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El Banco Popular abandona el capital de Vía Postal y deja solo a su fundador

La compañía Vía Postal, creada en mayo para competir con Correos, quedará sin uno de sus principales socios financieros, el Banco Popular. El otro inversor y fundador, Luis Sans, ha decido seguir en solitario tras comprar a la entidad bancaria el 50% que poseía, por 600 millones de pesetas. El cambio se produce días después de que la empresa privada denunciara a Correos por prácticas restrictivas de la competencia y abuso de posición dominante.

La compañía Vía Postal, competidora de Correos y Telégrafos, contará a partir de ahora con un solo socio financiero, su fundador, Luis Sans. æpermil;ste ha decidido adquirir el 50% que la entidad bancaria tenía en su poder desde la creación de la compañía en mayo de este año y seguir el proyecto en solitario. Por la operación Sans ha pagado 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros) al Popular. A su juicio, "la entidad bancaria ha logrado una rentabilidad del 14% en tan sólo seis meses".

La decisión del Popular de salir de la compañía coincide con el rifirrafe que han mantenido Vía Postal con Correos y Telégrafos en estas últimas semanas. Por un lado, en los juzgados ordinarios existe una demanda contra el directivo comercial de Correos, Héctor Lumbreras, "por presiones a terceros que pueden suministrar infraestructuras a Vía Postal". Por otra, el Tribunal de Defensa de la Competencia ha admitido a trámite una denuncia de Vía Postal contra Correos por abuso dominante, según Luis Sans. æpermil;ste asegura que "la estrategia de la compañía pública es dificultar el proceso de envíos cuando tiene que hacer uso de la red pública y de rebajar los precios a clientes que contratan con Vía Postal".

Hace menos de un mes, Luis Sans tenía previsto contar con el respaldo financiero de diversas cajas de ahorros para seguir adelante con el proyecto, pero una serie de des-acuerdos dieron al traste con la operación y finalmente Sans decidió controlar la totalidad del capital. Según el presidente y fundador de la compañía, "las entidades buscan el beneficio a corto y medio plazo, mientras que Vía Postal es un proyecto empresarial a muy largo plazo".

Ampliación de capital

La empresa postal privada pretendía dar entrada a nuevos socios a fin de que le ayudaran a financiar una inversión prevista de 40.000 millones de pesetas para los próximos cuatro años. A partir de ahora, el fundador acometerá en solitario las inversiones que tenía previstas. De momento pondrá de su bolsillo 33 millones de euros (5.500 millones de pesetas) para una ampliación de capital. El objetivo es "seguir creciendo en las principales ciudades y provincias españolas". Desembolsará, además, 1.100 millones de pesetas anuales en investigación y desarrollo para nuevas tecnologías.

De los 40.000 millones de pesetas presupuestados, el 60% procederá de los propios recursos de la compañía; el 20%, de nuevas ampliaciones de capital, y el resto lo obtendrá endeudándose.

La inversión se destinará a la implantación de la red de distribución y reparto de Vía Postal. Un 17% se dedicará a la adquisición de infraestructura tecnológica (maquinaria de clasificación automática y redes de comunicación) y 1.500 millones se emplearán en la formación de personal. En la plantilla trabajan ahora 900 personas y se espera ampliarla hasta 4.000 trabajadores en tres años.

En la actualidad Vía Postal recoge y distribuye el correo urbano de las principales ciudades, las cartas entre 20 y 500 gramos, y de todas las partidas interurbanas de publicidad. Vía Postal dirige su actividad principalmente a grandes empresas que realizan envíos masivos regulares, y a las pymes. Opera en Madrid, Barcelona y Bilbao. Durante este mes prevé extender sus servicios a Málaga, Bilbao, Valencia, San Sebastián, A Coruña y Zaragoza. En diciembre proyecta estar en el 65% de los kioscos de toda España a través de un acuerdo firmado con los distribuidores de estos establecimientos.

Buzones propios

En total, Vía Postal instalará 86.000 buzones de recogida. Para ello creará su propia red y una asociada en la que integrará a algunos operadores locales. Este año espera contar con más de 5.000 puntos de recogida en todos aquellos lugares de acceso habitual para el ciudadano: gasolineras, kioscos, empresas, sucursales bancarias, centros comerciales, cadenas de restauración y librerías.

Luis Sans tiene previsto facturar este año 8.000 millones de pesetas, aunque las pérdidas se estiman en 8,4 millones de euros (1.400 millones de pesetas). Sans prevé que el punto de equilibrio podría llegar a finales de 2002. Para los próximos años pronostica unos ingresos cercanos a los 300 millones de euros. Entre los diversos proyectos pendientes, Sans prevé la salida del negocio postal a Latinoamérica, Portugal y otros países europeos.

Además estima abrir en dos años 600 establecimientos (propios y franquiciados) hasta 2004, que tienen como objetivo ofrecer servicios postales, Internet, reprografía, comunicaciones y cafetería. La inversión media para montar uno de estos centros franquiciados está en torno a los 180.396 euros.

 

Las desventuras de un correo privado

El servicio de Vía Postal parte con muchas desventajas frente e su competidor, Correos. Además de su posición de dominio en el mercado, el organismo público cuenta con 70.000 empleados y una red postal que llega a todas las ciudades y pueblos. Vía Postal tiene, de momento, 900 trabajadores, de los cuales 800 son carteros, y recoge envíos tan sólo desde 800 kioscos de Madrid y 3.100 empresas. Luis Sans reconoce que "queda mucho por hacer para llegar a todo el territorio nacional", aunque competirá en calidad, dice. El servicio público "tiene muchas "deficiencias y se retrasa con asiduidad".

Por ello, Vía Postal se ha propuesto hacer el seguimiento de los envíos mediante nuevas tecnologías. Aunque de momento se ha centrado en el envío para empresas, Vía Postal pretende llegar a la mayoría de los ciudadanos en el plazo de cinco años. Para conseguir este propósito ha llegado a un acuerdo con los quiosqueros. æpermil;stos pueden vender sobres franqueados y llevarse una comisión de la venta.

Además, en cada uno de estos establecimientos de periódicos aparece un buzón, que en teoría debe ser vigilado por el dueño.

A juicio de Sans, "estos autónomos todavía no están muy concienciados de la seguridad del buzón. Debemos aportar más dinero y esfuerzo en formar a estas personas para que se sientan responsables de un proceso postal con éxito". En Madrid, una carta dirigida a un destinatario de la propia capital tarda una media de 24 horas, mientras que en otras capitales de provincia tarda 48.

Sans estima que algunos destinos serán más complicados. Los envíos para pequeños pueblos pueden llevar hasta 72 horas. Para el transporte de las cartas, Vía Postal ha cerrado acuerdos con Azkar y Servipack.

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