El G-8 establece fecha límite para implantar los acuerdos de Kioto
Los siete países más industrializados del mundo, más Rusia, acordaron este fin de semana en Trieste (Italia) reactivar el Protocolo de Kioto para conseguir una reducción de las emisiones que provocan el efecto invernadero.
El compromiso adquirido por los ministros de Medio Ambiente de los países más industrializados fija en 2002 la fecha límite para la entrada en vigor de un protocolo que tiene como objetivo la lucha contra el calentamiento global de la Tierra.
El ministro de Medio Ambiente italiano, Willer Bordon, indicó que "hemos abierto un diálogo que corría el riesgo de verse interrumpido y hemos recuperado un clima de confianza". El Protocolo de Kioto, redactado en 1997, especificaba la reducción para el periodo 2008-2012 en un 5,2% sobre los niveles de 1990 de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases causantes del efecto invernadero. La decisión adoptada en Trieste pone fin al periodo de incertidumbre sobre la aplicación del Protocolo de Kioto, abierta en noviembre pasado en la Cumbre de la Haya. En aquella ocasión, no pudo ratificarse el acuerdo por la oposición, entre otros, de Estados Unidos, Canadá y Japón.
El movimiento ecologista valoró con reservas el paso a delante que ha significado la Cumbre de Trieste. Greenpeace lo ha calificado como el mejor posible en el momento actual para conseguir una reducción de las emisiones causantes del calentamiento de la Tierra. Una de las portavoces del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), Jennifer Morgan, señaló que la nueva Administración estadounidense de George Bush había recibido un mensaje claro del resto del mundo. La mayoría de los ecologistas vieron con buenos ojos la declaración final, mucho más acorde con sus intereses de lo que esperaban en un principio.