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Airtel desmonta su estructura regional y centraliza la gestión en Madrid

Ignacio Sánchez Galán, que nunca dejó de ser el hombre fuerte de Airtel, demuestra que ha salido reforzado de la reciente reestructuración accionarial de la operadora. El consejero delegado ha reducido a la mínima expresión la anterior estructura descentralizada por regiones; las ocho divisiones territoriales han quedado reducidas a cinco. Fuentes conocedoras del cambio explican que en la nueva etapa no tiene sentido la dispersión territorial, mientras los detractores dicen que Galán centraliza aún más la capacidad de decisión.

Airtel, el segundo operador de telefonía móvil en España por número de clientes, anunciará en los próximos días una profunda transformación de su estructura territorial que concentrará en su sede de Madrid buena parte de la capacidad de decisión que hace un par de años fue descentralizada.

Además, dará a conocer el fichaje de un nuevo ejecutivo, José Juan Pérez Solero, proveniente de la multinacional Gillette, que está llamado a concentrar en sus manos importantes áreas de decisión, lo que le convertirá en el indudable número dos de la empresa, tras Ignacio Sánchez Galán.

La reestructuración que anunciará Airtel elimina tres de las ocho direcciones regionales en las que ha estado dividida la empresa durante los dos últimos años.

El nuevo diseño ha nacido como consecuencia de un trabajo de asesoramiento que ha sido contratado con la consultora PricewaterhouseCoopers, que en su informe calificaba a la anterior estructura como "reinos de Taifas" con amplísimas capacidades de autonomía, sobre todo en temas relacionados con los clientes.

En el nuevo esquema, la única división territorial que permanece intacta es la de Canarias, cuyo responsable seguirá siendo Tomás Pacheco. Las cuatro restantes nacen como consecuencia de la fusión de las divisiones anteriores. La primera de ellas estará dirigida por Secundino Mauriz y agrupa los territorios de Galicia, Asturias, País Vasco, Castilla y León y Cáceres. La segunda está encabezada por Luis Mendoza y agrupa a Andalucía y Badajoz. La tercera está dirigida por Vicente Fort, quien dirigirá un área compuesta por la comunidad Valenciana, Baleares, Castilla-La Mancha y Madrid. Por último, Enric Martín estará al frente de un territorio que integran Cataluña, Aragón, Navarra y Rioja.

Los tres ejecutivos de Airtel que se han quedado sin dirección territorial son Alberto Yarte, que pasa a ser director de clientes particulares y consumo; Juan Manuel Azpeitia, que será responsable de la división de pymes, y Víctor Rodríguez, que pasa a comandar las grandes cuentas.

Fuentes conocedoras del cambio de estructura aseguran que la estrategia supone una adaptación a la nueva situación del mercado. Explican que ahora el negocio de la telefonía móvil ha entrado en una fase de estabilidad en la que el objetivo no es tanto ganar clientes o desplegar una red de señales, como consolidar la cuota de mercado y maximizar el ingreso por abonado. Estas fuentes resaltan, igualmente, que el actual propietario de Airtel, Vodafone, nunca creyó en una estructura tan descentralizada y siempre fue partidaria de la centralización, sobre todo en temas comerciales y de marketing.

Los cambios, sin embargo, han generado un cierto malestar en el seno de la compañía y los detractores aseguran que la única lógica de las modificaciones es concentrar aún más el poder en manos de Ignacio Sánchez Galán.

Mano derecha

Dentro del nuevo organigrama aparece como pieza fundamental el fichaje de José Juan Pérez Solero, que será el nuevo director de clientes, marketing y ventas. Esta cargo de nueva creación concentrará todos los poderes en la actividad comercial de Airtel y de él dependerán tanto los tres ejecutivos que han dejado de tener responsabilidades territoriales como las iniciativas de mercadotecnia de las diferentes divisiones regionales.

Pérez Solero se configura de este modo como la mano derecha de Sánchez Galán y el segundo nombre en la línea ejecutiva de la compañía. El anterior responsable de ventas de la compañía, Francisco de Álvaro, pasa a hacerse cargo del portal de Internet Navegalia.

 

Se retrasa dos semanas la decisión de salir a Bolsa

En otro día negro en Bolsa para las operadoras de telecomunicaciones, Sonera cayó ayer un 5,5%; Deutsche Telekom, el 3,7%; Vodafone, un 3,13%, y Telefónica Móviles, un 1,5%. Y mientras tanto, la junta general de accionistas de Airtel debatía su salida al mercado.

Al cierre de esta edición, los socios de la operadora (Vodafone, BT, Acciona y Abelló) seguían estudiando la colocación en Bolsa de la compañía, en una operación diseñada para que el ex monopolio británico pueda abandonar el capital de la operadora y reducir su abultada deuda. Sin embargo, el mal momento que viven los mercados ha llevado a los analistas a desaconsejar esta colocación y, aunque se daba por seguro que la junta daría luz verde a la salida a Bolsa, fuentes conocedoras de la situación aseguraban que ésta se pospondría por lo menos seis meses.

Las mismas fuentes añadían que, en todo caso, la decisión "queda en manos de BT", ya que esta compañía y el socio mayoritario, Vodafone (tiene el 73,8%), "tienen todo pactado de antemano".

Cuando BT cedió ante Vodafone y permitió al líder mundial de móvil tomar la mayoría en Airtel con la compra de su participación al BSCH y los socios financieros, las dos compañías británicas pactaron que Vodafone votaría a favor de una salida a Bolsa cuando BT lo propusiera.

Tormenta bursátil

El problema fundamental es que la valoración de Airtel ha caído en picado en la actual tormenta bursátil. Si la valoración del acuerdo entre Vodafone y el BSCH rondaba los cuatro billones de pesetas, los propios bancos colocadores (Goldman Sachs, ABN Amro y el BSCH) la sitúan ya a la mitad. Otros analistas apuntan a que debería ser incluso más baja (entre un billón y 1,6), ya que Airtel sólo opera en España, un país con una penetración de la telefonía móvil superior al 60% y que ya no puede ofrecer altos crecimientos.

Además de la salida a Bolsa, la junta de Airtel tenía que dar el visto bueno a una ampliación de capital y a planes de opciones sobre acciones, aunque ambas medidas están vinculadas a la aprobación previa de la colocación.

Lo que no lo está son los resultados económicos del año pasado, también sometidos a la aprobación de la asamblea. Según estimaciones del consenso del mercado, Airtel habría obtenido en 2000 un beneficio neto cercano a los 45.000 millones de pesetas, lo que supone un crecimiento con respecto al año anterior del 80%. El flujo de caja operativo (Ebitda), por su parte, se habría situado en unos 110.000 millones de pesetas.

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