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Iberdrola diseña un plan para protegerse de una oferta hostil

Ignacio Sánchez Galán, vicepresidente y consejero delegado de Iberdrola, ha diseñado un plan de futuro para la compañía eléctrica vasca en el que se intenta desterrar la imagen de sociedad que puede ser objeto fácilmente de una oferta pública de adquisición (OPA). El diseño que presentará mañana en Bilbao al consejo pasa por poner en marcha una estrategia de ruptura con el pasado que permita ganar en credibilidad y que contempla, entre otras actuaciones, la compra de una empresa eléctrica pequeña y desinversiones por valor de 200.000 millones de pesetas.

Borrón y cuenta nueva, o al menos eso es lo que se pretende. El primer ejecutivo de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, no quiere tener demasiados vínculos con el pasado de Iberdrola, por lo menos en lo que se refiere a la gestión. Galán tiene previsto presentar mañana al consejo un plan que aleje a Iberdrola de la imagen de empresa de renta fija "incapaz de soluciones imaginativas", según se desprende del informe que están estudiando los miembros del máximo órgano de gobierno de la eléctrica presidida por Íñigo de Oriol.

El plan de negocio para el periodo 2002-2006 ha sido elaborado por Galán y un reducido grupo de colaboradores que han contado con el apoyo de las consultoras Boston Consulting y Morgan Stanley. En el estudio, que todavía debe pasar el filtro del consejo, se pone de manifiesto que el valor de Iberdrola vendrá determinado por su crecimiento. En este sentido, el incremento del parque de generación y el número de clientes, no sólo ya en el negocio de electricidad sino también en el gas, tienen un papel fundamental para su desarrollo.

La fórmula magistral para dar músculo a Iberdrola y aumentar su crédito en el mercado no está del todo elaborada, pero sí alguno de los componentes que debe llevar. Así, entre los planes de Galán se encuentra la compra de una empresa eléctrica de pequeña dimensión para ganar tamaño y crecer, la venta de instalaciones obsoletas, una reducción razonable de la plantilla y la toma de posiciones de manera decisiva en Portugal, principalmente en la comercialización de gas y electricidad.

Mejorar la eficiencia

Según el informe, el plan de negocio para el periodo comprendido entre los años 2002 y 2006 para tener un carácter de ruptura debería contemplar "una mejora de la eficiencia cifrada en un Ebitda (flujo de caja operativo) de 50.000 millones de pesetas anuales".

Esto supondría, entre otros temas, la reducción de los gastos corrientes del 5% (unos 5.000 millones de pesetas) y un recorte del 2% en los costes del negocios (10.000 millones de pesetas).

La mejora del proceso de inversiones debería reportar del orden de los 10.000 millones de pesetas. Adicionalmente se recomienda seguir unos criterios de amortización menos conservadores de los llevados hasta la fecha.

Además el incremento de los márgenes de negocio, comercialización y trading se traduciría en una mejora del Ebidta por 34.000 millones. El aumento del negocio vendría, por un lado, por la venta de tres bcm (miles de millones de metros cúbicos) de gas natural. Esa actividad reportaría unos 300.000 millones de pesetas de ingresos, con 15.000 millones de márgenes. En esta línea, Iberdrola quiere mejorar su actual programa de compra del citado hidrocarburo, aumentando las cantidades y diversificando las fuentes de suministro.

La eléctrica vasca se propone, asimismo, aumentar la utilización de sus centrales: tanto el uso de las futuras de ciclo combinado, como el de las de bombeo y eólicas. La mejora de la actividad de generación se elevaría a 5.000 millones de pesetas.

En el trading se quiere poner los cimientos de una actividad que tendrá más peso en el futuro, y ya se prevé que en una primera fase aporte 80.000 millones de pesetas a los ingresos y 4.000 millones a los márgenes del grupo. Con la prestación de productos y otros servicios complementarios, el grupo que preside Íñigo de Oriol obtendría otros 100.000 millones, con 10.000 millones de margen, señala el nuevo plan de Iberdrola.

Desinversiones

El plan elaborado por Boston Consulting y Morgan Stanley detalla un plan de desinversiones que, en general, podría afectar a todas las participaciones que no forman parte del negocio principal. No obstante, se llevaría a cabo en función de las necesidades de inversión de Iberdrola, así como dependiendo de la situación de los mercados.

