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El BIS retrasa hasta junio la publicación del borrador de Basilea II

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, formado por los principales bancos centrales del mundo, anunció ayer la decisión de posponer hasta junio la publicación del próximo borrador del nuevo Acuerdo de Supervisión Bancaria, también conocido como Basilea II. El Comité, que depende del Banco de Pagos Internacionales (BIS), tenía previsto hacer público este borrador en febrero.

Según el comunicado de prensa emitido por la institución reguladora del sistema bancario internacional, las propuestas hechas por los distintos agentes consultados "ha sido extremadamente constructivo". Tanto, que la institución ha decidido que "una revisión adicional" ayudaría a hacer "más constructivas" las consultas realizadas. Actualmente, el texto está en fase de consultas, y el Comité emite borradores de forma periódica.

El Comité de Supervisión Bancaria aseguró ayer en el mismo comunicado que no veía necesidad, al menos por el momento, de retrasar la implementación del nuevo acuerdo de control bancario, que sustituirá al que se aprobó en 1988 -que se conoce como Basilea I-. No obstante, la institución precisó que "está preparada para afrontar las consecuencias" que pueda tener la decisión anunciada ayer. En un principio, cuando se aprobaron las líneas maestras de Basilea II el pasado mes de diciembre, la fecha de entrada en vigor se fijó en 2004. No obstante, tras repetidos llamamientos del sector bancario, este plazo se prorrogó un año más.

Lo que presentó en diciembre el Comité de Supervisión Bancaria del BIS no es un documento cualquiera. Es el nuevo modelo por el que se regirá la mayor parte de los bancos del mundo para el control de riesgos. Las nuevas propuestas, elaboradas tras dos años de trabajos, se basaban en tres pilares: el requerimiento mínimo de capital, la revisión del proceso de supervisión y la disciplina de mercado. Además, Basilea I fijó en 1988 el ratio mínimo de solvencia, que quedó desde entonces en un 8% de los recursos propios sobre activos totales. Basilea II introducirá criterios más flexibles. El nuevo documento aumenta a su vez el margen de actuación de las entidades en cuanto a control de riesgos.

La fecha de implementación ha sido uno de los grandes puntos de discordia desde que se presentó el primer borrador. La banca consideró que el documento establecía unas condiciones muy rigurosas para las que les haría falta más tiempo para alcanzar los niveles requeridos. La UE exigió un plazo tres años desde la publicación del borrador para cumplirlos.

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