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Competencia limita al 35% el poder de Endesa e Iberdrola en generación

El Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) ha marcado bien el campo en el que deberá jugar la empresa que nazca de la fusión de Endesa e Iberdrola si finalmente se produce. El TDC, cuyo informe servirá de referencia para la decisión del Gobierno, ha acotado al 35% la cuota de mercado en generación y al 41% en distribución. Este dibujo, en teoría, trastoca los iniciales intereses de ambas empresas en su plan de integración.

En el informe del TDC se estrecha sensiblemente el margen de actuación para la eléctrica fusionada. Según aseguraban ayer La Vanguardia y la agencia Reuters, los límites que se quieren aplicar a la integración desbordan las expectativas que tienen ambas eléctricas. Tanto Endesa como Iberdrola declinaron ayer hacer comentarios relativos a estas informaciones.

En el documento que el Tribunal de Defensa de la Competencia ha elevado al Ejecutivo que preside José María Aznar, fija en el 35% la cuota de mercado para generación a la empresa integrada.

Este porcentaje deja bastante por debajo las aspiraciones de Endesa e Iberdrola, que en la actualidad controlan un 80% de este mercado. También reduce el porcentaje que había recomendado la Comisión Nacional de la Energía (CNE). En el campo de la distribución, el TDC cierra la cuota en el 41%, muy lejos del 62% al que aspiran, y en el 40% en el mercado de los clientes cualificados.

Las recomendaciones de Competencia ponen muy alto el listón para que el Ejecutivo apruebe la fusión. Fuentes consultadas afirman que tanto Endesa como Iberdrola intentan negociar con el Ejecutivo una renuncia a los costes de transición a la competencia (CTC), una batalla que todavía se libra con Bruselas, si el Gobierno reduce las condiciones para aprobar la fusión, una decisión que deberá tomarse no más tarde del próximo 9 de febrero. Los límites también abarcan a la gestión de las desinversiones en generación. Endesa e Iberdola quieren encaminar esta estrategia hacia el intercambio de activos con otras compañías, fundamental europeas.

La política de desinversión, que no podrán controlar al constituirse una sociedad al efecto dirigida por un gestor independiente, puede permitir a las otras dos eléctricas españolas (Unión Fenosa e Hidrocantábrico) ampliar su campo de actuación, tanto en generación como en distribución.

Incluso podría entrar en liza Repsol, la petrolera que ha reiterado su oposición a la integración de Endesa e Iberdrola, porque supone superar el marco de la competencia.

Panorama difícil

Con este panorama, la integración se presenta complicada, o por los menos difícil de asumir para las dos eléctricas. Los mensajes de Rafael Miranda y Javier Herrero, los consejeros delegados de Endesa e Iberdrola, respectivamente, han sido concretos y directos estas últimas semanas.

Los máximos ejecutivos afirmaron que si el tamaño de la nueva empresa fusionada es inferior a la actual Endesa, la integración no tendría sentido y los pasos para continuar la fusión se abortarían.

El futuro de la fusión se desvelará, en cualquier caso, no más tarde del próximo 9 de febrero. En esa fecha está previsto que el Ejecutivo haga pública su postura sobre la integración, una vez estudiados los informes de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y del Tribunal de Defensa de la Competencia.

Las dos empresas, si se deciden a seguir adelante con la integración, también deberán superar la barrera de la junta de accionistas de Iberdrola en abril próximo que deberá ratificar la fusión. Un grupo de accionistas, que intentan implicar a los fondos de inversión estadounidenses presentes en el capital de la eléctrica vasca, intentar frenar el proceso al considerar que el precio que ofrece Endesa es bajo. La postura que adopte el BBVA y también la BBK, accionistas de referencia en Iberdrola, será determinante para conocer el apoyo que tendrá su consejo de administración.

De momento, tanto Endesa como Iberdrola continúan trabajando independientemente, aunque la eléctrica que preside Rodolfo Martín Villa está liderando buena parte de los procesos que puedan tener relación con la integración. En esta línea, tiró por la borda el convenio colectivo que había presentado en diciembre el equipo de recursos humanos de Iberdrola para ajustarlo al marco laboral cerrado por Endesa.

 

La Comisión de la Energía prohíbe el control de más de una cuenca hidrográfica

Uno de los aspectos claves para la futura Endesa-Iberdrola radica en el control que la nueva compañía tenga de las cuencas hidrográficas. En estos momentos, monopoliza las de los ríos Duero y Tajo, las dos más importantes en el mapa hidrográfico nacional, gracias fundamentalmente a Iberdrola.

Esta ventaja no pasó desapercibida para los técnicos de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) que, en su dictamen final sobre la fusión eléctrica, aconseja que Endesa-Iberdrola sólo controle una de las grandes cuencas hidrográficas.

Ahora, los indicios apuntan a que esa limitación también ha sido tenida en cuenta por los expertos del Tribunal de Defensa de la Competencia.

La electricidad generada vía central hidráulica es muy importante para la salud financiera de una empresa. En años como el actual, de elevada pluviosidad, obtiene electricidad a unos costes relativamente bajos. En años secos, debe tirar de las centrales térmicas o de las nucleares, que representan un mayor coste.

El informe elaborado por la Comisión Nacional de la Energía también aconsejaba, al igual que lo hace el dictamen realizado por el Tribunal de Defensa de la Competencia, notables recortes tanto en el mercado de la generación, como en la distribución.

 

La Bolsa castiga a las dos compañías porque recela de la operación

Las mayores subidas se han producido ante la expectativa de fracaso de la fusión

La evolución Endesa e Iberdrola en la Bolsa española ha experimentado procesos claramente diferenciados en los últimos meses. Las acciones subieron con fuerza al hilo de los rumores sobre una posible operación. Las cotizaciones se enfriaron cuando, en efecto, ésta se anunció y ganan posiciones y volúmenes cuando, como sucedió a principio de año, saltan al mercado los rumores sobre una suspensión de la fusión.

La traducción de esta secuencia en fácil, a decir de los analistas. Las acciones suben, como siempre al calor de los rumores; dejan de ser interesantes cuando el rumor se convierte en noticia y, en este caso concreto, pierden el fervor del público cuando los analistas examinan con detenimiento la operación y concluyen en que no es la mejor solución para los accionistas. Aunque los especialistas bursátiles se muestran siempre muy cautos a la hora de hacer públicas sus manifestaciones, la realidad es que muy pocos se han mostrado favorables a la operación, debido a las grandes complicaciones derivadas de los procesos de desinversión que han de realizar.

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