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Expertos políticos de EE UU cuestionan la guerra de Bush

Los expertos en teoría política de las universidades estadounidenses reconocen que el presidente George Bush ha ganado talla política y liderazgo desde los atentados de septiembre. Pero también creen que su "guerra contra el terrorismo" tiene objetivos dudosos y difícil solución, y avisan que esto puede costarle la reelección en 2004.

El presidente George Bush ha descubierto que su misión en la vida es ganar la guerra contra el terrorismo. Una cruzada ambiciosa que es apoyada masivamente por los ciudadanos. Sin embargo, los expertos en teoría política de EE UU creen que esta guerra puede convertirse en una espada de doble filo para el republicano.

Warren Goldstein, de la Universidad de Hartford (Connecticut), reconoce que "los estadounidenses no somos demasiado sofisticados políticamente, sobre todo en tiempos de guerra". "Aunque Bush no es tan popular como Roosevelt tras el ataque a Pearl Harbor, el pueblo le apoya plenamente" en estos momentos. Pero "le será difícil mantener este apoyo a lo largo de un conflicto sin objetivos definidos y en el que será muy difícil anotarse una victoria clara. Siempre seguirá habiendo amenazas terroristas".

Paul Wallance, de la Universidad de Misuri, cree que Bush respondió a esta crisis "como un típico tejano indignado, diciendo cosas como que quería a Osama Bin Laden vivo o muerto". Sin embargo, "luego moderó su lenguaje y su belicosidad" y adoptó un talante más parecido al del secretario de Estado, Colin Powell, "que empezó a tener más peso que los halcones del Departamento de Defensa".

George Peery, del Mars Hill College (Carolina del Norte), destaca lo mucho que ha cambiado la agenda exterior de Bush con este conflicto. Para empezar, el republicano ha abandonado completamente su discurso unilateralista. Antes estaba dispuesto a rechazar el Protocolo de Kioto y construir un escudo antimisiles con o sin apoyo del resto de las potencias mundiales. Ahora "no desaprovecha ninguna oportunidad para hablar sobre nuestros aliados".

Además, el republicano habla ahora de derrocar a los talibán y buscar un Gobierno alternativo para Afganistán, "cuando durante la campaña criticó a Gore por apoyar las tareas de construcción nacional, especialmente en Kosovo y los Balcanes".

"No hay como una crisis en las relaciones internacionales para que los presidentes de EE UU cambien de rumbo y hagan cosas radicalmente diferentes a las prometidas durante la campaña", anota Peery.

Iren Omo-Bare, del Mill-saps College (Misisipí), también cree que "el unilateralismo es ahora cosa del pasado. Y eso no sólo es sabio, sino que también es necesario. Si EE UU hubiera decidido actuar en solitario contra Afganistán, sin sellar antes acuerdos con Estados vecinos (sobre todo Pakistán), los terroristas habrían encontrado refugios seguros fuera y ganar más apoyos para su causa".

Los expertos consultados creen que la coalición internacional contra el terrorismo terminará por desmoronarse y que Bush no podrá anotarse una victoria clara en esta guerra. Con lo cual hay muchas posibilidades de que no consiga la reelección en 2004, sobre todo si la recesión resulta más grave de lo previsto ahora.

Malos augurios

"EE UU puede tener alguna victoria parcial, pero no puede erradicar el terrorismo al 100%", señala Michael Gunter, experto en Oriente Medio de la Universidad de Tennessee. Y "la historia nos enseña que si las crisis se prolongan, como ocurrió con la guerra de Corea, el presidente empieza a perder apoyos". En su opinión, si Bush "da un traspié importante en esta guerra, tanto EE UU como su presidencia verán dañada su imagen".

Goldstein está convencido de que la coalición mundial contra el terrorismo "se desintegrará" y que esta guerra "puede costarle la reelección" a Bush. Incluso aunque se anote algún tipo de victoria moral, esto no es garantía de éxito: "Su padre ganó la guerra del Golfo y perdió la reelección porque subió los impuestos. Si la economía entra en recesión, Bush no será reelegido".

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