Los inversores, de espaldas al riesgo
El miedo a la Bolsa no ha desaparecido entre los inversores de fondos de inversión. La elevada volatilidad de los mercados de renta variable sigue orientando a los inversores hacia las alternativas más defensivas y de más bajo riesgo, básicamente los fondos monetarios.
La recaída bursátil de la semana pasada ha alejado de momento la esperanza de un cierre de ejercicio positivo para los fondos de renta variable. Los de renta fija se mantienen estabilizados, a pesar de la rebaja de tipos de interés adoptada la semana pasada por la Reserva Federal, que no ha tenido el impacto negativo que se temía sobre los tipos de interés a largo plazo.
La principal novedad de la semana, además de los retrocesos en los fondos de renta variable, ha sido la subida de rentabilidad de los fondos especializados en mercados emergentes y la continuidad de las aportaciones a los fondos de perfil defensivo.
Los inversores siguen actuando, en efecto, de espaldas a toda decisión que implique cierto nivel de riesgo. La reacción alcista de los meses de octubre y noviembre no parece haber sido suficiente para dotar de la credibilidad suficiente a las Bolsas, que alcanzaron sus mínimos anuales a finales de septiembre pero los han superado con enorme decisión en los dos meses siguientes. Los partícipes, como reflejan los últimos datos de evolución de los patrimonios en noviembre, no acaban de considerar que ha llegado el momento propicio para elevar su exposición a las inversiones de cierto riesgo, en contra de las recomendaciones bastante generalizadas que se repiten entre los analistas. La idea muy repetida de que las rentabilidades de la renta fija están por el momento agotadas no está calando entre los inversores, que siguen apostando por las entradas en este tipo de fondos, no tanto por sus expectativas de rentabilidad como por la necesidad de disponer de un refugio aceptable de cara a los riesgos que aún presenta la renta variable.
Pérdidas en Bolsa
Los fondos que invierten en la Bolsa española han registrado un importante retroceso durante los últimos días, hasta situarse sus pérdidas en torno al 10%. Los fondos bursátiles que operan en otros mercados presentan pérdidas aún superiores, por encima del 22% en lo que va de año. La crisis argentina ha impedido que la reacción alcista de la Bolsa española observada en las semanas precedentes gozara de la continuidad esperada.
Aunque tres fondos especializados en renta variable doméstica presentan rendimientos superiores o en torno al 20%, la gran mayoría de los fondos de este grupo cerrará el año con pérdidas de diversa cuantía, en algunos casos por encima del 20%.
La percepción de los inversores está siendo todavía muy conservadora y sus pasos se guían por la cautela máxima. Las cifras de movimiento de flujos de inversión durante el mes de noviembre indican que los inversores siguen apostando por los fondos de inversión, con unas entradas netas en el mes de más de casi 284.000 millones de pesetas.
Pero estas entradas se han concentrado de forma casi exclusiva en los fondos monetarios y en los fondos de renta fija a corto plazo, dos grupos que en conjunto han dado cabida a cerca de 330.000 millones de pesetas nuevos en el mes pasado. En lo que va de año, las entradas de dinero neto (es decir, sin contar revalorizaciones de cartera) han superado la cifra de 1,8 billones de pesetas en estos dos tipos de fondos.
Dos grupos que se caracterizan por la seguridad en las rentabilidades pero también por su escasa cuantía, ya que van a superar en ambos casos la tasa de inflación por escaso margen. Los fondos monetarios presentan una rentabilidad media acumulada en lo que va de año del orden del 3,45% y los fondos de renta fija a corto plazo ganan apenas un 3,6% en los once meses y medio transcurridos del presente ejercicio.
La actitud de los inversores parece orientarse, por lo tanto, a esperar y ver. Es decir, a mantener una prudente actitud de espera mientras se clarifican las expectativas económicas y llega, por ello, la esperada reacción continuada y solvente de la renta variable.
Lo primero, la reacción de las economías occidentales, no se espera para antes de la segunda mitad del año próximo y la reacción de los mercados posiblemente se anticipe un poco, como suele suceder en los cambios de ciclo.
Pero el punto de arranque de esa esperada reacción de la renta variable está todavía inédito. Algunas previsiones aseguraban que podría producirse en las últimas semanas del año en curso o en el arranque del año próximo.
El dinero sigue entrando
La entrada neta de dinero en los fondos de inversión se ha mantenido en el mes de noviembre, según datos de la patronal Inverco, dados a conocer la pasada semana. La entrada neta (es decir, descontando el efecto de las revalorizaciones o minusvalías de cartera) ha sido de unos 283.900 millones de pesetas.
Entre los grupos más beneficiados por las entradas de dinero, los fondos monetarios (Fiamm) y los de renta fija a corto plazo, ambos con riesgos de pérdida mínimos, son los más beneficiados en las aportaciones de los partícipes. No obstante, en la renta variable también ha entrado algo de dinero, aunque poco, 6.000 millones en los fondos de Bolsa española.
Buen mes emergente
Los fondos especializados en mercados emergentes están registrando este mes una importante subida. En las dos primeras semanas, varios fondos especializados en este tipo de mercados han logrado avances que oscilan entre el 6% y el 12% en sus valoraciones, aunque en relación con los valores de cierre del pasado año todavía presentan niveles más bajos. La crisis argentina no parece haber hecho mella en las Bolsas de los países emergentes, si bien han sido los países asiáticos algunos de los que se han beneficiado de las últimas subidas y algunas economías latinoamericanas, que han logrado evitar el contagio de la crisis.
Deuda más barata
El principal activo de inversión de los fondos es la Deuda Pública doméstica, en la que está concentrado un elevado volumen de dinero, en especial en los fondos de corto plazo y en los fondos monetarios. Las recientes rebajas de tipos de interés de la Deuda española van a generar un empeoramiento de las expectativas de rentabilidad de este tipo de fondos. La Deuda española ha recibido además el espaldarazo internacional de la mejora de su nivel de calificación por las agencias internacionales, lo que mejorará la posibilidad del Tesoro de emitir a tipos de interés más bajos que hasta la fecha.