La UE paraliza una propuesta para prohibir el correo electrónico "basura"
París y Londres consiguieron ayer frenar la propuesta de directiva que pretende erradicar el bombardeo de mensajes electrónicos que padecen millones de internautas europeos. El Reino Unido y Francia, con el apoyo de Irlanda y Luxemburgo, consideran que la prohibición de la publicidad electrónica no solicitada por el consumidor colocará en desventaja a las empresas europeas frente a las extracomunitarias.
El Consejo de Ministros de Telecomunicaciones de la Unión Europea, reunido ayer en Luxemburgo, no pudo alcanzar una posición común sobre la directiva de protección de datos que tramita desde hace meses. El texto pretende garantizar el derecho a la intimidad en todas las comunicaciones electrónicas, con independencia del medio por el que se realicen. Pero la directiva trata, además, de extender a Internet limitaciones ya habituales en otros canales de comunicación como el teléfono o el fax.
El proyecto de ley quiere prohibir, en concreto, la remisión de publicidad a través del correo electrónico sin el previo consentimiento del destinatario. Esa limitación ya existe en teléfono y fax, y la Oficina Europea de Organizaciones de Consumidores reclama insistentemente que se aplique también al buzoneo electrónico. Un estudio de la Comisión Europea cifra en 10.000 millones de euros anuales el coste telefónico total para los destinatarios por recibir mensajes no solicitados.
Cinco Estados miembros de la UE (Austria, Italia, Finlandia, Dinamarca y Alemania) ya han prohibido o limitado ese tipo de publicidad. La Comisión Europea propone ahora armonizar la legislación comunitaria con ese mismo rasero, extendiendo la prohibición a los 15 Estados de la UE.
Pero Reino Unido, Francia, Irlanda y Luxemburgo se niegan a apoyar una norma que, según algunas organizaciones empresariales, puede disminuir la competitividad de las empresas europeas. "Podíamos haber aprobado la prohibición por mayoría cualificada", reconocen fuentes del consejo, "pero hemos preferido reanudar el debate cuando el Parlamento Europeo se haya pronunciado sobre la directiva".
La Eurocámara debatirá el texto, en primera lectura, la próxima semana en Estrasburgo. El Consejo de Ministros abordará de nuevo la discusión en octubre.
París y Londres insisten en que deben ser los usuarios de Internet quienes notifiquen a las empresas su voluntad de no recibir publicidad. Para la Comisión Europea y la mayoría de los Estados miembros, en cambio, el respeto a la intimidad de los consumidores debe primar sobre cualquier lógica comercial.