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El dólar se mantiene firme en su cotización frente al euro

La cotización del dólar logró ayer estabilizarse frente al euro, a pesar de la inestabilidad económica que atenaza a EE UU desde los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono. El Banco Central Europeo (BCE) fijó ayer el cambio en 0,9256 dólares por euro, prácticamente igual que el del lunes.

La prudencia va imponiéndose poco a poco en el mercado monetario. La moneda estadounidense ha caído frente a todas las grandes divisas, porque se teme que los atentados del pasado 11 de septiembre lleven a la recesión a una economía que ya estaba en una situación muy precaria. El crecimiento del segundo trimestre fue del 0,2%, el ritmo más bajo en ocho años.

Sin embargo, la extraordinaria movilización internacional, con bajadas de tipos de interés de todos los grandes bancos centrales de todo el mundo, ha permitido, de momento, mantener al mercado de divisas relativamente al margen de la crisis.

Las autoridades japonesas han actuado con celeridad para evitar una apreciación del yen. La economía nipona se contrajo un 0,8% en el último trimestre y el Gobierno no está dispuesto a permitir un yen fuerte que dañe más a las exportaciones en un contexto de depresión económica internacional.

Si el lunes el Banco de Japón optó por una compra masiva de dólares, ayer decidió bajar los costos crediticios del 0,25% al 0,1%, con lo que el margen de maniobra de la entidad es ya prácticamente nulo. A pesar de ello, las pérdidas fueron inevitables. El dólar volvió a caer frente al yen y, a media sesión, el precio era de 117,38 yenes por dólar, frente a los 117,82 yenes del lunes.

Los expertos creen que la cotización del dólar frente al euro dependerá de la evolución de Wall Street. Tras las fuertes pérdidas del lunes, la Bolsa neoyorquina se estabilizaba ayer a media sesión. La razón estaba en el dato de inflación de agosto, que aumentó sólo 0,1%, lo que da margen a la Reserva Federal para seguir bajando tipos y muestra cómo se está deteriorando el consumo en EE UU.

Si el BCE fijaba el cambio en 0,9256 dólares por euro, el mercado también reflejaba la misma estabilidad y, al cierre de esta edición, el euro cedía ligeramente y se cambiaba a 0,924, lejos del máximo de 0,95, en enero de este año.

 

El precio del crudo baja por

el temor a una recesión global

El barril de "brent" es más barato que antes de los atentados

La cotización del petróleo continuó ayer su trayectoria descendente. El barril de brent, el crudo de referencia en Europa, cedía ayer 1,1 dólares, situándose en los 27,3 dólares y bajando así de los niveles previos a la crisis. En Nueva York, el West Texas Intermediate (WTI), el indicador en EE UU, ya está también por debajo de los 28 dólares, cuando el lunes llegó a cotizar a 29,25 dólares.

Todos los factores apuntan hacia un debilitamiento del precio del crudo. La suspensión del suministro de crudo procedente del Golfo Pérsico es, por el momento, improbable, toda vez que los miembros del cartel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han repetido hasta el cansancio que garantizarán cualquier carencia de suministro.

La OPEP produce oficialmente 23,2 millones de barriles diarios (el 40% de la oferta mundial de crudo), pero las estimaciones más bondadosas con el cartel le otorgan una sobreproducción mínima de 700.000 barriles diarios. La producción del Golfo Pérsico (el 25% de la oferta mundial) está en manos de los países islámicos de la OPEP. Sin embargo, éstos han dejado de lado la política y han actuado en la crisis como "una compañía de negocios", a decir de los analistas, garantizando su producción.

Los atentados del 11 de septiembre amenazan con llevar a EE UU a la recesión, tanto por las repercusiones económicas inmediatas, como por la posibilidad de una guerra prolongada en el territorio afgano.

Si el auge de la demanda de crudo ya se había moderado este año con la desaceleración económica mundial, la nueva situación reduce aún más las previsiones de demanda, que actualmente se sitúan en 76,4 millones de barriles diarios, medio millón más que el año pasado. Al ser EE UU el ma-yor importador mundial de crudo, una recesión abierta de su economía arrastrará al resto del mundo.

Se espera, por ejemplo, una caída de 0,4 millones de barriles en la demanda de carburante para los vuelos comerciales, que puede ser compensada sólo "parcialmente" por un incremento de demanda por parte de la maquinaria de guerra, según un informe del Centro para Estudios Globales de la Energía (CGES). En las actuales circunstancias, la recesión se presenta como el escenario más probable y los operadores actúan en consecuencia.

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