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Argentina afronta un nuevo mapa político tras las elecciones

Los argentinos, que ayer concurrieron a votar para renovar a sus representantes en ambas Cámaras legislativas, podrían haber dado un fuerte golpe al Gobierno. Una encuesta privada mostró el jueves que el 91,2% cree que el oficialismo erró su política económica. Los sondeos de última hora reforzaban la impresión de una caída histórica de los dos partidos tradicionales y un crecimiento inédito del voto en blanco y de sufragios impugnados como vehículos de protesta. Y la crisis económica, como trasfondo.

E l día después ya está aquí. Tras una campaña electoral que ha brillado por su ausencia, 25 millones de argentinos estaban convocados ayer para renovar totalmente el Senado y la mitad de la Cámara de Diputados. Ahora, el ya debilitado Gobierno del presidente Fernando de la Rúa deberá adoptar decisiones clave para afrontar el futuro.

El recuento de los sufragios, que comenzó a las 2 de la madrugada de hoy (hora española), podría concluir mostrando unos resultados sin antecedentes en los últimos 50 años de la historia del país suramericano. Los primeros sondeos indicaban que la participación "era sensiblemente inferior" respecto a otros comicios. La desilusión, la apatía y el desánimo de los ciudadanos del país suramericano podrían haber consagrado como primera fuerza en estos comicios a los votos en blanco o impugnados. Lo que supone un claro rechazo a la clase política en general y a la política del Gobierno de la Alianza de centro-izquierda, que obtuvo un triunfo neto en las elecciones generales de hace dos años.

Una encuesta difundida el miércoles por la consultora Ricardo Rouvier y Asociados indicaba que el 40% de los electores de la capital argentina anulará su voto, lo dejará en blanco o simplemente no acudirá a las urnas, a pesar de que en Argentina la abstención está prohibida por la ley.

A medida que la situación económica se ha ido degradando, con serias consecuencias sociales para los asalariados y las clases medias en su conjunto, la falta de interés de la población en estas elecciones ha ido creciendo en forma exponencial. Los candidatos del oficialismo, tanto en la capital como en la provincia de Buenos Aires, no llegaban, según las encuestas, al 20% de los votos. Un panorama similar ofrecían las intenciones de voto de los principales de la oposición peronista, con la única excepción del ex gobernador de esa provincia y ex candidato presidencial en 1999, Eduardo Duhalde, a quien se le atribuían el 40% de los votos en ese distrito.

Mientras las estrellas en ascenso, detrás del desencanto, son las propuestas de centro-izquierda y de izquierda, el presidente De la Rúa se aprestaba a anunciar un cambio general en su Gabinete de Ministros. Así lo confirmó el viernes su portavoz, Juan Pablo Baylac, exceptuando únicamente de ese movimiento poselectoral al ministro de Economía, Domingo Cavallo, y al jefe del Gabinete de Ministros, Chrystian Colombo.

El 70% de los consultados en la encuesta mencionada, estas elecciones no habrán modificado las perspectivas económicas de Argentina.

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