EE UU declara una alerta mundial porque teme nuevos ataques
El Gobierno de Estados Unidos lanzó ayer una nueva alerta mundial por la posibilidad de ser objetivo de nuevos ataques terroristas durante la próxima semana. Este aviso coincide con la detección de rastros de carbunco en numerosas dependencias de su Administración, entre ellas la Corte Suprema, el Departamento de Estado y el Departamento de Sanidad.
El fiscal general John Ashcroft emitió ayer, en representación del Gobierno de Estados Unidos, una nueva alerta mundial ante la posibilidad de ser objetivo de nuevos ataques terroristas la próxima semana.
"Hemos recibido información fidedigna sobre la posibilidad de que nuestros intereses y los de nuestros aliados sean objeto de atentados la próxima semana, pero por desgracia no disponemos de información sobre ataques específicos", dijo Ashcroft en una conferencia de prensa.
Acompañado por el director del FBI, el fiscal general pidió a los estadounidenses que "tengan paciencia y cooperen" con las autoridades en esta lucha contra el terrorismo global.
Este aviso se produjo en un día en el que el país se vio desbordado por la detección de numerosos rastros de carbunco en dependencias de la Administración. La Corte Suprema de Estados Unidos tuvo que celebrar ayer sus sesiones, por primera vez en su historia, fuera del edificio que ocupa. Las pruebas confirmaron ayer la presencia de esporas de carbunco en las oficinas de correos del alto tribunal, las mismas que se detectaron en el Departamento de Estado y en el de Sanidad.
El FBI reconoció ayer lo que previamente habían reconocido otros altos cargos del Gobierno: que no hay pruebas que vinculen los envíos de esporas de la bacteria del carbunco con los atentados del 11 de septiembre. Lo que supone dirigir las sospechas y las investigaciones hacia los grupos extremistas de dentro del país.
Pese al pánico desatado entre la población, hasta ahora se han detectado 12 casos de enfermedad del carbunco y tres muertes por este motivo en todo el país. Dada su alta exposición al contagio, miles de empleados del servicio de correos están siendo sometidos a un tratamiento preventivo con antibióticos, principalmente en el área cercana a Washington.
El otro frente de batalla de EE UU, Afganistán, sigue dando quebraderos de cabeza a las autoridades militares estadounidenses, por los escasos avances registrados en sus objetivos y las críticas crecientes a las numerosas muertes de civiles que han provocado sus bombardeos.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, aseguró ayer que los bombardeos sobre Afganistán seguirán adelante hasta conseguir sus objetivos. EE UU anunció ayer una ampliación de las zonas de ataques, que ayer iniciaron su cuarta semana.
El diario USA Today informó ayer que el Pentágono prepara establecer una base en territorio afgano destinada al apoyo de sus comandos especiales en la lucha contra los talibanes.
Durante su comparecencia ante la prensa, Rumsfeld rechazó las críticas por las muertes civiles provocadas en los bombardeos contra oficinas de la Cruz Roja y que provocaron la muerte de varios niños en Kabul. "Todas las bajas, todas las víctimas, son responsabilidad de los talibanes y de la organización Al Qaeda, a la cual han dado amparo", afirmó.
Los talibanes rebatieron las acusaciones de Estados Unidos y aseguraron que el objetivo que persigue Washington es hacerse con el control de Afganistán por motivos ocultos relacionados con los campos petrolíferos de Asia Central.
Ayer, el ex presidente Bill Clinton, que se encuentra en Barcelona, recomendó "combatir el terrorismo con democracia" y admitió que los atentados de septiembre "representan el lado oscuro de la globalización", informa Pilar Abril.