El accionista de Endesa, el más favorecido
El comprador pierde, el comprado gana. Siempre, claro está, en términos puramente bursátiles. Esta máxima alcanzó su punto álgido hace 10 años en Wall Street y, como siempre, se ha exportado de manera automática al resto de los principales mercados de acciones del mundo.
Las acciones de Iberdrola, compañía que el mercado entiende que ha sido la comprada, han subido el 15% desde que se anunció la fusión con Endesa. Esta última empresa, la que compra, siempre según los dictados de la Bolsa, ha perdido el 11,7% en el mismo periodo. La primera, es más, ha superado con creces los promedios del Ibex. El principal índice de la Bolsa española registra una pérdida del 11,8% desde septiembre.
El análisis del comportamiento de ambas acciones desde el otoño, fecha en la que se anuncia la fusión, es categórico. Iberdrola experimentó una fuerte subida desde el primer momento a la par que Endesa se apegó, y así ha seguido, a la evolución del Ibex. Esta última compañía ha sufrido la crisis bursátil, que de manera generalizada se produjo en el último trimestre de 2000, más que Iberdrola, aunque en todo momento se ha mantenido la relación de canje sin desviaciones considerables. Ello ha impedido efectuar arbitraje y especular a corto plazo.
Desde entonces han sido muchas las especulaciones y debates respecto a la operación. Uno de los hechos destacados de puertas adentro del mercado ha sido la tendencia de los inversores a penalizar la operación. Así, cuando surgían rumores de que no se llevaba a cabo, como sucedió a primeros de enero, ambas acciones subían con fuerza.
El cuarto del Ibex
Con la fusión acordada, la compañía resultante se coloca en el cuarto lugar por capitalización dentro del Ibex 35. Con datos al cierre de la jornada de ayer, el peso conjunto es del 9,97%. La primera posición la ocupa Telefónica, con una ponderación del 26,02%; la segunda, BBVA, con el 15,85% y la tercera, BSCH, con el 15,69%. Repsol pasa a la quinta posición, con el 6,63%.
Este hecho, como siempre sucede en las modificaciones de las ponderaciones de los principales índices de cada mercado, provocará la mejora automática de la fuerza relativa de su cotización, porque multitud de fondos que replican los índices deberán aumentar sus posiciones en la compañía fusionada a pesar de las escasas desviaciones que se han producido en las relaciones de canje.
Es más, para los bolsistas la operación tiene una variante añadida con un atractivo especial. El Comité Asesor Técnico del Ibex debe analizar la evolución y comportamiento de otras compañías susceptibles de sustituir a Iberdrola en el principal índice del mercado nacional.
La jornada de ayer en la Bolsa se caracterizó por un ambiente general muy negativo, lo que desdibujó la tendencia de fondo de ambas acciones. O como apuntaban algunos observadores, no se pudo calibrar en su justa medida la reacción cierta de inversores, operadores y analistas a la fusión aprobada.
Endesa terminó la tanda con un retroceso del 1,23% e Iberdrola, con el 1,34%. Las dos eléctricas, empero, se comportaron mejor que el principal índice de la Bolsa española, que terminó la jornada con un retroceso del 2,71%, el más importante del año y, también, desde mediados de diciembre.
Concentración eléctrica
Los retrocesos apuntados, aunque menores de los registrados por la mayor parte de los valores, tuvieron un impacto fuerte en el resultado final del Ibex. Endesa aportó 7,43 puntos negativos e Iberdrola, 5,27.
Los analistas especializados en el seguimiento del sector eléctrico recalcan en sus informes de situación la cada vez más acusada pérdida de fuerza de éste en el conjunto de la Bolsa española. Hace 10 años, las eléctricas suponían el 35% del índice general de la Bolsa de Madrid, porque eran los valores más capitalizados y, asimismo, los que reunían a un mayor número de accionistas.
La irrupción en la Bolsa española de los valores tecnológicos y de los ligados a la nueva economía, además del proceso de concentración bancaria han relegado a este sector a la tercera posición, con pérdida progresiva de capitalización, que ha sido más acusada en los tres últimos años.
