Francia eleva la presión política para que el BCE reduzca los tipos de interés
El ministro de Finanzas francés, Laurent Fabius, se encargó ayer de aumentar la presión política de la UE sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que la autoridad monetaria de Francfort se decida a reducir en los próximos días el tipo de interés de la zona euro por debajo del 4,75% situado en la actualidad.
El titular francés de Economía, Laurent Fabius, no dudó ayer en abogar por "todo lo que permita relanzar el crecimiento" en Europa, en alusión a una posible bajada del precio oficial del dinero.
Fabius insistió en el carácter independiente del BCE, pero subrayó que el crecimiento en el área es ahora "menos fuerte" de lo que se preveía y, al mismo tiempo, las tensiones inflacionistas son "más débiles" que antes. "Todos los que miran estos hechos deben sacar las consecuencias", dijo ayer, en declaraciones a la cadena de radio Europe 1.
Muchos operadores bursátiles esperan que la autoridad monetaria europea baje los tipos de interés el próximo jueves, en su próxima reunión o como muy tarde en la reunión del consejo de gobierno del 11 de abril, después de que el economista jefe del BCE, Otmar Issing, reconociera la semana pasada que la coyuntura en la zona euro se había deteriorado y las previsiones para la zona euro debían ser revisadas a la baja.
En la misma línea, el gobernador del Banco de Francia y miembro del consejo de gobierno del BCE, Jean-Claude Trichet considera que Francfort ya no está preocupado por la inflación en el área como lo estaba hace un mes. Sin embargo, el BCE no da su brazo a torcer y continúa resistiéndose a autorizar un recorte de tipos, que los analistas estiman que podría oscilar entre 0,25 y 0,5 puntos.
Solans rehúye
Ayer, el único consejero español del BCE, Eugenio Domingo Solans, abundó en esta idea en Málaga. Domingo Solans reconoció que las tensiones inflacionistas se están moderando en la zona, lo que dejaría vía libre a una rebaja de tipos.
Sin embargo, el consejero español mostró su escasa predisposición a un retoque del precio de dinero al indicar que la UE "está bien preparada, con un economía sólida y equilibrada", para afrontar las complicaciones derivadas de la desaceleración de Estados Unidos.
"Es normal que las bolsas suban y bajen; lo ocurrido la pasada semana debe contemplarse con perspectiva a largo plazo", dijo, restando importancia al miedo vendedor que se desató el miércoles y jueves pasado en gran parte de las Bolsas del mundo.
Con independencia de las declaraciones más o menos tranquilizadoras de los consejeros del BCE, lo cierto es que los analistas esperan que el Banco Central Europeo ceda finalmente a las presiones políticas. El eurobanco mantiene el precio del dinero invariable en el 4,75% desde noviembre de 2000, mientras que la Reserva Federal estadounidense ha recortado las tasas al otro lado del océano Atlántico en 1,25 puntos desde enero.
Uno de los más remisos a tocar el nivel de tipos de interés es el presidente del Bundesbank (banco central federal) alemán, Ernst Welteke, que advierte del peligro de sobrevalorar la debilidad de la coyuntura económica en la zona euro.
Welteke recuerda que el crecimiento económico registrado en Alemania en el año 2000 duplicó el cosechado en la década de los años noventa, asunto que debe hacer reflexionar sobre el verdadero grado de desaceleración de la economía europea de cara a los próximos meses.
El euro roza de nuevo la barrera de 0,90 dólares
Mientras los consejeros del BCE reflexionaban sobre la conveniencia de una bajada de tipos de interés, el euro recuperaba ayer parte de lo perdido la pasada semana, cuando alcanzó mínimos anuales.
La divisa europea se cotizó ayer en Francfort a 0,895 dólares, frente a 0,893 dólares del inicio de la sesión. En Londres, la divisa escaló hasta 0,896 dólares. El BCE fijó el cambio oficial frente al billete verde a 0,8935 dólares (186,2 pesetas por dólar).
La publicación del índice de confianza empresarial en Estados Unidos, prevista para hoy, aportará nuevas señales del grado de desaceleración de la economía norteamericana y su efecto sobre el Viejo Continente y la moneda única.
El euro alcanzó su mínimo histórico en noviembre de 2000 cuando se depreció hasta 0,82 dólares.
A partir de ese momento, la incertidumbre electoral en Estados Unidos y los primeros datos sobre la desaceleración de la primera economía mundial elevaron la cotización del euro hasta 0,96 dólares, sin que la divisa europea fuese capaz de llegar a cotizarse a la par respecto al dólar.
Los analistas estiman que en las próximas semanas se mantendrá en un abanico amplio, que oscilará entre los 0,87 y los 0,95 dólares.
Alemania se resiste a rebajar el crecimiento previsto
Eichel mantiene la estimación entre 2,6% y 2,8%, a pesar de la revisión de Francia e Italia
Los Gobiernos de los diferentes Estados miembros de la UE tratan de evitar a toda costa que el pesimismo reinante sobre la economía estadounidense se cebe en sus respectivos países, a pesar de que la Comisión Europea ya ha anunciado que revisará en breve las estimaciones de crecimiento de la zona euro. El ministro alemán de Finanzas, Hans Eichel, indicó ayer que, de momento, no hay ninguna razón para rebajar las previsiones de crecimiento en el país centroeuropeo, a pesar de que Francia e Italia decidieran hacerlo la semana pasada.
"No tenemos prevista a la vista ninguna corrección", sentenció ayer. El Gobierno alemán prevé acabar el año con un crecimiento situado en una banda entre 2,625% y 2,875%. La presión sobre Eichel para que retoque sus previsiones ha aumentado en los últimos días, después de que los seis prestigiosos institutos económicos del país reconocieran que el crecimiento de la economía alemana está en estos momentos próximo al 2%, por debajo de las previsiones oficiales.
Eichel prefiere, sin embargo, esperar a mitad del año, cuando tenga en su despacho la evolución de la recaudación tributaria de los primeros meses del ejercicio.
París, en cambio, ha preferido no esperar y ya ha anunciado que la economía francesa crecerá sólo el 2,9% frente al 3,3% previsto. Italia, por su parte, ha reducido también sus estimaciones del 2,9% al 2,6%.
En España, el secretario de Estado de Economía, José Folgado, ha reconocido también que no se crecerá al 3,6% previsto en los Presupuestos pero se resiste a publicar una nueva estimación.