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Fomento contrata con pago aplazado obras por 320.000 millones

El Ministerio de Fomento tiene previstas obras por el método alemán de pago diferido, por valor de 320.000 millones de pesetas. Del total, se encuentran en ejecución carreteras por 93.100 millones y ferrocarriles por 6.100 millones. Licitadas y en fase adjudicación están pendientes obras por otros 141.000 millones.

El Gobierno está potenciando el uso del denominado método alemán para el pago de parte de las inversiones que realiza. El polémico método, por el que la Administración retrasa el pago de las obras hasta el momento en que éstas han finalizado, permite diferir en el tiempo parte del déficit presupuestario y llevarlo a ejercicios futuros.

Esta circunstancia fue aprovechada por los últimos Gobiernos socialistas para sacar adelante las obras financiadas con fondos estructurales y de cohesión de la UE. Al primer Gobierno del Partido Popular le sirvió también, al igual que en otros países comunitarios, para ayudar a cuadrar las cuentas públicas de acuerdo a los objetivos del Tratado de Maastricht, exigente en reducción del déficit y la deuda pública.

En 1999, una vez que España entró en el euro habiendo cumplido los objetivos de Maastricht, el Gobierno decidió abandonar este procedimiento, que resucitó hace un año en vista del ingente volumen de inversiones previstas en el Plan de Infraestructuras (2000-2007).

El mayor departamento inversor, el Ministerio de Fomento, tiene pendiente este año obras por este método por valor de 320.000 millones de pesetas, gran parte de ellas (313.000 millones) corresponden a carreteras y el resto (6.100 millones), a ferrocarriles.

Del total, 79.000 millones se refieren a obras de carretera ya terminadas en los nueve primeros meses del ejercicio. Otros 93.100 millones de pesetas corresponden a obras en ejecución. El resto (141.000 millones) se refiere a inversiones ya licitadas y en fase de adjudicación. En total, 423 kilómetros de carreteras y 32 kilómetros de red ferroviaria. Destaca, por su presupuesto, el tramo Nerja-Almuñécar (21.600 millones de pesetas), en Málaga, y las obras del túnel de Vielha (23.700 millones), en el Pirineo aragonés y catalán.

Desde el Ministerio de Fomento se resta importancia a la utilización de este procedimiento, rechazando que suponga un mayor endeudamiento para el futuro. "Los gastos, a diferencia de la etapa socialista, se plurianualizan, estableciendo reservas de crédito que permiten dejar los fondos guardados para pagar después", advierten fuentes del departamento. Sin embargo, desde el PSOE se insiste en que el procedimiento sirve para maquillar el endeudamiento y cargarlo a ejercicios futuros.

La utilización del método alemán no es exclusivo de la Administración central. Las comunidades autónomas también están haciendo uso de él. Un claro ejemplo es el Gobierno valenciano, con problemas de endeudamiento. En junio, el Ejecutivo que preside Eduardo Zaplana autorizó obras por este método por un valor máximo de 21.400 millones de pesetas (128,8 millones de euros). Este presupuesto equivale al 34,5% del presupuesto de inversiones de la Consejería de Obras Públicas y a un 16,2% de todo el presupuesto de inversiones directas de la Generalitat. El Gobierno valenciano justificó entonces este método "por la envergadura de las actuaciones y su carácter vertebrador". Las empresas no ven con malos ojos la utilización de este método, siempre que sea complementario.

De hecho, la patronal Seopán reclamó en 1999 la recuperación de este modelo, que había servido para contratar obras por valor de 300.000 millones de pesetas anuales en los ejercicios anteriores, una cantidad pequeña si se compara con el valor del PIB, pero de un volumen significativo para el sector.

Nuevas figuras

De cualquier forma, el borrador de la nueva ley reguladora de concesión de obras públicas prevé nuevos tipos de contratos para estimular tanto la iniciativa privada como la "concesión de dominio público". Mediante esta figura, las concesionarias podrán ocuparse no sólo de la explotación económica, sino también de la reforma y conservación de las vías.

Así, las empresas que opten a estos concursos podrán recibir, además del pago de un precio o un canon por parte de las Administraciones concedentes, la posibilidad de explotar por el plazo que corresponda las zonas comerciales o estaciones de servicio contenidas en el área de influencia.

 

Un plan para gastar 19 billones de pesetas en siete años

El pago de las obras por el método de abono alemán es utilizado normalmente para grandes infraestructuras. El Gobierno tiene previsto invertir 19 billones de pesetas según el plan de infraestructuras (2000-2007). Carreteras y ferrocarriles absorben cerca de nueve billones de pesetas y obras hidráulicas, 3,8 billones.

En el año 2002 las inversiones previstas del grupo Fomento (incluyen las del Ministerio de Fomento y los entes públicos adscritos al departamento) ascienden a 1,8 billones de pesetas (10.900 millones de euros), de los que 3.989 millones de euros corresponden a inversiones en ferrocarril y 2.897 millones, a la red de carreteras, y 2.016 millones de euros, a aeropuertos.

El borrador de la nueva Ley de Concesiones de Obras Públicas contempla inversiones privadas por valor que puede llegar a 3,6 billones de pesetas.

Según el Ministerio de Hacienda, sólo el conjunto de la inversión pública estatal estimada en los Presupuestos Generales del Estado para 2002 (22.428 millones de euros; 3,7 billones de pesetas) generará en los próximos cinco años una inversión inducida del sector privado de 1,2 billones de pesetas, que servirán para contrarrestar los efectos de la desaceleración económica en la demanda nacional.

De hecho, para el próximo año, el área económica del Gobierno prevé un estancamiento de la construcción de viviendas, parcialmente compensado por la obra civil, motor del gasto en etapas de desaceleración económica como la actual.

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