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Tribuna
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La zona monetaria óptima

Los académicos que discuten sobre el futuro del euro tienden a poner sobre la mesa la teoría de la zona monetaria óptima. Explica que la fusión de divisas solo tiene sentido económico si las economías son más eficientes con una moneda, y si la eficiencia adicional es más valiosa que la pérdida de flexibilidad de las políticas dentro de la zona. Peter Kenen, un líder en este enfoque, murió el 18 de diciembre

La teoría es mencionada por opositores y partidarios del euro. Los partidarios piensan que la eurozona pasa estas pruebas. Los opositores argumentan que falla en más de una. Kenen, por ejemplo, era menos optimista sobre las perspectivas del euro que Robert Mundell, el primero que desarrolló la teoría.

El desacuerdo demuestra la debilidad de la teoría. Siempre se ha formulado con muchas simplicidades, asumiendo que la productividad en una región está arreglada, que los déficits fiscales siempre tienen el mismo efecto sobre la producción, o que los trabajadores se moverán o no para conseguir un trabajo mejor.

Pero la idea subyacente sigue siendo útil. Una moneda única tendrá problemas si los ciudadanos, los gobiernos y los bancos en una jurisdicción política en la zona son persuadidos de que están obteniendo un acuerdo injusto. La teoría identifica las formas en que esta injusticia puede traducirse: excesivas pérdidas en préstamos de una jurisdicción a otra, restricciones al endeudamiento del gobierno...

Los sucesores de Kenen necesitan ir más allá de la eficiencia y la flexibilidad. Deberían considerar el llamado factor de compromiso: la disponibilidad de los políticos, banqueros centrales y por último, residentes, para cambiar sus políticas y prácticas para preservar la moneda única. Este factor ha llevado tanto a Grecia como a Alemania a cambios sin precedentes.

Los economistas podrían aprender escuchando las discusiones políticas del futuro del euro. Casi siempre incluyen una discusión apasionada de la necesidad de pasar página del pasado destructivo de Europa.

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