Sólo el 14% de los comercios se ha preparado para disponer de euros
El proceso de predistribución de billetes y monedas de euros, conocido como prealimentación, es esencial para garantizar el éxito de la transición a la moneda única. Pese a su importancia, sólo un 14% de los comerciantes ha tomado la iniciativa de informarse sobre este aspecto. Esperar al último momento es garantía de fracaso.
En España hay unos 600.000 establecimientos comerciales de tamaño medio y pequeño; su labor será fundamental para el éxito de la implantación de la moneda única.
Los dos meses de convivencia del euro y la peseta no son un periodo de gracia, sino simplemente una forma de suavizar la transición. Las pesetas deben desaparecer del mercado al mayor ritmo posible y los comerciantes son claves para lograrlo. Es fundamental empezar a dar el cambio en euros desde el 1 de enero y para lograrlo hay que hacer algo tan básico como es disponer ya en diciembre del fondo suficiente de euros.
El presidente de la Comisión del Euro de Eurocomercio, Luis Sans, alerta sobre esta preocupante falta de interés. "La mayoría de los que están informados no es por su propia iniciativa, sino porque es su propio banco el que se ha interesado".
En contra de complicados y costosos procedimientos que podrían imaginarse, la prealimentación es muy sencilla. A partir del 1 de diciem-bre los comerciantes podrán solicitar en su oficina bancaria la cantidad en euros que precisen para los primeros días. Aunque ese dinero pase a manos del empresario, éste sigue siendo propiedad del banco hasta el 1 de enero. Al día siguiente, el dinero entregado será cargado en la cuenta del empresario.
Conviene recordar que la prealimentación en euros es gratuita, la operación no conlleva ningún tipo de gastos extraordinarios, como el cobro de intereses o de comisiones.
Otro aspecto a replantear es el de los llamados precios psicológicos. Por ejemplo, un artículo de 4.995 pesetas cuesta 30,02 euros. El empresario deberá ahora reestructurar toda su política de precios.
Sans recomienda, además, acelerar la formación de los empleados de las tiendas, completar la preparación de las aplicaciones informáticas, la adaptación de las básculas y de las máquinas expendedoras. Como afirma el directivo, "no se trata de sobrevivir al euro, sino de estar a la altura de las circunstancias".