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Rato confirma los cambios en las relaciones con Rabat

El vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, reconoció ayer que el fracaso de las negociaciones pesqueras con Marruecos tendrá "indudables consecuencias cuantitativas y cualitativas" en las relaciones económicas bilaterales, aunque descartó posibles represalias.

La negativa de Marruecos a firmar un acuerdo de pesca con la Unión Europea "tendrá consecuencias cuantitativas y cualitativas indudables" en las relaciones económicas entre Madrid y Rabat.

Con estas palabras que, dentro de una calculada ambigüedad, suponen el reconocimiento de una evidente alteración en la interrelación de los intereses de España con su vecino del sur, el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, matizaba ayer las palabras del presidente, José María Aznar, quien en la mañana del miércoles aseguraba, sin rodeos, que "en estas circunstancias es difícil repetir gestos como la condonación de deuda o el desarro-llo de las infraestructuras".

Sin querer entrar en el significado real de la advertencia del jefe del Ejecutivo, Rodrigo Rato sí reiteró, a su llegada a la convención nacional del Partido Popular, que en las relaciones económicas entre España y Marruecos "el capítulo de la pesca se ha cerrado y, por lo tanto, muchas de las cosas que giraban en torno a ese capítulo y la importancia de las propias relaciones económicas se han visto perjudicadas".

Eso sí, para evitar cualquier interpretación fuera de contexto de sus palabras, el vicepresidente del Gobierno enfantizó que "en ningún caso estamos hablando de represalias entre países amigos", dado que España es un inversor muy importante en Marruecos y "tenemos unas relaciones políticas y económicas que van a continuar".

Esta importancia de Marruecos como frontera sur de Europa y socio comercial, junto a los cuantiosos intereses de las empresas españolas en el país norteafricano, que es el undécimo destino mundial de nuestras exportaciones y donde España es el segundo inversor extranjero, son motivos que avalan, sin ninguna duda, que, como aseguraban ayer a este periódico fuentes del Gobierno, "no vamos a hacer ninguna barbaridad", aunque ello no es contradictorio con que, a corto plazo, las operaciones de cooperación bilateral vayan a quedar paralizadas.

En realidad, la intención del Gobierno, y del propio Aznar, no es ni ha sido nunca suspender las operaciones económicas y los programas financieros con Marruecos (en septiembre último se firmaron dos por importe de 50 millones de dólares), pero sí se van a replantear los tiempos de aprobación y ejecución de esas operaciones. Entre otras cosas, porque a nadie se oculta que la concesión de ayudas españolas a Marruecos en los momentos actuales podría ser un foco de una fuerte y comprensible contestación política y social.

Preocupación empresarial

Sea como fuere, las advertencias de Aznar han provocado una evidente preocupación entre los empresarios españoles instalados o que comercian con Marruecos, quienes, a pesar de reconocer las razones que asisten al Gobierno, calificaban de "auténtico mazazo" para muchas empresas españolas la posible paralización de las ayudas financieras.

A este respecto, la sola ruptura en las negociaciones pesqueras ha sido motivo suficiente para que algunas empresas españolas de comercio exterior y de consultoría que estaban preparando su instalación permanente en Marruecos han comenzado a replantearse el proyecto.

Los empresarios españoles coinciden también al calificar de "muy preocupante" la propia situación interna de Marruecos desde la llegada al poder de Mohamed VI, con "una inversión pública local paralizada por el alto nivel de endeudamiento y un empobrecimiento de las clases medias". Sin embargo, todos ellos tienen también muy claro que, "si España retira ahora la inversión, lo va a pagar caro en el futuro".

Esta preocupación empresarial por las relaciones hispano-marroquíes se convierte en abierta contestación desde el lado sindical. Como muestra, valgan las palabras del secretario general de CC OO, José María Fidalgo, quien durante la presentación de los actos del Primero de Mayo lamentó que el presidente del Gobierno se dedique a lanzar amenazas a Marruecos en lugar de resolver los problemas.

 

Bienes de equipo, construcción e ingeniería

En línea con las declaraciones del presidente del Gobierno, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete, aseguró ayer que España no toma represalias nunca contra un país soberano, refiriéndose a Marruecos, aunque destacó que determinadas ofertas "no tienen sentido en un horizonte de ruptura de las negociaciones".

