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Diésel

La CE expedienta a España por no sancionar el caso Volkswagen

Bruselas acusa a España, Alemania, Reino Unido y Luxemburgo de tolerancia con VW El expediente llega tras la decisión de la compañía de no indemnizar a los consumidores europeos afectados y sí a los estadounidesnes

Elzbieta Bienkowska, comisaria europea de Mercado Interior
Elzbieta Bienkowska, comisaria europea de Mercado InteriorREUTERS

Quince meses después de estallar el escándalo Volkswagen, la Comisión Europea (CE) ha iniciado un procedimiento de infracción contra los cuatro países de la UE que homologaron los motores trucados vendidosen toda Europa. La comisaria europea de Mercado Interior, Elzbieta Bienkowska, acusa a Alemania, España, Reino Unido y Luxemburgo, de haber incumplido las nomas comunitarias que regulan el proceso de homologación y que obligan, entre otras cosas, a imponer sanciones eficaces y disuasorias a los fabricantes que manipulen los motores para eludir los controles de emisiones contaminantes.

El expediente no acarrea, de momento, ninguna consecuencia. Pero redobla la presión sobre ls cuatro países para que castiguen a la compañía. La ofensiva de Bienkowska llega después de que la CE haya intentado durante meses que Volkswagen indemnice a los consumidores europeos afectados, como ya ha hecho la compañía en EE UU. El fabricante se ha nega por temor a una factura que podría ascender a varios miles de millones de euros porque la inmensa mayoría de los coches trucados se vendieron en Europa.

La CE ha extremado la prudencia para no enfrentarse al mayor fabricante de automóviles de Europa ni a los países donde VW genera miles de empleos, como Alemania o España. La compañía ha evitado así una factura como la de EE UU, donde sólo se vendieron 475.000 vehículos con los motores manipulados pero ha debido desembolsar 13.500 millones de euros entre sanciones, indemnizaciones y reparación.

En Europa, la automovilística se ha limitado a ofrecer la retirada del software que reducía artificialmente las emisiones para superar las pruebas de homologación. Y las autoridades en España, Alemania, Reino Unido y Luxemburgo, han iniciado investigaciones pero no han impuesto ninguna sanción.

La CE cree que la negligencia y la tolerancia de esos cuatro países viola las dos normas que regulan el sistema de homologación. Bruselas, además, acusa a Alemania y a Reino Unido de ocultar información a las autoridades comunitarias sobre las irregularidades en las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) cometidas en esos países por el grupo Volkswagen o por otros fabricantes.

La CE también expedienta a la República checa, a Grecia y Lituania por no disponer ni siquiera de sistemas de sanción para las posibles violaciones de los controles de homologación. Esos tres países, sin embargo, no están implicados en el escándalo Volkswagen, pero muestran también la tolerancia de Bruselas, que ha tardado nueve años en percatarse de que esos tres países no respestaban la norma europea.

Los siete expedientes pueden terminar ante el Tribunal de Justicia europeo, si los países concernidos siguen incumpliendo la normativa comunitaria. En el caso de España, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, recordó que el ministerio de Industria ya inició en su día una investigación sobre SEAT, la división de VW que cometió el fraude en España. Si esos expedientes desembocan en multas, la CE podría cerrar el expediente.

Crónica de un escándalo que salpica al mundo

l 18 de septiembre de 2015, el grupo Volkswagen reconoció, por boca de su entonces presidente Martin Winterkorn, que había introducido un software que manipulaba las emisiones de NOx de los motores diésel 1.2, 1.6, 2.0 y 3.0 de todas sus marcas. No quedó más remedio que reconocerlo después de que una demanda de la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA, por sus siglas en inglés) pusiera sobre la mesa que los vehículos del grupo Volkswagen falseaban sus datos en laboratorio para cumplir con la legislación medioambiental, cuando podían emitir hasta 40 veces más en carretera. El software solo se activaba cuando detectaba las condiciones de los bancos de prueba.El escándalo se expandió rápidamente por todo el mundo, porque las marcas Volkswagen, Audi, Skoda y Seat tienen vehículos afectados. En total, 11 millones en todo el mundo, de los que la gran mayoría están en Europa. En España en concreto, hay más de 638.000 vehículos afectados. Bruselas, por esto, lleva meses afeando al grupo Volkswagen que no tiene intención de compensar a los clientes europeos por la manipulación de las emisiones mientras que en EEUU, ha acordado pagar 13.500 millones de euros en sanciones, reparaciones y un fondo de garantía medioambiental. En EEUU, donde se desató el escándalo, solo hay 475.000 vehículos afectados.La Fiscalía española ya tiene un informe, realizado por la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Nacional, que prueba que los vehículos Seat emiten más de lo permitido legalmente en cuanto cambian las condiciones estándar de laboratorio. Según sus datos, alcanzan unas emisiones hasta cuatro veces mayores de lo homologado.

Guindos dice que la sanción sólo está paralizada

El ministerio de Economía, Industria y Competitividad, responsable del caso Volkswagen, aseguró ayer que el expediente contra la compañía alemana por el fraude de los motores diésel sólo está paralizado como consecuencia de judicialización del proceso.

El departamento de Luis de Guindos señala que, de acuerdo con la normativa española (Ley 21/1992 de Industria), “la instrucción de causa penal ante los Tribunales de Justicia suspenderá la tramitación de los expedientes sancionadores administrativos que se hubieran incoado por los mismos hechos”.

España había abierto expediente sancionador contra Seat, la división española de Volkswagen. Pero la tramitación se paralizó el 30 de septiembre a la espera de la resolución judicial del caso.

El ministerio de Guindos niega que España haya sido benevolente con la compañía. “Ha sido uno de los pocos países que, desde el momento que se conocieron los hechos [septiembre de 2015], prohibió la matriculación de los vehículos afectados aún por matricular, medida que afectó a unas 2.000 unidades”.

El caso estalló cuando la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU acusó a la compañía de falsear sus datos de emisiones en laboratorio para cumplir la legislación medioambiental, cuando en realidad emitían 40 veces más de lo permitido. El grupo Volkswagen reconoció, por boca de su entonces presidente Martin Winterkorn, que había introducido un software que manipulaba las emisiones de NOx de los motores diésel 1.2, 1.6, 2.0 y 3.0 de todas sus marcas. En total, 11 millones de vehículos en todo el mundo, la gran mayoría en Europa. En España en concreto, más de 638.000 vehículos afectados.

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