Los expertos creen que el plan fiscal de Bush aportará sólo un 0,5% al PIB
El presidente George Bush dice que una bajada masiva de impuestos es la solución idónea para alejar el peligro de recesión en EE UU. Pero los economistas creen esto que sólo aportará un 0,5% al PIB y que no empezará a notarse hasta el 2002. Una fecha para la cual las bajadas de tipos de interés seguramente ya habrán hecho repuntar la economía.
E l Congreso estadounidense debate un Plan de Presupuestos en el que se incluye la mayor bajada de impuestos desde la era de Ronald Reagan: 1,35 billones de dólares en 11 años. Y el presidente George Bush dice que este recorte pondrá de inmediato dinero en los bolsillos de los consumidores, impulsando la demanda privada y el ritmo de crecimiento económico.
Sin embargo, la mayoría de los economistas opinan que los efectos de la bajada de impuestos sobre el PIB serán modestos y tardíos.
Reserva Federal
Jim Glassman, de Chase JP Morgan, cree que la rebaja fiscal impulsará el crecimiento un 0,5%. En su opinión, EE UU eludirá la recesión, pero será gracias a las bajadas de tipos de interés y no a "un recorte tributario que no estará plenamente en vigor hasta el año 2002".
Richard Berner, de Morgan Stanley Dean Witter, también cree que la bajadade impuestos equivaldrá "a un estímulo del 0,5% del PIB", y que "su impacto no se dejará notar hasta el 2002".
Incluso bajando tipos e impuestos, la economía sigue en peligro por factores como el aumento de los costes energéticos y una ola de despidos que amenaza con "minar la confianza necesaria para impulsar el gasto de los consumidores".
Además, quienes más necesitan el dinero serán los que menos reciban. Ciudadanos para la Justicia Fiscal calcula que el 20% de la población con menos ingresos (que son los que sí aumentan su consumo tan pronto como tienen más dinero) sólo recibirán un recorte medio de 47 dólares al año.
Incluso quienes apoyan a capa y espada el recorte tributario reconocen que su principal motivación no es impulsar la economía.
John Berthoud, presidente de la Unión Nacional de Contribuyentes (un grupo que reclamaba una bajada de impuestos de 2,2 billones de dólares en 10 años) dice que este plan "dará algún estímulo" a la economía. "Sin embargo, añade, lo realmente importante, es que Bush ha logrado cambiar el discurso fiscal en Washington".
Los congresistas pierden los papeles
Los congresistas estadounidenses han perdido los papeles durante la negociación del Presupuesto. Y lo han hecho en sentido literal: el jueves tuvieron que suspender la votación porque faltaban un par de hojas del proyecto.
El asunto va más allá de la anécdota jocosa, porque pone en evidencia que los legisladores dieron por consensuado (y estuvieron a punto de votar) un Presupuesto cuyo contenido ni siquiera conocían en su totalidad. Según el demócrata David Obey, "el mayor cuerpo deliberativo del mundo ha quedado reducido a la categoría de caricatura al dar por pactado algo antes de que la gente sepa siquiera lo que es".
Discrepancias
El retraso en la votación ha hecho, además, que se pierda el impulso alcanzado la semana pasada, cuando los congresistas anunciaron un "principio de acuerdo" para votar una Ley de Presupuestos que incluía la mayor bajada de impuestos en dos décadas.
Bush se apresuró a dar el asunto por zanjado el pasado miércoles ante las cámaras de televisión. Pero el paso de los días ha hecho que vuelvan a aflorar discrepancias en algunas partidas de gasto.
Es decir, que aunque la mayoría apoya la bajada de impuestos sigue habiendo un duro pulso sobre cómo repartir el resto del dinero.
Dicotomía entre los datos y la realidad
El PIB de EE UU creció un 2% en el primer trimestre (el doble de lo previsto por los expertos y el doble que en el trimestre anterior). La demanda de los consumidores creció un 3,1%. Y el número de viviendas familiares vendidas en marzo alcanzó un récord de 1,02 millones de unidades.
Sin embargo, un 39% de los economistas sondeados por Reuters la semana pasada piensa que la economía estadounidense está en peligro de recesión. ¿Están equivocados los indicadores o la percepción de los expertos?
EE UU no está en recesión (para ello son necesarios dos trimestres de crecimiento negativo consecutivos) y seguramente sorteará la crisis dentro de unos meses si la Reserva Federal sigue bajando los tipos de interés.
Pero lo cierto es que la desacleración del ritmo de crecimiento ha sido espectacular (el PIB crecía a un ritmo del 5,6% en el segundo trimestre del 2000) y que las señales de peligro futuro son muy abundantes.
El economista Allen Sinaí, de Primark Economics, cree que "aunque no hay recesión oficial, sí hay sensación de recesión". Jim Sullivan, de UBS Warburg, habla de "recesión del mercado laboral". Los inversores de Wall Street se quejan de la llamada "recesión de beneficios" . Y nadie discute que el sector industrial lleva varios meses en ciclo recesivo.
Además, la destrucción masiva de empleos ha dañado la confianza de los consumidores (que en abril cayó al mínimo en 7 años) y ello puede traducirse en un frenazo del consumo. Si esto llega a ocurrir, entonces la recesión "oficial" también puede materializarse.