El BBVA alerta del riesgo de los conglomerados sin cultura de grupo
Representantes de los dos principales grupos bancarios, BBVA y BSCH, estuvieron presentes ayer en las jornadas sobre los nuevos retos de las entidades financieras españolas para explicar sus estrategias de crecimiento ante los mercados globales y sus propias experiencias de fusión.
El director general del BBVA, Javier Echenique, aseguró ayer que en cualquier estrategia de crecimiento de los bancos lo que debe prevalecer es la rentabilidad. A su juicio, "hay que ser conscientes de que el factor tamaño es definitivo" y "pretender acceder al retail con una cuota inferior al 10% probablemente no tenga mucho sentido". "Hay que tener muy claro en qué mercados se entra y cuál es la rentabilidad antes de tomar una decisión de este tipo".
El BBVA busca ser líder en todos los negocios donde compite. Su estrategia se ha basado en construir una sólida posición en España para expandirse luego en otros mercados. El banco presume de haber culminado una fusión en un tiempo récord. "En 13 meses y 13 días hemos hecho una fusión, con una política de marca única, la reducción neta de 550 oficinas y ahora empezamos a notar las ventajas del proceso". Pero esta política de expansión puede tener un coste significativo si se pierde la visión de grupo. Para Echenique, el riesgo de la globalización es "convertirse en un conglomerado sin cultura de grupo y sin visión del mismo negocio".
José Manuel Arrojo, director general del BSCH en banca mayorista global, señaló que hasta ahora las fusiones en Europa han tenido un carácter más defensivo que de "mirada hacia adelante". Aseguró, además, que su entidad se encuentra preparada para el momento en que empiecen los movimientos en el mercado europeo. A su juicio, la banca afronta dos desafíos clave: por una parte mejorar la capacidad de distribución de los productos y, por otra, la capacidad de gestionar los riesgos. Y es que los bancos no pueden quedarse al margen de un continuo proceso de desintermediación financiera. Arrojo explicó que, cada vez más, el cliente es más un inversor que un ahorrador, lo que implica un giro radical en la actividad de las entidades, que tendrán que convertir sus oficinas en verdaderos centros de distribución de productos financieros.
Tanto Echenique como Arrojo consideraron que las entidades deben aprovechar al máximo las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías. Precisamente, en la mesa La tecnología como herramienta estratégica, otros ponentes insistieron en la necesidad de integrar la tecnología en la estructura de las entidades financieras para lograr una mayor eficiencia. El director general adjunto del BBVA, Julio Yepes, señaló que el objetivo es que "aunque la tecnología tiene cada vez más un valor estratégico lo importante es el negocio". Mariano Blázquez, director general adjunto del BSCH, destacó que obligará en el futuro a "un intercambio de funciones entre los profesionales del ámbito tecnológico y el del negocio".
Los nuevos sistemas que procesan todo tipo de información sobre el cliente son inútiles si ésta no se reutiliza en las entidades para retener al cliente, según Julio Lage, director general adjunto de La Caixa. Para optimizar Internet hay que "rediseñar productos y mejorar la gestión y distribución", según Agustín Márquez, director general adjunto de la CECA. Daniel Martínez, director de Teradata División de NCR España, dijo que "la verdadera ventaja no es la tecnología sino el mayor conocimiento del cliente".