La incertidumbre provocará una caída de la inversión extranjera
Las primas de riesgo de los países latinoamericanos apenas reaccionaron tras la decisión de la Reserva Federal, secundada por los principales bancos centrales europeos, de recortar, el pasado lunes, el tipo de interés de referencia hasta el 3%.
Pese a negar inicialmente cualquier acuerdo al respecto, los bancos centrales de los países industrializados llevaron a cabo un movimiento coordinado de relajación de la política monetaria liderado por la Reserva Federal. Aunque el impacto en los mercados latinoamericanos fue limitado, la desaparición de restricciones de liquidez en Estados Unidos tendrá un efecto positivo a medio plazo en todos los mercados.
Los diferenciales de deuda que mostraron una mayor sensibilidad a los sucesivos recortes de tipos de interés anunciados fueron los correspondientes a los bonos Brady, con garantía del Tesoro estadounidense. En concreto, el diferencial de rentabilidad del bono Brady Par de Argentina mostró en la sesión del miércoles una reducción de 100 puntos básicos (pb), hasta situarse en 1.490 pb. Los bonos brasileños acusaron un descenso de similar cuantía. Sin embargo, los bonos globales denominados en dólares y sin colateral no experimentaron movimientos significativos en sus rentabilidades.
No es de extrañar la mayor aversión al riesgo de los inversores dadas las continuas evidencias de desaceleración económica, y el consecuente deterioro de las condiciones financieras. Los datos publicados esta semana no hacen sino avalar esta perspectiva. En Argentina la crisis se sigue profundizando, especialmente en el sector industrial, donde la producción cayó en agosto un 6% en tasa interanual (2,6% anterior). En Chile también los indicadores de actividad económica confirman el enfriamiento de la actividad. Junto al deterioro económico hay que tener en cuenta la creciente incertidumbre política que se vive en Argentina en el periodo preelectoral. En este ámbito la próxima semana el Congreso dejará de celebrar sus sesiones hasta después de las elecciones del 14 de octubre, con lo que se retrasará el debate sobre el proyecto de Presupuestos de 2002.
La volatilidad monetaria
No cabe duda de que la incertidumbre generada tras los atentados perpetrados contra Estados Unidos hace prever, cuando menos, una menor entrada de capitales en países emergentes, lo que ha precipitado un nuevo movimiento bajista de las principales monedas.
El real brasileño volvía a cotizar en máximos históricos, en torno a las 2,9 unidades por dólar, lo que ha hecho necesaria la intervención del banco central en el mercado. En este sentido, el nuevo acuerdo firmado con el FMI la semana pasada revisaba a la baja el umbral de reservas para este año con el objetivo de facilitar este tipo de operaciones. También el banco central de Chile se ha visto obligado a defender su divisa en numerosas ocasiones en el último mes para tratar de alejarla de cotizaciones superiores a las 690 unidades por dólar.
La evolución de estas divisas ha determinado la actuación de las autoridades monetarias que en sus últimas reuniones decidieron mantener el tipo de interés de referencia. En el Comité de Política Monetaria celebrado el 19 de septiembre, el Banco de Brasil decidió mantener el tipo de intervención (Selic) en el 19%, interrumpiendo la senda de subidas iniciada en marzo de este año. Tampoco es previsible que el Banco de Chile emule la actuación de la Reserva Federal, dada la debilidad del peso chileno. Tan sólo México ha reducido los tipos de interés a corto plazo.