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El sello de calidad comunitario para la Red entrará en vigor en seis semanas

El comercio electrónico en la Unión Europea dispondrá dentro de seis semanas de un sello de calidad auspiciado por la Comisión Europea y consensuado entre la industria y las organizaciones de consumidores. Su utilización exigirá el respeto de un código de conducta, cuyo cumplimiento vigilará la Comisión.

Las instituciones comunitarias están decididas a que el comercio electrónico acabe de despegar en la Unión Europea. Sólo el 7% de los usuarios de Internet en España ha realizado compras en línea, según datos de la OCDE. El porcentaje es el mismo en Italia y Francia, y sólo en Alemania y Reino Unido llega a elevarse al 18%.

El mal radica, según la Comisión, en la falta de confianza del consumidor. Para aumentarla, Bruselas se resiste a adoptar un planteamiento legislativo tradicional y prefiere apostar por la autorregulación de los sectores implicados y en la atenta vigilancia de las organizaciones de consumidores. "No descarto una directiva", anunció el viernes pasado el comisario europeo de Salud y Protección al Consumidor, David Byrne, ante representantes de 65 organizaciones de consumidores de ambos lados del Atlántico reunidas en Bruselas en la sesión anual conjunta que celebran desde 1998. "Pero por el momento, preferimos buscar el consenso de las partes implicadas para crear un sello de calidad".

El proyecto, adelantó Byrne, se encuentra ya en su recta final y dentro de seis u ocho semanas, la Comisión Europea presentará el código de conducta que deberán suscribir las empresas que deseen lucir el distintivo de calidad comunitario en sus páginas de Internet.

Las organizaciones de consumidores aceptan en principio el planteamiento, pero exigen garantías de que el código protegerá al cliente. De entrada, una base legal que justifique posibles sanciones a las empresas que violen su compromiso.

Byrne anunció en este sentido que la Comisión apoyará el acuerdo con una recomendación, texto legal de rango inferior a la directiva que Bruselas ya utilizó para el código de conducta sellado el pasado 5 de abril por las entidades de crédito hipotecario. En cuanto a las sanciones, Bruselas prefiere confiar de momento en la buena voluntad de las partes, así como en los avances tecnológicos hacia sistemas de pago más seguros y en la competitividad del sector.

El sello de calidad exigirá a las empresas el respeto de normas estrictas sobre confidencialidad, reembolso y condiciones contractuales en el contrato de venta o de prestación del servicio. El fracaso del código de conducta, advierte Byrne, obligará a someter al sector al pesado rigor de una directiva.

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