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CASTILLA-LA MANCHA

Los productores españoles recelan del ajo chino

La próxima incorporación de China a la Organización Mundial de Comercio tiene inquieto al sector. Los bajos precios del primer productor mundial ponen en peligro las empresas.

La globalización también ha llegado al sector del ajo. Tras resolver sus desencuentros con Europa y EE UU, China se incorporará en un futuro cercano a la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero las aproximadamente 40 empresas productoras de Castilla-La Mancha no celebrarán la noticia. Se acerca la fecha y la Comisión Europea (CE) no toma medidas tendentes a evitar el efecto que supondrá sobre estos productores un bulbo chino tres veces más barato que el manchego.

China, primera productora mundial, con seis millones de toneladas en 1999, puede colocar su ajo en las fronteras comunitarias a 80 pesetas (0,48 euros) el kilo, 145 pesetas más barato que el procedente de España, principalmente de Castilla-La Mancha, primera productora nacional y comunitaria.

Los bajos costes de producción del país oriental pueden obrar el milagro. Para evitar que lo que los productores españoles califican de dumping (venta por debajo de coste) social arroje del mercado a los comunitarios, se creó la denominada cláusula de salvaguarda (limitación de contingentes), pero China rápidamente encontró el resorte para salvar los escollos de la UE, enviaba los ajos desde países satélites (Taiwan, Malaisia o Vietnam). La pirueta llegó a su apogeo cuando operadores chinos colaban sus ajos en Europa a través de Holanda o Reino Unido. El mercado comunitario fue literalmente inundado con 55 millones de kilos de ajo, que supusieron una reducción del 30% de la superficie cultivada en Castilla-La Mancha en 1999. Las empresas productoras dudan de que puedan soportar otro envite similar.

En la comunidad, existen unas 40 empresas y cooperativas de producción y transformación del ajo, con facturaciones medias de 500 millones de pesetas (tres millones de euros), y de él viven unas 7.000 familias. Coopaman, cooperativa asentada en la capital del ajo, Las Pedroñeras (Cuenca), es la líder con una facturación de 4.000 millones (24 millones de euros), cinco cooperativas asociadas y 1.500 socios. Entre sus asociados, destaca en segundo lugar Santa Mónica de Balazote (Albacete) con unas ventas de cerca de 1.000 millones y 750 socios. Entre las empresas, destacan Allium-94 (1.200 millones), Villodre, Agrícola Simarro y Ajos Padilla.

El cultivo del ajo constituye un efectivo instrumento de renta agraria, que sólo en Castilla-La Mancha mueve 13.000 millones. Esta región tiene una producción de 70.000 toneladas (la primera de la UE delante de Francia) y una superficie de cultivo de 12.000 hectáreas. España es, por tanto, el primer productor de la UE, con 190.000 toneladas y 24.500 hectáreas de superficie, que se extienden también por Andalucía, Madrid (Chinchón) y Castilla y León.

Este horizonte que amenaza con una reducción de mercado resulta más sangrante para las empresas en tanto que acaban de invertir más de 3.000 millones en reconversión tecnológica, de los que la Consejería de Agricultura de la Junta ha subvencionado 900.

La normalización del mercado fue parcialmente resuelta con la exigencia de un certificado del origen de las partidas que entraban en Europa. Pero si con la cláusula de salvaguarda incluida, el precio del ajo chino caía hasta l80 pesetas (1,08 euros) -y hasta 140 si entraba a través de estados comunitarios-, qué ocurrirá tras la incorporación de China a la OMC, cuando desaparezcan los controles. Según la Unión de Cooperativas Agrarias de Castilla-La Mancha (Ucaman), "puede situar muchos productos y sectores hortofrutícolas, el ajo entre ellos, al borde de la ruina y la desaparición". Ucaman señala que, ya aho-ra, la oferta China "resulta extremadamente perniciosa para el conjunto de la producción y el mercado comunitario con valores medios durante el año 2.000 de 87 pesetas el kilo, lo que supone el 60% menos de los costes medios de producción y puesta en el mercado del ajo español".

Desde las cooperativas españolas se ha elevado hasta Bruselas el boceto de un nuevo mecanismo de control para evitar que, tanto China como otros países, como Marruecos, continúen lo que tachan de dumping.

Se pretende que continúen exportando, pero con fundamentos de igualdad, por lo que se ha deducido la media de las importaciones de los últimos años (1995-1997) y el precio medio de las producciones comunitarias. La cantidad importada por la UE es de 33.600 toneladas, y el precio medio es de 1.300 euros por tonelada (225 pesetas kilo si se considera también como media la producción francesa, segundo productor de la UE). Toda comercialización que no se ajuste a estas medidas sería considerada ilegal.

El sueño de los justos

Según el presidente de la Mesa Nacional del Ajo y de la cooperativa Copaman, Santiago Rodríguez Zarco, estas medidas sustitutivas de la cláusula de salvaguardia "han de ser aprobadas antes de que China cierre su negociación con la OMC porque, de lo contrario, este país entrará libremente, sin ninguna cortapisa en nuestro mercado".

Las medidas de protección fueron ya asumidas por la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, pero en la actualidad duermen el sueño de los justos en los anaqueles de la Dirección General I de la CE, en espera de ser negociadas con la OMC. Y empieza a cundir el nerviosismo en el sector.

Mientras tanto, Ucaman ha hecho públicos los datos de exportación española de ajos, 68.000 toneladas en 2000, de las que un 65% pertenece a Castilla-La Mancha. España compró 10.000 toneladas a Francia, Reino Unido, EE UU, Argentina, Países Bajos, Marruecos y China.

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