El presidente de Seat critica la poca competitividad de la firma española
El presidente de Seat, Bernd Pischetsrieder, aseguró ayer en Barcelona que "yo, como trotamundos que soy, ahora no elegiría España para ubicar una fábrica de automóviles". En su opinión, España pierde competitividad a pasos agigantados a causa de la inflación, aumento del absentismo laboral y las numerosas huelgas.
El presidente de Seat, Bernd Pischetsrieder, afirmó que, "si yo fuera un inversor global, no escogería España como primera opción para construir una nueva fábrica". Esta opinión resulta muy significativa porque Pischetsrieder es el principal candidato a suceder al presidente de Volkswagen, Ferdinand Piëch, y además es el ex presidente de BMW, que actualmente estudia dónde ubicar en Europa una nueva fábrica de coches.
Según argumentó el presidente de Seat, en España los costes laborales crecen a un ritmo mucho mayor que el resto de Europa, la inflación es alta y se pierde competitividad respecto al resto de países del continente. Además, aseguró que Seat padece un enorme absentismo laboral y las huelgas en las empresas proveedoras perjudican la productividad.
Según datos de Seat, el absentismo se ha incrementado en un 3% a lo largo de 2000 y las huelgas y conflictos laborales en proveedores y transportistas han supuesto dejar de fabricar entre 10.000 y 15.000 coches el año pasado. El martes una huelga en la empresa TNT, que gestiona el parque de proveedores de Seat, impidió la producción de 2.000 coches, aunque Pischetsrieder aseguro que "no está en duda el compromiso de Seat y de Volkswagen con España", pero fue muy duro con la filial de Seat Gearbox, dedicada a la producción de cajas de cambio. "Actualmente, la fábrica de Gearbox en El Prat (Barcelona) es menos competitiva que la que tiene Skoda en la República Checa y el consorcio aún nos compra a nosotros".
El vicepresidente de Seat, Rodrigo Navarro, reconoció que los costes laborales son la mitad que en Alemania, "pero las cotizaciones a la Seguridad Social, la escasa flexibilidad, el absentismo, las huelgas, etc. nos hace perder competitividad".
Por su parte, el vicepresidente de Producción, Josef Antón Habla, indicó que pese a todo "la productividad de la fábrica de Seat en Martorell es de las mejores de Europa, ya que una planta diseñada para producir 1.500 coches diarios está produciendo 2.300".
Baja rentabilidad
Las opiniones de Pischetsrieder dejaron en segundo plano los resultados de Seat del año 2000. La compañía facturó 1,056 billones de pesetas (6.351,48 millones de euros), un 9,1% más que el año anterior, pero su beneficio solo creció un 2,2%, hasta los 14.534 millones (87,35 millones de euros). En términos absolutos, 334 millones más que en 1999. Esta evolución redujo la rentabilidad sobre ventas a un 1,4%, muy alejado todavía del 6,5% que el consorcio Volkswagen se ha marcado como objetivo para las filiales del grupo.
De los 14.534 millones de beneficio, 10.295 millones corresponden a ingresos procedentes de las bases imponibles negativas que Seat generó en su crisis de los años noventa.
El beneficio de explotación fue de 5.535 millones, frente a los 639 millones de 1999. En cuanto a inversiones, en 2000, Seat destinó 57.136 millones y gastó 39.935 millo-nes en I+D. En el periodo 2000-2004, Seat invertirá 250.000 millones de pesetas y gastará 150.000 millones en I+D.