Desde el 35% de ponderación que mantenían a principio de 1990 han pasado a poco más del 13% a comienzo de 2001. La fusión, no obstante, ha servido para animar a un sector alicaído y falto de interés para inversores, operadores y especuladores.
En los últimos días se generaliza el sentimiento entre los bolsistas de que las empresas que no han sido objeto de OPA ni han entrado en movimientos de fusión se convertirán en referencia obligada. O lo que es lo mismo, a partir de ahora el interés de los profesionales de la Bolsa y especialistas en el sector eléctrico se centrará en la evolución y comportamiento de Unión Fenosa.
La ecuación de canje favorece al accionista de Endesa
Nuño Rodrigo Madrid
La ecuación de canje entre Endesa e Iberdrola (23 acciones de Iberdrola por 18 de Endesa más 25 pesetas) se pactó el 17 de octubre del año pasado. En las semanas previas al anuncio, la relación de precios entre Iberdrola y Endesa estaba en los niveles históricamente más favorables a la eléctrica de mayor tamaño. En concreto, antes de que comenzasen a oírse los tambores de fusión en el mercado y en la prensa, la acción de Endesa valía 1,85 veces la de Iberdrola, el nivel más alto en tres años.
Ello permitió a Endesa negociar una generosa prima con Iberdrola. O, al menos, eso fue lo que manejó el mercado, pues en un mes la empresa vasca se revalorizó un 22%. Ahora bien, tras anunciarse oficialmente la operación, la esperada prima quedó en agua de borrajas. La caída de Endesa arrastró a Iberdrola y dejó sin caramelo al accionista de la opada, que tras el famoso 17 de octubre cedió posiciones.
Así las cosas, Iberdrola sólo ha sacado de la fusión la revalorización obtenida al calor del rumor. Esta subida se comió casi toda la prima, porque la cotización de Iberdrola se amarró a la ecuación de canje y la eléctrica vasca terminó sufriendo en su carne el escepticismo de los analistas acerca de la fusión.
A corto plazo, el accionista de la eléctrica vasca ha ganado más dinero. Pero también cunde en el mercado el sentimiento de que se podría haber negociado en un mejor momento.
Los analistas auguran que el mercado castigará la operación
Cecilia Castelló Madrid
La mayor parte de los analistas esperaban ya la decisión y pocos se mostraron sorprendidos. A partir de ahora, queda la duda de cómo evolucionarán las acciones en Bolsa, después del ascenso de Iberdrola y del castigo propinado a Endesa desde que comenzaron los rumores de acuerdo entre ambas eléctricas.
"Si la fusión no sigue adelante, recomendamos comprar acciones de Endesa. Si la unión prosigue, esperamos que tanto Endesa como Iberdrola serán penalizadas por el mercado", opinan los expertos de Banesto Bolsa.
Ibersecurities, por su parte, considera que si se produjera un rebote alcista en los próximos días, "sería un buen momento para vender títulos".
En cuanto a las condiciones impuestas por el Gobierno, los expertos se muestran divididos. "Parece que ha sido una solución negociada. Las condiciones de generación están en línea con lo esperado, es lo que las compañías querían. El Gobierno ha sido duro con la distribución, pero dentro de lo razonable", comentaba ayer un analista de UBS Warburg. "Creo que es el tipo de solución que será aceptable para las empresas", añadía.
Para Ibersecurities, "las condiciones son rígidas, pero aceptables, y permitirán que la fusión siga adelante". Según estos expertos, "lo que el Gobierno no podía permitir era la creación de un monopolio y eso es lo que se pretende con las condiciones".
En lo que coinciden todos es en que la empresa fusionada tendrá una gran capacidad de expansión. "La compañía será un jugador principal con capacidad para invertir en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica", afirma Ibersecurities. Para UBS Warburg, la operación da a Endesa el músculo financiero para expandirse".
