Las condiciones de trabajo en Europa no mejoran desde 1990, según la UE
La exposición a riesgos físicos, la intensificación del ritmo de trabajo y la falta de prácticas laborales flexibles son algunos de los males que caracterizan el entorno laboral europeo. La tercera encuesta sobre las condiciones de trabajo realizada por la Unión Europea concluye que el panorama no ha mejorado en la última década. Prueba de ello es que el 44% de los trabajadores comunitarios se confiesa incapaz de continuar en la misma empresa hasta los 60 años.
El 83% de los 159 millones de trabajadores que existen en Europa son asalariados, mientras que el 17% trabaja por cuenta propia. æpermil;se es el panorama sobre el que ha sido realizada la tercera encuesta sobre condiciones laborales en la UE, una radiografía del entorno laboral europeo en el año 2000 que acaba de publicar la Fundación para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, un organismo dependiente de la Unión Europea.
La conclusión del estudio, realizado entre más de 20.000 trabajadores de los 15 Estados miembros, es profundamente pesimista. "El sondeo pone de manifiesto que en los 10 años transcurridos desde que se realizó la primera encuesta no ha habido ninguna mejora significativa de los factores de riesgo ni de las condiciones generales de los lugares de trabajo", señala el texto.
Así, la encuesta concluye que los problemas de salud relacionados con el trabajo se han agravado. Los dolores de espalda, cuello y hombros van en aumento, al igual que la fatiga general, mientras que el estrés se mantiene en el mismo nivel (28%) que en el estudio anterior, realizado en 1995. Según se explica en el informe, el grado de presión laboral que sienten los trabajadores europeos es tal que el 42% de todos ellos cree que no sería capaz de continuar con el mismo puesto hasta cumplir 60 años.
La exposición a riesgos físicos es otro de los capítulos en los que no se ha producido ninguna mejora. El ruido, las vibraciones, la inhalación de gases y el trabajar en posturas incómodas continúan siendo males habituales en las empresas europeas.
Movimientos repetitivos
La encuesta refleja que este tipo de problemas afecta en mayor medida a hombres que a mujeres, a excepción de las posturas dolorosas, que padecen por igual ambos sexos. En cualquier caso, son los trabajadores temporales quienes acumulan la mayor parte de los riesgos en este apartado.
El 31% de los empleados europeos confiesa realizar movimientos repetitivos, un porcentaje que no ha variado prácticamente en los últimos años. Más de la mitad asegura trabajar a un ritmo elevado y con plazos "muy justos" al menos durante el 25% de su tiempo de trabajo, y dos de cada cinco dicen no contar con el tiempo suficiente para hacer su trabajo. "Hay una gran correlación entre la intensidad del trabajo y los problemas de salud y las lesiones laborales", señala el informe.
Otro capítulo en el que se ha producido un estancamiento es en la capacidad de control de los trabajadores sobre sus tareas. Sólo dos tercios de ellos, la misma cifra que en 1995, pueden elegir el orden de sus tareas, mientras que casi dos de cada cinco empleados -el 44%- no puede decidir en qué periodo coger vacaciones. Los trabajadores autónomos, por su propia condición, afirman tener más control sobre su trabajo que los asalariados (84% frente a 36%).Y lo mismo ocurre con los hombres (47%) frente a las mujeres (41%).
Entre los escasos avances que refleja la encuesta destaca el aumento, aunque ligero, de la proporción de trabajadores que utilizan nuevas tecnologías. Así, mientras en 1995 sólo el 39% de los empleados europeos usaba ordenadores, en 2000 el porcentaje ascendió al 41%. El teletrabajo es mencionado únicamente por algo más del 1% de la población total. Además es más habitual en las categorías profesionales de mayor cualificación y en los servicios inmobiliarios y financieros.
38 minutos de media diaria en desplazamientos
La macroencuesta realizada por la Fundación para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo examina con detalle el reparto del tiempo de trabajo de los trabajadores europeos. Así, el texto concluye que los empleados comunitarios invierten una media de 38 minutos en los desplazamientos hasta el trabajo, aunque existen grandes diferencias entre ellos. El 18% de los encuestados menciona una media diaria de más de 60 minutos, mientras que, por países, son los trabajadores de los Países Bajos los que pierden más tiempo en ir y venir del trabajo.
También el promedio de horas trabajadas a la semana esconde grandes diferencias. Mientras que la semana laboral media es de unas 38 horas, los autónomos declaran trabajar 46 horas a la semana y los asalariados unas 36,5 horas. Muchos encuestados confiesan trabajar menos de 30 horas semanales, aunque también hay una elevada proporción que permanece en la oficina 45 horas o más.
Al igual que en la encuesta anterior, realizada en 1995, el trabajo "ininterrumpido" es muy frecuente entre la población activa de la Unión Europea. Según la encuesta, un trabajador de cada dos trabaja al menos un sábado al mes, y uno de cada cuatro, un domingo. El reparto por turnos es la fórmula habitual para el 20% de los empleados, mientras que el 19% reconoce que trabaja al menos un sábado de cada mes. En cualquier caso, casi una quinta parte de los encuestados dice que no hay flexibilidad horaria que permita atender los compromisos familiares.