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La UE pacta un calendario para la ampliación que tranquiliza a los candidatos

Los Quince encontraron en la madrugada del sábado una fórmula apropiada para tranquilizar a los aspirantes a la adhesión, sin marcarse plazos rigurosos que condicionen la negociación. El deseo de que las conversaciones con los candidatos más avanzados puedan concluir "para finales de 2002", se complementa con el objetivo político de que participen en la elecciones europeas de 2004. Algo suficiente para los países del Este, y va más allá de lo que planteaban Francia y Alemania.

Los países candidatos acogieron con alivio el final de la cumbre de Gotemburgo, que ha dejado, en cambio, un regusto amargo en la ciudad portuaria del suroeste de Suecia. Los violentos enfrentamientos entre manifestantes antiglobalización y policía (que se saldaron con tres heridos de bala) "ensombrecieron" la reunión final de la presidencia sueca, según reconoció el primer ministro sueco, Goran Persson.

Pero Suecia, que había convertido la ampliación en uno de los objetivos prioritarios de su presidencia semestral de la UE (que termina el 30 de junio), logró al menos el respaldo unánime a una fórmula alambicada en favor de los candidatos y que va un poco más allá de declaraciones anteriores.

La esperanza expresada en el Consejo Europeo de Niza (diciembre de 2000) de que los primeros Estados en incorporarse participen en las elecciones al Parlamento Europeo de 2004, se ha convertido en Gotemburgo en un objetivo de la Unión. Y se insiste en que el itinerario negociador previsto hasta el fin de la presidencia española de la UE (junio 2002), "debería permitir que para finales de 2002 concluyan las negociaciones".

Este calendario de intenciones contentó a los países candidatos, a los que se reafirmó por escrito, además, que "la ampliación es irreversible". Las diferencias en el seno de la Unión sobre cada capítulo negociador (libertad de circulación de trabajadores, fondos de cohesión, política agrícola) habían sembrado en el Este la sensación de que el proceso, en esta fase final, podía descarrilar en cualquier momento.

La victoria del "no" en el referéndum irlandés sobre el Tratado de Niza había puesto el precipicio aún más a la vista. El propio primer ministro irlandés, Bertie Ahern, se sumó el sábado, en la jornada final del Consejo, a la rueda de prensa de su homólogo polaco, Jerzy Buzek, para trasladar a la opinión pública polaca su impresión de que el voto irlandés no fue contra la ampliación. Una afirmación atrevida, si se tiene en cuenta que apenas 24 horas antes, Ahern había admitido ante el Consejo Europeo que necesitará al menos seis meses para identificar las verdaderas motivaciones del rechazo al Tratado.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, valoró con parecido escepticismo el calendario fijado en Gotemburgo. "Hemos ratificado Niza", dijo en alusión a los s plazos para la ampliación que ya aparecían tácitamente en las conclusiones del Consejo celebrado en la costa mediterránea francesa.

El presidente de la República francesa, Jacques Chirac, definía con más precisión el consenso logrado tras largas horas de negociaciones. "Una decisión a la vez sabia para la Unión y estimulante para los países candidatos". Francia y Alemania se habían resistido durante la jornada del viernes a fijar un calendario preciso para culminar las negociaciones con los 12 candidatos de Europa del Este y Central. Pero la fórmula final, cuya autoría no dudaron en apuntarse fuentes diplomáticas francesas, resultó aceptable para todos. Incluidos los candidatos.

No a la proliferación

Chirac se anotó otro tanto al lograr que los Quince avalasen una "declaración sobre la prevención de la proliferación de misiles balísticos". Francia y Alemania reiteraron este fin de semana su seria preocupación ante el proyecto de George W. Bush de dotar a EE UU de un sistema de defensa antimisiles. El "paraguas" aniquila, de entrada, la efectividad del tratado de no proliferación firmado por EE UU y la antigua URSS en 1972. Algunos Gobiernos europeos, entre ellos el español, apoyaron la idea. Pero la UE busca una posición común para llegar a un nuevo tratado.

 

Aznar arremete contra Solbes

y la Comisión

José María Aznar pareció contagiarse el sábado del clima antiinstitucional que impregnaba las calles de Gotemburgo. En una ácida rueda de prensa, el presidente del Gobierno salpicó con duros reproches a todas las instituciones comunitarias. Parlamento y Comisión se deslizan, según Aznar, por una senda "arriesgada" al criticar en público el Tratado de Niza. Alemania y Francia son cómplices en esta trama para "dinamitar" el proceso de ampliación. Y el comisario de Economía, Pedro Solbes, es, en buena parte, responsable del "no" en el referéndum irlandés por "sancionar" y "penalizar" a la economía "más brillante de Europa"

 

Suecia consigue apoyo para el "desarrollo sostenible"

Suecia ha conseguido que el Consejo Europeo de Gotemburgo respalde su "estrategia para el desarrollo sostenible" de la Unión, aunque ha debido sacrificar para ello cualquier pretensión de concretar en objetivos cuantificables o evaluables los avances en esa dirección. "El proyecto de la Comisión Europea se ha presentado demasiado tarde como para poder definir objetivos concretos", se justificaba el primer ministro francés, Lionel Jospin. Pero el grupo europarlamentario de los Verdes acusó al "egoísmo nacional" de haber descafeinado la propuesta original. "Alemania se resiste a la desaparición progresiva de los subsidios al carbón, el Reino Unido a la fiscalidad de la energía, y los países del sur protegen las subvenciones al cultivo del tabaco".

Los Consejos Europeos de primavera (el próximo en Barcelona) deberán concretar las directrices sobre desarrollo sostenible que, a partir de ahora, se supone que deben imperar sobre todas las políticas comunitarias. Pero la amenaza a las ayudas al cultivo del tabaco, cuya desaparición preocupa especialmente en Extremadura, no arreciará hasta el año 2003, cuando la UE reformará la actual Política Agraria Común. El Consejo de Gotemburgo ha acordado que "la PAC y su desarrollo futuro debería [hacer] mayor hincapié en el fomento de productos inocuos y de alta calidad".

Deterioro económico

El Consejo Europeo recogió en sus conclusiones la inquietud de los líderes europeos ante el deterioro del entorno económico internacional y las perspectivas de crecimiento de la Unión. "El gran mercado interior, junto con el euro, proporciona, sin embargo, una base fuerte y estable al crecimiento nacional y una menor exposición a las fluctuaciones del tipo de cambio", confían los primeros ministros en las conclusiones del Consejo. La delegación española, según fuentes del Consejo, se mostró especialmente pesimista, y podría ser la responsable de la supresión en las conclusiones finales de la referencia a las perspectivas de crecimiento "comparativamente sólidas" para la UE.

El Consejo reiteró el llamado al rigor fiscal como método para combatir "las incipientes presiones inflacionistas", aunque abre la puerta para utilizar "los estabilizadores automáticos [estímulo de la demanda mediante políticas expansionistas] cuando sea necesario". "Así se propiciarían las condiciones monetarias para el crecimiento y la creación constante de puestos trabajos", en lugar de estimular los mercados con equilibrio fiscal, como plantea la CE.

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