ahora no se está prestando especial atención a los precios en euros, se quejan en el sector. Consecuencia, algunos clientes oirán 1,02 euros y entenderán 1,20 euros, de modo que mejor utilizar expresiones como un euro y dos céntimos. En vista de lo que se viene encima, son muchos los establecimientos que han decidido reforzar el personal de servicio de caja.

En el casino se produce una situación singular. El Casino Gran Madrid, abrirá a las 16 horas de hoy y cerrará a las 6 horas del día 1 de enero. Los clientes podrán cambiar en las cajas sus euros por fichas (token) y emplear la nueva moneda en servicios de recepción y hostelería y, por supuesto, pagar con la tarjeta de crédito, pero esta noche se seguirá jugando en las mesas y las máquinas con fichas en pesetas y todos los cambios y devoluciones se harán en pesetas.

La razón es que la convivencia de las dos monedas en las horas de arranque no es fácil. La especial característica del negocio hace difícil la cohabitación en las primeras horas. Se puede dar incluso el caso de que la bola de la ruleta se lance poco antes de las 24 horas y caiga pasada medianoche, o que una apuesta se inicie el día 31 y acabe ya siendo 1 de enero. Por eso, no se puede retirar el fichero de pesetas justo antes de la medianoche y sacar el de euros entrado el nuevo día, explican en el Casino Gran Madrid. La teoría está dominada, esta noche habrá que ponerla en práctica.

 

Casinos, un caso singular

El proceso de adaptación del euro en el Casino Gran Madrid es peculiar. Los clientes jugarán las seis primeras horas del día 1 con fichas en pesetas y los cambios y devoluciones durante esa noche se harán en la misma moneda.

Sin embargo, a partir de las 16 horas del 1 de enero, cuando el casino vuelva a abrir sus puertas, todos los juegos de mesas y máquinas se desarrollarán en euros, por lo que los clientes que lleguen con pesetas o dispongan de fichas en pesetas deberán cambiarlas en las cajas por las nuevas fichas en euros.

Desde ese momento, la casa de juego canjeará siempre las fichas en pesetas por su valor equivalente en euros.

En las máquinas de azar se utilizará la moneda de 0,50 euros, que se podrá obtener en las cajas o en las máquinas cambiadoras. El valor de los premios acumulados (jack pots) aparecerá ya en euros.

En las mesas, se jugará ya con las nuevas fichas, de 5.000, 10.000 y 20.000 euros. Nueva moneda para nuevas apuestas. En la ruleta francesa las apuestas mínimas serán de 2,5 y 5 euros; las máximas, de 75 y 150 euros. En la americana se podrán apostar desde 2 euros hasta 100 euros; al black jack, a partir de 2,5 euros con un límite de 500 euros, y al punto y banca, desde 10 hasta 500 euros.

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