Una operación que se fraguó hace más de un año
La integración de Endesa e Iberdrola, a falta de lo que decidan sus respectivos consejos de administración y sus juntas de accionistas, se viene fraguando desde hace casi año y medio
K. A. / T. J. Bilbao / Madrid
Varios cazadores y una sola presa, Iberdrola. La compañía eléctrica vasca siempre ha estado en el ojo del huracán de los movimientos del sector en España desde hace más de un año. Una vez con Repsol YPF, otra con el intento de compra de Florida Power, más tarde con Endesa y nuevamente con el amago de OPA de Repsol YPF y Gas Natural. Al final y a falta de la decisión que adopte su consejo de administración el próximo lunes y la junta general en abril, su fusión con Endesa es la operación que se ha adjudicado el papel protagonista.
Sin desmerecer los papeles más secundarios, como por ejemplo el de Unión Fenosa -intentó comprar Hidrocantábrico y se encontró con el veto del Gobierno- y de la propia Hidrocantábrico, bocado apetecible para varias compañías, con una OPA en curso y, posiblemente otra en ciernes, la compañía presidida por Íñigo de Oriol ha estado en todas las quinielas.
Esta convulsión comienza a desarrollarse en el último trimestre de 1999. Repsol YPF, apoyada por el BBVA, uno de sus accionistas de referencia y titular de un 10% de Iberdrola, intentó llegar a un acuerdo para tomar el control de la empresa vasca. Oriol y su primer equipo ejecutivo rechazaron la propuesta, lo que supuso marcar las diferencias entre la entidad financiera y Oriol. Días más tarde acudió a refugiarse en el hombro de Rodolfo Martín Villa, presidente de Endesa, a la que Oriol había denunciado reiteradamente al considerar que gozaba de las prebendas de los Gobiernos de turno por su cercanía con la órbita pública.
Oriol, sin embargo, trabajaba también otro campo. Iberdrola, en marzo de 2000, ya tenía diseñada la estrategia de compra de la compañía norteamericana Florida Power Light, una operación que le hubiera supuesto un desembolso cercano a los dos billones de pesetas. Esta vez, el BBVA se cobró la pieza. En un consejo mostró su disconformidad y paralizó la adquisición tras producirse varios desencuentros públicos.
Superar el revés
Este revés no desanimó al presidente de Iberdrola, que paralelamente mantenía tendidos los puentes con Martín Villa para fusionar Endesa e Iberdrola. Entre tanto, Unión Fenosa intentaba comprar Hidrocantábrico, el Gobierno prohibía esta operación y a la vez fijaba el campo en el que debían jugar las compañías eléctricas que quisieran afrontar procesos de integración en España.
Este dibujo de cómo debería ser el mapa eléctrico, elaborado por Rodrigo Rato, aceleró el paso a Martín Villa y Oriol para fusionar las dos empresas.
A lo largo del verano habían sondeado al Gobierno sobre la posibilidades de conseguir el visto bueno a la operación. Los guiños realizados desde el Ejecutivo aconsejaron en septiembre aumentar el ritmo de las conversaciones.
Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, Repsol YPF, esta vez acompañada de Gas Natural, entró de nuevo en escena al considerar que la integración supondría una seria amenaza para sus intereses. Endesa se movió con rapidez. Presentó su oferta de 15,4 euros por acción de Iberdrola, según la ecuación de canje. La respuesta de Repsol YPF y Gas Natural no se hizo esperar. Ofertaron una fusión entre iguales y un precio de 18 euros por título, la mitad en dinero y la otra mitad en acciones de Gas Natural. Así, el consejo de Iberdrola se encontró con un dilema. ¿Por qué oferta decidirse? ¿Cuál sería la mejor para el accionista?
La margarita se deshojó el 17 de octubre. El consejo de Iberdrola -con el voto contrario de los representantes del BBVA y la BBK- y el de Endesa aprobaban la fusión de las dos empresas. Repsol YPF y Gas Natural amagaban con una contra-OPA.
El resto del guión de esta película energética ha tenido como protagonista al Tribunal de Defensa de la Competencia y el Gobierno. Ahora les toca, de nuevo, actuar a los consejos y a las juntas de accionistas.