Marruecos es, con diferencia, el primer destino de la inversión española en el norte de África, representando más del 98% del total del capital español invertido en esta región durante el último ejercicio, siendo especialmente relevante la presencia de las empresas de construcción, infraestructuras de transporte e ingeniería; mientras que bienes de equipo y maquinaria aparecen como los sectores más dinámicos en el terreno comercial.

Los nuevos instrumentos de apoyo financiero y, especialmente, los tres programas de conversión de la deuda marroquí con España en inversiones privadas de empresas españolas (agotados íntegramente en su totalidad los dos primeros por un importe de 10.875 millones de pesetas) han sido decisivos en el interés del empresariado español hacia el vecino del sur, superando los 44.000 millones de inversión acumulada desde 1996.

 

Reunión de urgencia de ministros de ambos países

El vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Mariano Rajoy, y el de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, prepararán hoy la Operación Paso del Estrecho con sus homólogos marroquíes, informaron a Efe fuentes diplomáticas.

Rajoy se reunirá por separado con el ministro del Interior marroquí, Ahmed Midaui, y Piqué se entrevistará con su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa. El objetivo inicial de la visita es preparar un año más la Operación Paso del Estrecho, que despierta un "enorme interés" en el rey de Marruecos, Mohamed V, como demuestra el hecho de que también viajarán a Madrid dos de sus principales consejeros: Zoulika Nasri y su jefe de Gabinete, Mohamed Rochdi Chraibi. Otras fuentes informan de que la misión de estos consejeros sería hacer entrega al rey Juan Carlos de una carta de Mohamed V.

La reunión ha sido solicitada por la parte marroquí y se celebra inmediatamente después de la ruptura de las negociaciones entre la Unión Europea y Marruecos para renovar el acuerdo pesquero.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, había declarado que la posición de Marruecos en las negociaciones pesqueras podría tener consecuencias en las relaciones del reino alauí tanto con España como con la Unión Europea.

En las reuniones de hoy el asunto central será la organización del paso por España y a través del Estrecho de decenas de miles de ciudadanos marroquíes que residen en Europa hacia sus lugares de origen, lo que los dos Gobiernos preparan una vez al año antes del verano.

Otros asuntos son también del máximo interés para ambos Ejecutivos, como la inmigración, la llamada tercera vía para el Sáhara Occidental y el proceso de paz en Oriente Próximo, cuestión sobre la que probablemente informará Piqué tras la gira realizada por la zona.

Agencias Bruselas

L a Comisión Europea y Rabat iniciarán el próximo mes de junio en Bruselas negociaciones para mejorar las concesiones agrícolas mutuas, tras fracasar en el logro de un acuerdo pesquero, informaron ayer, fuentes comunitarias.

El Gobierno marroquí ha esperado a que las negociaciones pesqueras finalizaran antes de dar luz verde a los contactos agrícolas.

El pasado 18 de abril, una delegación comunitaria viajó a Rabat para establecer un primer calendario de negociaciones. A raíz de ese encuentro preliminar, los expertos de ambas partes "se han puesto a trabajar para determinar las condiciones técnicas que permitan comenzar la negociación a principios de junio".

El objetivo es que el nuevo protocolo para revisar el capítulo agrícola del acuerdo de asociación entre ambas partes esté listo para octubre, fecha en la que se abre anualmente el contingente de tomates marroquíes que puede ser exportado al mercado comunitario. La Comisión Europea pedirá a Rabat que incremente las posibilidades de acceso a su mercado de las exportaciones comunitarias de cereales, leche, carne y oleaginosas (que beneficiarían sobre todo a Francia).

Bruselas persigue "un mayor reequilibrio en las concesiones agrícolas mutuas, ya que actualmente son más beneficiosas para Marruecos que para la UE", declararon las mismas fuentes.

Marruecos aspira a aumentar las exportaciones de tomate, principalmente, pero el objetivo de la Comisión es "clarificar" el acuerdo existente con el fin de evitar la divergencia de interpretaciones, que dieron lugar, el pasado año, a tensiones entre los dos socios comerciales.

Rabat estima legítimo que sus exportaciones superen el cupo autorizado de 150.676 toneladas de octubre a marzo siempre que los operadores paguen el precio pleno de entrada para las cantidades que superen dicha cuota.

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