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EE UU rebaja del 2,4% al 1,7% la previsión

El Gobierno de George Bush reconoció ayer que la desaceleración económica y la bajada de impuestos han recortado casi un 44% la previsión de superávit fiscal para este año. Un dato que pone en peligro la promesa de no tocar el dinero de la Seguridad Social y que ha sido duramente criticado por la oposición demócrata.

La crisis económica y el recorte de impuestos promovido por el presidente estadounidense, George Bush, han recortado la previsión de superávit fiscal para este año hasta 158.000 millones de dólares (173.800 millones de euros, 28,7 billones de pesetas), casi un 44% menos de lo calculado hace sólo seis meses. Y prácticamente todo el excedente corresponde al mecanismo de pensiones públicas, que se supone intocable.

Si se excluye el dinero de la Seguridad Social, el superávit ronda los 1.000 millones de dólares (1.091 millones de euros, unos 182.200 millones de pesetas). Pero tanto Bush como los líderes de los dos partidos mayoritarios se han comprometido a no utilizar este dinero para financiar gastos corrientes.

El Congreso tendrá, pues, muy poco margen de maniobra para incluir o aumentar partidas presupuestarias. Y el Capitolio está plagado de proyectos de ley que proponen ampliar en miles de millones de dólares los gastos en apartados como el de educación o agricultura.

Los datos presentados ayer fueron recibidos con durísimas críticas por los demócratas, que acusan a Bush de gastarse la previsión de superávit (un dinero que aún no existe) en financiar el plan de bajada de impuestos. Además, acusan al Gobierno de utilizar artificios contables para ocultar que, en realidad, ya están utilizándose fondos de la Seguridad Social para financiar gastos corrientes.

Críticas demócratas

El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Richard Gephardt, calificó los datos como "decepcionantes". Y el senador Robert Byrd dijo que no se le ocurre "una política más irresponsable que la bajada de impuestos del Gobierno Bush" y que dicha bajada está "basada en proyecciones defectuosas".

Bush consiguió que el Congreso aprobara una bajada de impuestos de 1,35 billones de dólares en 10 años, la más ambiciosa desde los tiempos de Ronald Reagan, cuando las previsiones de crecimiento y superávit fiscal eran mucho más altas que las de ahora.

La Casa Blanca insiste, sin embargo, en que lo que ha mermado la previsión de excedente fiscal no es la bajada de impuestos (que este año ascenderá a unos 40.000 millones de dólares), sino el desplome registrado en el ritmo de crecimiento económico.

La crisis ha recortado los ingresos de los ciudadanos y los beneficios de las empresas, con el consiguiente daño a los ingresos fiscales del Estado en forma de impuestos. Según los cálculos del Gobierno de Bush, el menor crecimiento económico reducirá los ingresos fiscales en 148.000 millones de dólares en los próximos 10 años.

El superávit para la próxima década queda así en 3,1 billones de dólares, frente a los 3,4 billones previstos en abril y los 5,6 billones calculados antes de que se aprobaran la bajada de impuestos y las nuevas partidas de gasto público.

Así y todo, la Casa Blanca afirma que habrá dinero suficiente para financiar el gasto público, respetar los fondos de la Seguridad Social y, además, mantener los planes de recompra de deuda pública. Según las previsiones del Gobierno, la deuda en circulación bajará a finales de este año hasta 3,3 billones de dólares, frente al récord de 3,8 billones registrado en 1997.

Bush, que sabía que los datos presentados ayer serían polémicos, se anticipó a las críticas declarando el martes, en su rancho de Tejas, que "bajar los impuestos era la decisión adecuada para nuestra economía". El presidente prometió, además, que " las nuevas partidas de gastos no dañarán programas esenciales como la Seguridad Social o el (sistema de salud para jubilados) Medicare".

Sin embargo, el director de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca, Mitchell Daniels, reconoció ayer por la mañana que los superávit futuros y los fondos para la Seguridad Social y el Medicare "dependerán de que haya un crecimiento económico sostenido". Por lo pronto, el Gobierno ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento económico para este año (que pasa del 2,4% al 1,7%) y el próximo (3,2% frente al 3,3% previsto en abril).

Cálculos de Greenspan

A pesar de la rebaja, los cálculos de la Casa Blanca se colocan en la parte alta de la banda estimada por la Reserva Federal. El banquero central, Alan Greenspan, informó el mes pasado que su previsión de crecimiento para este año oscila entre el 1,25% y el 2% (frente al 2%-2,5% augurado en febrero).

Greenspan y su equipo aprobaron el martes la séptima bajada consecutiva de los tipos de interés, colocando los interbancarios al 3,5% (el nivel más bajo en siete años). La Casa Blanca afirma que los estímulos "monetario y fiscal están actuando de forma concertada para dar un fuerte impulso al crecimiento en los próximos meses".

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