El retraso en el nuevo plan económico argentino crea pánico en el mercado
Mientras el Gobierno argentino demora el anuncio de un nuevo paquete de medidas económicas, los mercados han entrado en pánico. La incrementada creencia en la suspensión del pago de la deuda del país ha llevado el riesgo crediticio a superar 2.000 puntos básicos. El precio de los bonos de deuda cayó el 12,92% y la Bolsa perdió el 8,7%.
Los temores sobre un inminente desenlace negativo de la larga crisis económica argentina se incrementan con el paso de las horas.
En un clima de desasosiego y ansiedad crecientes, el Gobierno del presidente Fernando de la Rúa renovó ayer su gabinete de ministros. La repercusión de una decisión política de semejante calado pasó casi desapercibida. La atención está en otra parte. Ni siquiera el ex superministro de Economía, Domingo Cavallo, ocupa ya el centro de la escena. Tampoco la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se encuentra en Buenos Aires controlando el cumplimiento de las metas fiscales.
El protagonista de ayer fue, y seguirá siendo hoy, el mercado. Tanto el local como el de los mercados emergentes mundiales, que siguen al minuto la evolución del drama económico argentino.
"El plan ya está listo y tiene consenso interno, pero antes de anunciarlo hace falta cerrar algunos acuerdos con el FMI y los bancos", dijo en tono calmado y seguro el ministro Cavallo en un mensaje dirigido a la población. Y agregó que el objetivo de ese plan, cuyo eje es una reestructuración de la deuda pública del país de 145.000 millones de euros, es bajar los tipos de interés "y el costo de la deuda provincial y la pública". En otras palabras, que los acreedores acepten un nuevo plazo de pago de sus títulos a un rendimiento sensiblemente menor al actual.
La reacción de los inversores no parece afirmarlo. "El mercado ve más cerca un default (suspensión de pagos). Se teme una reestructuración no voluntaria de la deuda", dijo el analista del BBVA Banco Francés, Esteban González Carretto. La semana pasada, la calificadora Standard & Poor's había dicho que pondría en categoría de "default selectivo" a Argentina si el Gobierno obligaba a los tenedores a canjear sus bonos a un rendimiento inferior al pactado.
De momento, lo más concreto de la situación es que el Gobierno de Buenos Aires necesita que la misión del Fondo apruebe sus cuentas del tercer trimestre. El subsecretario de Finanzas, Julio Dreizzen, renunció ayer al cargo tras asistir a la reunión con fucionarios del organismo multilateral.
Anticipo del FMI
Por esta vía, Cavallo piensa pedirle al FMI que adelante un desembolso de 1.390 millones de dólares y se lo entregue en noviembre en lugar de en diciembre. La razón es muy sencilla: el país debe honrar vencimientos de su deuda por 1.200 millones en pocos días. Si no lo hace, la suspensión de pagos sería un hecho. Para otros operadores, ésta es un hecho. Una información de la agencia de noticias Bloomberg llegaba ayer a afirmar que Argentina tiene previsto dejar de pagar 38.000 millones de dólares (unos 42.000 millones de euros) de su deuda.
Tanto Cavallo como el presidente De la Rúa afirmaron el domingo y ayer que no habrá devaluación ni dolarización de la economía. El ministro aseguró que su plan de renegociación de la deuda está siendo asesorado por Jacob Frenkel, ex gobernador del Banco de Israel y directivo de Merrill Lynch. El mercado no les cree. Una fuente financiera de Buenos Aires dijo a este periódico que Cavallo trató, en su viaje secreto a Nueva York, entre otros temas clave, la posibilidad de trasladar a Argentina la parte de las reservas argentinas depositadas en el Deutsche Bank. "Una manera de evitar un embargo en caso de suspensión de pagos", explicó el financista.
El Banco Internacional de Pagos (BIS) informó que los bancos han reducido su riesgo en países emergentes, debido a la situación económica en Turquía y Argentina.