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Enron cruza demandas con Dynegy tras declarar la suspensión de pagos

La suspensión de pagos de Enron, presentada el domingo por la noche, ha arrastrado a Dynegy ante los tribunales. Enron ha demandado a Dynegy por la ruptura del contrato de compra exigiéndole 10.000 millones de dólares (11.200 millones de euros) en compensaciones. Dynegy ha presentado una contrademanda para proteger sus derechos de compra del gasoducto Nothern Natural.

Además de la elevada cifra, la demanda de Enron contra Dynegy, interpuesta en el mismo momento en que solicitaba la suspensión de pagos, busca que el tribunal declare que Dynegy no tiene derecho a comprar el gasoducto Nothern Natural y es precisamente esta cautela la que Dynegy quiere evitar.

La empresa, que la semana pasada canceló su acuerdo de compra de Enron, quiere tomar posesión de este activo el 12 de diciembre a cambio de una inversión de 1.500 millones de dólares en Enron efectuada por su accionista Chevron Texaco, al mismo tiempo que anunció el acuerdo de la fusión el 9 de noviembre.

Con la contrademanda presentada ayer, Dynegy quiere proteger legalmente la opción de compra que ejerció el pasado jueves, un día después de que se cancelara la fusión que de las dos empresas.

Sin embargo, esta intervención ante los tribunales puede aún subir de tono porque, según declaró ayer Chuck Watson, presidente de Dynegy, su compañía puede buscar una indemnización por daños y perjuicios contra Enron al considerar que la demanda interpuesta por esta es "frívola y dolosa".

Y es que ninguna de las dos partes están ahorrándose críticas a pesar de que la batalla legal no ha hecho más que comenzar.

Si la semana pasada Dynegy acusaba a la empresa presidida por Keneth Lay de falta de interés en la fusión, Enron culpa en su demanda a Dynegy de haber acelerado la caída de la empresa con la retirada de su oferta de compra.

La eléctrica, que ha sido una de las compañías más grandes del mundo del sector, ha asegurado que Dynegy utilizó el acuerdo de compra para debilitarla aun más. Según Enron, la cancelación de la fusión tenía como fin "acabar con la competencia para así fortalecer sus propios negocios". Watson declaró ayer que estas afirmaciones son absolutamente falsas y que la empresa ya estaba en una situación comprometida, conocida por todos, antes de que se planteara la fusión.

La solicitud de la suspensión de pagos la noche del domingo da argumentos a Watson en la dialéctica mantenida desde los despachos. Enron y 13 de sus filiales se acogieron al capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas para intentar reorganizar sus negocios al amparo de la suspensión de pagos.

Entre las filiales afectadas por esta medida figura la dedicada a la venta de energía, un negocio en el que la compañía de Lay ha sido pionera.

La primera de la lista

En la declaración para solicitar la suspensión de pagos, Enron valora sus activos en 49.800 millones de dólares y su deuda en 31.200 millones de dólares, y alega que cuenta con 1.500 millones de dólares de financiación de un grupo de bancos liderado por JP Morgan.

Estas cifras colocan a la empresa energética a la cabeza de la lista de las empresas acogidas al capítulo 11, superando a Texaco, que suspendió pagos en 1987 con un volumen de activos de 35.900 millones de dólares.

"A pesar de la incertidumbre de las últimas semanas, que ha impactado severamente en la confianza de los mercados y en nuestras operaciones de intermediación", señalaba ayer Lay, "estamos dando los pasos necesarios para ayudar a preservar nuestro capital, estabilizar el negocio y restaurar la confianza de los mercados y nuestros clientes, además de aumentar nuestra capacidad para hacer frente a las deudas".

Enron va a poner en marcha un plan de recortes de costes del que sólo se conocen de momento sus líneas generales, que pasan por rebajar su plantilla de 21.000 trabajadores.

Despidos en Houston

La compañía, que ya anunció la supresión de 1.100 empleos en su filial europea, pidió ayer a los 7.500 trabajadores de su sede en Houston (Tejas) que se quedaran en su casa. Además comunicó la supresión de 4.000 de estos empleos. La segunda pata de este plan de reducción de costes se asienta en la desinversión y venta de algunos activos.

Además de todas estas medidas, Enron está negociando con algunas instituciones financieras una operación de canje de deuda por activos. Según la propia empresa, se espera que las conversaciones den pronto sus frutos. Los nuevos fondos se destinarán a cumplir sus obligaciones operativas y el pago de las nóminas de la empresa. Según Lay, "los negocios están desarrollándose normalmente y continuarán así".

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