LOS PRINCIPALES ACTORES
Rodolfo Martín Villa
El más destacado de la función
Acostumbra a recordar que él "no tiene nada de liberal". Pese a todo, el presidente de Endesa ha enarbolado la gran bandera del liberalismo en el prólogo de este largo proceso de fusión. Especialmente cuando, ante las duras condiciones impuestas por el Tribunal de Defensa de la Competencia, exigía el final del monopolio del gas. "O todos o ninguno", ha venido a decir el incombustible político cuando se le ha amenazado con trabas ante las situaciones de monopolio que se generarían tras la fusión.
Y es que, además de la dureza del informe del TDC, Martín Villa se ha encontrado con otra piedra en medio del camino: las malignas intenciones de Repsol de hacerse con Iberdrola. Martín Villa no se ha rendido porque, al fin y al cabo, aceptó la presidencia de Endesa "como un servicio público".
Íñigo de Oriol
Un experto en simbiosis eléctricas
Sabe mucho de fusiones y él mismo es un referente histórico del mapa eléctrico en España. Íñigo de Oriol e Ybarra fue presidente de Hidroelétrica antes de su fusión con la antigua Iberduero, que daría origen en 1991 a la actual Iberdrola, es madrileño pero presume de sus raíces vascas.
Fue el artífice de aquella primera gran fusión eléctrica que se topó con la oposición del Gobierno socialista, que la veía como un atentado a la libre competencia. Pese a la dura pugna que mantuvo durante años con la pública Endesa, finalmente vivirá la simbiosis de ésta con Iberdrola. A Oriol, que se apoya cada vez más en su consejero delegado, Javier Herrero, le quedará, quizá, la duda (alimentada por los trabajadores y el flanco vasco) de si no hubiese sido mejor fundirse con Gas Natural.
Alfonso Cortina
El hombre que dio suspense a la operación
Hijo del que fuera el último ministro de Asuntos Exteriores del franquismo, Alfonso Cortina, presidente de Repsol YPF, se encargó de infundir un cierto suspense a la operación. Tras conocerse el acuerdo de fusión entre Endesa e Iberdrola, el grupo petrolero, a través de su participada Gas Natural lanzó un órdago peligroso: ofreció a Iberdrola una fusión "entre iguales".
La oferta, que respondía a los deseos de Cortina de crear "una empresa energética multiproducto", suponía para Iberdrola mantenerse como una filial más del grupo. El propio Martín Villa, personalmente, le retó a que lanzara una OPA sobre la eléctrica vasca. Alfonso Cortina, que siempre dijo que tenía una charla pendiente con el presidente de Endesa, ha visto pasar su oportunidad.
Manuel Pizarro
A la espera del sillón presidencial
Este aragonés de 48 años acumula en su cartera la presidencia de Ibercaja, la de la CECA y las vicepresidencia de la Bolsa de Madrid y de Endesa. Manuel Pizarro es el elegido para ocupar el sillón presidencial de la nueva Endesa Iberdrola, cuyo futuro se despejó ayer.
Amigo de José María Aznar (ha estado varias veces en las quinielas para ocupar la cartera de Economía), Pizarro será un presidente muy ligado al Gobierno, en la línea clásica que ha mantenido el Ejecutivo con las empresas públicas privatizadas. Con el apoyo de Martín Villa, que ha asegurado que no quiere estar en activo más allá de los 70 años (que cumple el próximo año), a Pizarro le queda una labor bastante más ardua que la propia fusión: ejecutar una venta de activos que puede remover también algunos cimientos.
Rodrigo Rato
Un luchador en varios frentes
El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, se ha visto atrapado en un problema derivado de sus propias soluciones. Defensor de la fusión, con el argumento de que sólo el tamaño permitirá a las empresas españolas competir en mercados más duros y abiertos, Rato ha tenido que resolver la contradicción interna de que la alianza de las dos eléctricas no derive en nuevos monopolios locales.
Los más críticos aseguran que Martín Villa tenía el beneplácito previo del titular de Economía, y por ello se lanzó a la fusión. Pese a todo, el camino ha sido tortuoso, y en él se ha enfrentado Rato con nuevos obstáculos, como la OPA de la portuguesa EDP y Cajastur sobre Cantábrico. Las fibras "liberal-intervencionistas" de las que le acusa la oposición socialista han quedado al descubierto.
