Eólica marina, la pieza que falta para diversificar más el mix

El sector espera para este año la regulación, el diseño y convocatoria de la subasta

DemoSATH, el prototipo de Saitec.

España se prepara para el inminente despliegue de la eólica marina flotante. Aprobados en febrero los esperados POEM, los planes de ordenación del espacio marítimo, que delimitan la superficie en la que se instalarán los parques (5.000 kilómetros cuadrados), ahora el sector espera como agua de mayo la regulación, el diseño y convocatoria de la subasta. El litoral de Galicia, Asturias, Girona, Menorca, Andalucía y Canarias son los beneficiados.

“La superficie planteada es adecuada para el despliegue inicial”, dicen desde Saitec, que cuenta con dos prototipos: Blue SATH, de 30 kW, en Santander, y DemoSATH, de 2 MW, en Bilbao, cuya conexión a la red se prevé para verano. Esta compañía, también con tres proyectos precomerciales y que prevén que estén en operación en 2026, avisa de que su desarrollo está condicionado “por las pocas opciones tecnológicas testadas, la limitada disponibilidad de las zonas de fabricación y la preparación y viabilidad de medios de la cadena de suministro”.

Desde Iberdrola, aunque lo ven positivo, advierten de las complejidades de algunas áreas. “Parece que, respecto al borrador emitido en la consulta pública, se han eliminado zonas que disponían de buen recurso y condiciones técnicas favorables, y se han dejado otras que presentan ciertas complejidades técnicas (profundidades de hasta 1.000 metros, pendientes pronunciadas de los fondos, condiciones metoceánicas complejas o un recurso eólico limitado). Las condiciones complejas de algunas de estas zonas dificultan el desarrollo de un parque en estas áreas y conllevan el encarecimiento de costes de los parques, disminuyendo la competitividad de esta tecnología. En otras áreas, el conjunto de las características técnicas y condiciones metoceánicas inviabilizan el desarrollo y, por lo tanto, es posible que algunas zonas no lleguen a aprovecharse para este uso”.

La “Hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar”, aprobada en 2021, fija una meta de 3 GW en 2030 y 17 en 2050. “Su desarrollo también impulsa la construcción naval y astilleros, industria marítima auxiliar y de gestión portuaria, ingeniería civil y consultoría, construcción y metal”, destacan en la Asociación Empresarial Eólica (AEE), que calcula su aporte al PIB en 49.607 millones en 2025-2050 y la creación de hasta 17.438 empleos.

La asociación celebra la aprobación de los POEM (válidos hasta 2027) y señala que, incluso, los espacios aptos se recortaron casi un 40% frente a los identificados en el borrador inicial para facilitar la coexistencia con la pesca y evitar daños ambientales o paisajísticos –la zona próxima al cabo de Gata fue excluida, por ejemplo–. “El compromiso del Gobierno ha sido el de convocar la primera subasta en 2023, pero antes se ha de aprobar la regulación para la tramitación de los proyectos y de la propia subasta, que ha de salir a consulta pública”, explica Tomás Romagosa, director técnico de la AEE.

Desde el el Ministerio para la Transición Ecológica indican que se lanzará dentro de unos meses porque hay que definir aún “cómo se garantiza y se financia esa energía, quién la financia o cómo salen esos concursos, y ha de hacerse por consenso”. En la AEE añaden otras tareas pendientes: coordinación en el despliegue de la red y mejora de la aceptación social.

Mientras que Alex Raventos, CEO de X1 Wind, con un prototipo en Canarias (225 kW), pide fijar incentivos y mecanismos de financiación que fomenten la construcción y operación de parques eólicos flotantes a escala comercial. “Es clave también que se promuevan rápidamente el desarrollo de pequeños parques precomerciales, como se ha realizado en otros países pioneros como Portugal, Reino Unido, Noruega y ahora Francia”, sugiere. En Iberdrola prevén que los parques estén operativos a partir de la próxima década, “siempre que se asienten las bases para ello”.

Costes

En Iberdrola creen que el coste de la eólica marina flotante irá disminuyendo a medida que se vaya adquiriendo conocimiento y fortaleciendo la cadena de suministro. Además, esperan que el Perte Erha, de energías renovables y dotado con 6.900 millones, sirva para impulsar la instalación de prototipos."En Francia, Escocia y Noruega se están realizando ya las primeras subastas de parques comerciales, que pueden servir como referencia para establecer los proceso de adjudicación de este tipo de energía en España", refieren.

El sector también se ve afectado por el alza de la inflación y de las materias primas, lo que aumenta el coste de fabricación. "En España tenemos la ventaja de contar con un elevado porcentaje de la cadena de valor de la eólica marina, y con un mix eléctrico dominado por las tecnologías renovables que ejercen un efecto depresor sobre los precios de la electricidad, por lo que podríamos encontrarnos en una situación de ventaja competitiva con respecto a otros países de nuestro entorno, siempre y cuando dejáramos de acumular retrasos y se convocaran ya las subastas. No obstante, la Comisión Europea debe seguir trabajando en mejorar la disponibilidad de ciertas materias primas críticas y las cadenas de suministro para mantener la competitividad de la industria europea", opina Tomás Romagosa, director técnico de la AEE.

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