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INTERNACIONAL

Brasil recorta gastos por 77.000 millones para prevenir nuevas turbulencias

El Gobierno de Brasil publicará hoy un decreto en el que recortará los gastos para 2001 en 1.000 millones de reales (76.950 millones de pesetas), lo que reducirá el presupuesto a 50.900 millones de reales, según anunció ayer el secretario adjunto del Tesoro, Eduardo Guardia. Este es el segundo recorte de gastos que aprueba el Gobierno este año. El anterior fue de 5.900 millones de reales (456.000 millones de pesetas).

El objetivo de este recorte, según el Gobierno, es prepara a la economía para absorber el impacto de eventuales turbulencias procedentes de Argentina, cuya crisis ha afectado negativamente a la economía brasileña, previamente golpeada por una crisis de racionamiento energético y por casos de corrupción política.

El anuncio se produce justo cuando una delegación del Gobierno brasileño se encontraba en Washington para negociar nuevas ayudas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y los analistas consideran que, con ello, el Ejecutivo que preside Fernando Henrique Cardoso busca asegurar a los inversores que sigue comprometido con la disciplina fiscal y que está llevando a cabo las medidas necesarias para evitar una crisis.

El recorte del presupuesto permitirá cumplir el objetivo para 2001 de un superávit primario (que excluye el pago de intereses de la deuda) del 3% del PIB. Asimismo, el gobierno hará uso de un fondo de reserva de 1.100 millones de reales (83.790 millones de pesetas) para distribuirlo entre los ministerios afectados por el recorte.

El portavoz del FMI, Thomas Dawson, aseguraba ayer que el organismo y el Gobierno brasileño no estaban discutiendo la concesión de un nuevo crédito y que resultaba prematuro hablar del montante de las nuevas ayudas. Sin embargo, el secretario del Tesoro de EE UU, Paul O'Neill, expresó su apoyo a un nuevo programa de ayuda financiera para Brasil, dado el éxito obtenido por este país en la gestión de su anterior programa, según explicó en una entrevista con el International Herald Tribune.

La actitud de O'Neill hacia Brasil contrasta con la mostrada hacia Argentina, lo que arroja nuevas dudas sobre esta economía y, en consecuencia, hacia Brasil por el efecto arrastre que sin duda tendría un colapso en aquel país.

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