Gonzalo Solana
El regulador que se oponía a la fusión
Aterrizó en el Tribunal de Defensa de la Competencia en plena tormenta. Gonzalo Solana sustituyó a Amadeo Petitbó el pasado 30 de septiembre al frente de un tribunal cuyo papel resulta cuestionable. Economista madrileño, su último destino fue la dirección del servicio de estudios del Consejo Superior de Cámaras, que preside Fernández Norniella.
Hay quien asegura que él no quiso tragar el hueso de una fusión que pone en peligro la libre competencia, al menos, tal y como la plantearon las compañías ante un organismo que emite dictámenes no vinculantes. De hecho, la ponencia elaborada por él mismo y dos vocales fue directamente contraria a la fusión. Finalmente, el pleno del tribunal la aprobaría con severas condiciones que el Gobierno se ha encargado de suavizar.
Bruselas expedientará a España a pesar del cambio en las ayudas
La subasta de activos de Endesa no podrá discriminar a empresas públicas
Bernardo de Miguel Bruselas
La supresión del carácter de tasa parafiscal del 4,5% en el recibo de la luz para financiar los costes de transición a la competencia (CTC) introduce una nueva variable en el expediente de investigación que la Comisión Europea está a punto de abrir. "Es una diana que se mueve continuamente", ironizan los servicios de Competencia de la Unión Europea. Pero acto seguido confirman que el nuevo decreto ley aprobado por el Gobierno no impedirá que Bruselas se pronuncie sobre lo que considera, a primera vista, una ayuda de Estado de dudosa legalidad.
El comisario de Competencia, Mario Monti, se disponía, por fin, a iniciar el próximo 14 de febrero un expediente de investigación formal contra las ayudas del Gobierno de José María Aznar a las eléctricas españolas, según confirmaron ayer fuentes de su departamento. Pero esas mismas fuentes reconocían que el decreto ley aprobado ayer en el Consejo de Ministros puede suponer un nuevo "retraso en esa apertura". Retraso, que no carpetazo, aclaran. "Las distorsiones a la competencia que provoca una ayuda de Estado ilegal no desaparecen cuando cesa esa ayuda. Es necesario, por tanto, restaurar las condiciones de competencia con carácter retroactivo". En estos casos, la Comisión Europea exige que el Estado miembro en cuestión recupere la ayuda concedida ilegalmente.
El oligopolio eléctrico español ha percibido hasta la fecha casi medio billón de pesetas a cuenta de unas compensaciones de transición a la competencia que nunca han sido autorizadas por la Comisión Europea. Fuentes del Ejecutivo comunitario no dudan de que la intención del Gobierno al suprimir la tasa parafiscal es disipar las dudas que plantea la misma en Bruselas, pero advierten que es demasiado tarde para detener la maquinaria procesal.
Una maquinaria que el Gobierno ha intentado esquivar desde que en 1997 aprobó la concesión a las eléctricas de 1,3 billones de pesetas y el derecho a su titulización. No sólo no notificó a la Comisión Europea los CTC como ayuda de Estado, sino que denunció a ese organismo ante el Tribunal de las comunidades europeas por investigarlas bajo ese concepto (el Tribunal aún no se ha pronunciado). La incorporación de Loyola de Palacio a la Comisión Europea en septiembre de 1999, como vicepresidenta y comisaria de Energía y Transporte, acentuó la presión sobre el Ejecutivo comunitario para que renunciase a una investigación formal.
Venta de activos
Los servicios de Competencia de la Comisión advirtieron ayer, a asimismo, que vigilarán estrechamente la venta de activos fijada como condición por el Gobierno para autorizar la fusión de Endesa e Iberdrola. Según fuentes del departamento de Mario Monti, el Gobierno no podrá aplicar ninguna limitación a las empresas europeas con capital público para pujar por esos activos.
El vicepresidente, Rodrigo Rato, anunciaba ayer que el Gobierno analizará las ofertas teniendo en cuenta el carácter de los pujantes, la presencia de capital público y el grado de liberalización del mercado eléctrico en sus países de origen. Condiciones, todas, que la CE considera, a priori, ilegales.