Víctimas del holocausto demandan a IBM por colaborar con los nazis
Cinco víctimas del holocausto judío han presentado una demanda contra IBM en Nueva York, acusándola de proveer a los nazis con tecnología y servicios para "catalogar a las víctimas de los campos de concentración". La denuncia coincide con la salida a la venta de un polémico libro que incluye esta misma acusación.
El despacho de abogados Cohen, Milstein, Hausfeld & Toll ha presentado una demanda contra IBM en nombre de cinco víctimas del holocausto que acusan a la empresa informática de proveer a la Alemania nazi de tecnología para "catalogar a las víctimas de los campos de concentración" y "ayudar sustancialmente a la persecución, sufrimiento y genocidio experimentado en los campos antes y durante la Segunda Guerra Mundial", según la denuncia.
Para los denunciantes, IBM "no sólo se benefició con ello, sino que se ha negado a permitir a los historiadores y a otros estudiosos el acceso a los archivos históricos que ponen en evidencia su papel de cómplice".
Experto en litigios
La demanda ha sido interpuesta por el abogado Michael Hausfeld, que ya participó en los litigios de víctimas del holocausto contra varios bancos suizos (las entidades aceptaron pagar 1.250 millones de dólares en compensaciones, unos 225.000 millones de pesetas) y en la demanda que obligó a Alemania a crear un fondo de 5.000 millones de dólares (900.000 millones de pesetas) para compensar a los "tra-baja-dores esclavos" del Gobierno nazi. Los demandantes exigen ahora a IBM que "admita su violación de los derechos humanos, abra sus archivos a los historiadores y devuelva todos los beneficios obtenidos con su servicio a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial", que serían entregados a un fondo de compensación para las víctimas del holocausto.
La presentación de esta demanda coincide con la publicación ayer de un polémico libro escrito por el periodista Edwin Black bajo el título IBM y el holocausto: la alianza estratégica entre la Alemania nazi y la compañía más poderosa de América. Una polémica obra que incluye las mismas acusaciones hechas por los demandantes.
IBM envió el viernes un comunicado a sus empleados en el que advierte sobre la publicación del libro, y asegura que "si esta obra ofrece información nueva y verificable sobre esta trágica era, IBM la examinará y pedirá a los historiadores y académicos adecuados que hagan otro tanto".
La cooperación de la multinacional con la Alemania nazi es conocida desde hace años. De hecho, el fundador de la compañía, Thomas Watson, aceptó en 1937 la medalla de honor con que Adolf Hitler premiaba a ciudadanos extranjeros que se hacían "merecedores del Tercer Reich". Watson devolvió la medalla cuando EE UU estaba a punto de entrar en la Segunda Guerra Mundial y los nazis asumieron el control de la filial alemana de IBM.
Los historiadores coinciden en que IBM autorizó a la Alemania nazi a utilizar sus máquinas de perforación de tarjetas Hollerit (una tecnología previa a la de los ordenadores y que todavía es utilizada por muchos estadounidenses para votar en las elecciones presidenciales) para hacer los censos de población de 1933 y 1939.
Sin embargo, Black asegura que dicha tecnología también fue utilizada para automatizar y hacer más eficiente la búsqueda, captura y exterminación de millones de personas: el número tres correspondía a los homosexuales; el ocho, a los judíos; el 12 a los gitanos, etc.
Sin embargo, cualquier acción legal contra IBM de las víctimas de los campos de concentración nazi tendrá poco impacto porque la empresa se sumó al fondo de reparación alemán para las víctimas, según un negociador del fondo del holocausto. Para éste, las empresas de EE UU se han protegido contra las denuncias en el acuerdo firmado en julio y que está dotado con 900.000 millones de pesetas.