La Bolsa española agudiza su dependencia de Latinoamérica
Cuando a principio de año los observadores más dinámicos apuntaban que la Bolsa española se había convertido en un hedge fund (fondo de alto riesgo) latinoamericano fueron muchos los analistas de pro los que se rasgaron las vestiduras, al considerar una boutade tal reflexión.
Cuando esta semana con motivo del sobresalto positivo, por inesperado, de los resultados de BSCH se ha significado que las cuentas de resultados del grueso del Ibex depende cada vez más de la situación en Latinoamérica, quienes dijeron digo dicen Diego.
El análisis de los resultados del sector bancario y los que vendrán del sector eléctrico y de compañías emblemáticas como Telefónica y Repsol confirman un afianzamiento progresivo de la dependencia de la Bolsa española de lo que sucede en Latinoamérica. Las idas y venidas de esta semana alrededor de Argentina, tanto al alza como a la baja, han refrendado esta situación.
Gestores, inversores, analistas y operadores han asumido en los últimos días este fenómeno. Ya no basta con dejarse llevar por los movimientos alocados del Nasdaq. En la Bolsa española existen otros focos de atención que la mayor parte de los participantes en el mercado habían olvidado, a pesar de que antaño se produjeron situaciones muy enconadas con motivo del tequilazo o la devaluación del real brasileño.
Apuntan los analistas más prestigiosos que el estado de salud de la economía de Estados Unidos resulta ahora una pieza clave para apostar por los movimientos de futuro del mercado nacional, porque Latinoamérica es muy dependiente del auge o debilidad de la actividad económica en Estados Unidos.
Nadie se siente ofendido, de este modo, cuando el mercado nacional, salvo sorpresas de gran calado, pasa por alto los resultados del primer trimestre del año, que en la primera relación presentada están siendo vigorosos.
Aquí y ahora la atención de los observadores se centra en la retahíla de resultados empresariales de Estados Unidos y en las diferentes magnitudes sobre la evolución de la confianza de los consumidores y su traslación a la economía real.
Desconfianza hacia la inflaciónb>
Los datos preliminares publicados esta semana por la Oficina Federal de Estadística alemana señalan que la tasa de inflación repuntó en abril hasta el 2,8%, desde el 2,5% del mes anterior y frente al 2,7% esperado por el mercado. Los expertos señalan que el encarecimiento de los alimentos y la energía han sido la causa de esta alza.
Los analistas especializados en el seguimiento de los mercados de bonos, como indicadores fiables de los tipos de interés a medio y largo plazo, señalan que el mercado, como norma, sigue confiando en la consolidación de tasas de inflación reducidas en la zona euro, pero no tanto como hace unos meses.
La inflación que descuenta el mercado a largo plazo medida a través de los bonos franceses indizados a la inflación muestra cómo en las últimas semanas se ha producido una corrección al alza de la inflación implícita a largo plazo. Los expertos consideran que este hecho ha estado apoyado en los desfavorables datos de precios que se han publicado en las últimas semanas en diversos países de la zona.
La situación se produce en un momento caracterizado por el enconamiento dialéctico entre el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos a propósito de la negativa del BCE a bajar los tipos de interés.