Y cuantifica en 200.000 millones de pesetas los resultados extraordinarios que la empresa podría obtener por desinversiones en negocios no energéticos. La venta de inmuebles reportaría del orden de los 40.000 millones, operaciones que también servirían para optimizar los activos inmobiliarios de la empresa. Por su parte, los pertenecientes al negocio de redes añadirían 20.000 millones. Otras de las posibilidades es la enajenación de la empresa inmobiliaria Apex 2000, que contribuiría a los resultados extraordinarios con 50.000 millones. En el caso de esta filial se considera la posibilidad de venta parcial. Otras operaciones a las que está abierta es a la venta de negocios de telecomunicaciones y del negocio del agua que esté situado fuera del área de otras actividades de comercialización y distribución.

También se reitera un objetivo ya establecido en meses pasados: la venta de los paquetes de acciones de Telefónica y Repsol. Sin embargo, dadas la actual situación de la Bolsa, esas transacciones se realizarían cuando las circunstancias lo permitiesen.

Iberdrola, al igual que hizo Endesa con la constitución y posterior venta a la italiana Enel de la nueva Viesgo, considera la posibilidad de venta de activos de generación en España. Y afectaría básicamente a centrales térmicas que están obsoletas o de escasa utilización. Se trata de plantas que no tienen gran valor para la eléctrica vasca, pero que pueden interesar a otras eléctricas extranjeras que quieren entrar en el mercado español dada la importancia estratégica de los emplazamientos. En esta línea, el plan apunta a Pasajes, Escombreras y Guardo. Las posibles enajenaciones tendrían un factor positivo adicional, ya que permitiría aumentar la potencia en nuevas instalaciones, con lo que salvaría las restricciones fijadas en el decreto de liberalización del Gobierno del año 2000.

Y es que, al mismo tiempo que contempla ventas, Iberdrola reconoce que es deficitaria en generación. En este contexto, se pretende adelantar en un año la puesta en marcha de las centrales de ciclo combinado.

En distribución, la compañía se muestra igualmente dispuesta a vender activos. Y se apunta al mercado de Murcia-Albacete, e incluso parte del codiciado Madrid.

 

Objetivo, adquirir en Estados Unidos una compañía de generación

Adquirir activos de generación, sobre todo en Estados Unidos, es otra de las líneas de actuación del equipo que dirigirá oficialmente Ignacio Sánchez Galán a partir de mañana, cuando el consejo dé luz verde al nuevo organigrama ejecutivo de primer nivel. El plan de futuro de Iberdrola, un documento en el que se ha trabajado intensamente los meses de julio y agosto, ha sufrido varias modificaciones estos últimos días como consecuencia de la caída de los mercados bursátiles, lo que ha obligado a modificar la valoración, a efectos de venta, de su cartera de valores. Sin embargo, se ha mantenido la estrategia de poner un pie en Estados Unidos, un proyecto que ya manejó Javier Herrero, el anterior consejero delegado de la eléctrica vasca, y que contó con la adhesión de Íñigo de Oriol. Esta estrategia fue rechazada por la comisión ejecutiva del consejo de administración el primer semestre del pasado año y no llegó a plantearse en el pleno del máximo órgano de gobierno ante la negativa del BBVA, principal accionista de Iberdrola.

Ahora Galán, que cuenta con más apoyos que los que tuvo entonces Oriol y Herrero, pretende retomar el tema y desembarcar en Estados Unidos. La idea es adquirir en el mercado norteamericano una sociedad cuya principal actividad sea la generación de electricidad. La idea que se baraja es que la compra permita aumentar en 3.000 megavatios el parque de generación de Iberdrola, lo que le supondría crecer un 30%.

Pero la vista no está sólo puesta en Estados Unidos, donde cuenta ya con una oficina en Houston (Texas) para sondear este mercado. A partir de ahora, los ejecutivos de Iberdrola deberán aumentar su capacidad de atención para que no se pierda la oportunidad para estar presentes en las pujas que se produzcan en Europa, fundamentalmente en la zona centro, y comprar activos de generación y de distribución.

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