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Telefónica desmantela la estructura que Juan Villalonga trasladó a Miami

César Alierta está implantando en Telefónica un drástico programa de racionalización de costes y una de las primeras iniciativas es traer a España gran parte del incipiente imperio que montó su predecesor, Juan Villalonga, en Miami. Las sedes de Atento Holding y de Telefónica B2B (Katalyx) volverán a España, así como buena parte de los ejecutivos de Telefónica Data. La más afectada será Telefónica Media Internacional y de Contenidos, que prácticamente desaparece. En total, unos 500 profesionales están siendo reubicados.

El imperio que montó Juan Villalonga en Miami se derrumba antes de consolidarse. Su sucesor al frente de Telefónica, César Alierta, está decidido a imponer una visión pragmática en la reorganización de la compañía e implantar la racionalización de la estructura y las inversiones que se han destinado a construirlo. El objetivo es reducir costes y tener más cerca el día a día de las actividades que están allí implantadas.

Distintas empresas que en su día fueron presentadas en sociedad como grandes proyectos han quedado prácticamente en nada. Las que tenían una mínima estructura corporativa y mantienen una lógica empresarial han sido repatriadas a España. El resto sencillamente ha desaparecido.

El símbolo del desmantelamiento del embrión del imperio Villalonga en Miami es la vuelta a Madrid del hombre fuerte de la compañía destacado en aquel territorio de ultramar, Rafael Hernández. El ejecutivo tiene ya un despacho en la sede madrileña de Telefónica y ahora se busca la manera de articular un sistema razonable de control desde el Viejo Continente sobre las actividades supervisadas por Hernández.

El ejemplo más significativo de repatriación de negocios es Atento Holding. Esta compañía de gran desarrollo en el continente americano será controlada desde Madrid y en Miami sólo quedará algún responsable de recursos humanos y una cabeza de puente para mantener las relaciones con el mercado americano.

Telefónica Datacorp también verá muy mermados sus efectivos en la capital del Estado de Florida, aunque conservará una presencia más significativa que Atento (unas 50 personas). A pesar de que, a diferencia de la filial de call-centers, Datacorp nunca tuvo su sede en Miami, conservará allí un mayor número de personas porque tiene previsto lanzar sus servicios en Estados Unidos. El objetivo de Alierta es, precisamente, dar más peso en Florida a las compañías que tienen operativa en la región y desmantelar totalmente las que no lo tienen.

Revisión en Internet

Las filiales más perjudicadas por la mudanza son las relacionadas con los proyectos de Internet, especialmente Katalyx (Telefónica B2B). Esta compañía, también con sede en Miami, no sólo será trasladada, sino que su negocio está en entredicho. En su momento, esta empresa fue una de las grandes apuestas de Villalonga y, de hecho, era una importante pieza en el acuerdo firmado con el BBVA, pero la crisis del sector ha obligado a Telefónica a cerrar alguno de los portales sectoriales que lanzó en Estados Unidos, hasta el punto de que Alierta ha sometido a una profunda revisión el negocio.

En esta revisión está también presente Zéleris, la filial de distribución de comercio electrónico con sede en Barcelona. Sus proyectos en Miami han sido cancelados y en cuestión está incluso su propia supervivencia.

Pero quizá la imagen más emblemática del desmantelamiento de Miami es la desaparición de Telefónica Media Internacional y de Contenidos. Esta filial, con sede en Miami, nació bajo la supervisión del entonces máximo responsable, José Antonio Ríos, con el objetivo de constituirse en una central de compras de contenidos, así como de cimentar la entrada de la compañía en el mercado hispano de Estados Unidos. Esta empresa nunca adquirió una gran dimensión y, de hecho, fue más un proyecto en la mente de Villalonga que una realidad.

En conjunto, los planes de Alierta afectan a unas 500 personas que, en su mayor parte, seguirán haciendo la misma labor en Madrid o serán reubicados. En Miami, quedarán los equipos responsables de operativas concretas, no de proyectos.

 

Cae por tierra el sueño trasatlántico del "virrey" de las Américas

No ha pasado un año desde que se publicó con grandes titulares que el entonces presidente de Telefónica, Juan Villalonga, había concebido la idea de trasladar la sede de la primera compañía de telecomunicaciones española desde su central histórica en la Gran Vía madrileña a esa puerta de entrada a Estados Unidos que es la ciudad de Miami. El escándalo que organizó la publicación de esta noticia fue entonces mayúsculo, pero la compañía no quiso desmentirlo de modo tajante, sino que aludió a los muchos núcleos de gestión que debe tener una empresa multinacional y con fuerte presencia en varios continentes.

La realidad es que Juan Villalonga había situado su domicilio personal en la capital de Florida desde que iniciara una relación sentimental con una conocida modelo mexicana. El todavía amigo íntimo del presidente del Gobierno, José María Aznar, se había embarcado en una vida ciertamente agitada y pasaba prácticamente su vida a bordo de un jet privado Gulf Stream que la compañía había adquirido, saltando el charco de manera prácticamente ininterrumpida entre el Viejo y el Nuevo Continente. Hay que recordar que durante la crisis que se desató en mayo de 2000 con motivo del veto que el Gobierno impuso al intento de fusión entre Telefónica y la operadora holandesa KPN, Villalonga se encontraba en Miami, a la espera del nacimiento de su tercer hijo. El presidente de Telefónica utilizó el sistema de videoconferencia durante las largas y tensas horas de negociaciones que se sucedieron hasta que el acuerdo de fusión quedó roto.

Ahora el sueño americano de Villalonga se ha esfumado y una señal inequívoca del fin del protagonismo americano en la vida corporativa de Telefónica es el desmantelamiento de la planta noble que Juan Villalonga había mandado construir en el edificio que hacía las veces de sede social en Miami.

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