Giuliani dice en la ONU que no puede haber neutralidad frente al terrorismo
El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, pidió ayer a los países reunidos en la Asamblea General de la ONU que "miren a sus corazones y reconozcan que no hay lugar para la neutralidad en materia de terrorismo". "O estamos con la civilización, o estamos con el terrorismo", añadió.
Giuliani inauguró ayer un debate en Naciones Unidas sobre cuál debe ser la respuesta de la comunidad internacional a los ataques terroristas. El alcalde dijo que "éste no es momento para nuevos estudios o vagas directivas", porque "la evidencia del terrorismo, su brutalidad y falta de humanidad yace bajo los escombros del World Trade Center, a menos de dos millas de donde estamos".
Amenaza nuclear
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que es prioritario que la comunidad internacional se mantenga "unida" en esta batalla. Y pidió medidas de seguridad más estrictas ante posibles ataques nucleares, químicos o biológicos. "Es difícil imaginar que la tragedia del 11 de septiembre pudiera haber sido peor. Pero lo cierto es que un único ataque con armas biológicas o nucleares podría haber matado a millones" de personas, añadió.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este fin de semana una resolución que compromete a sus 189 miembros a no dar refugio o ayuda política, militar o financiera a grupos terroristas. La resolución invoca el Capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas, con lo cual los países miembros están obligados a cumplirla de manera inmediata.
Las medidas incluidas van desde la congelación de activos financieros de terroristas y grupos que los apoyen "directa o indirectamente" [Bush anunció ayer que son ya 50 las cuentas bloqueadas en el mundo, cuyo valor asciende a algo más de 1.000 millones de pesetas] hasta el rechazo a ofrecer "refugio" a dichos grupos. Sin embargo, la resolución no incluye una definición exacta de "terrorismo". Dicha definición podría incluirse en un nuevo tratado para coordinar la lucha internacional contra el terrorismo que está siendo debatido por la Asamblea General.
Pero los diplomáticos reconocen que será muy difícil conseguir un consenso sobre qué actividades considerar terroristas y cuáles de oposición política.